En
el año 2008 Kore-eda dio el salto de los festivales a las salas, de los críticos
al público. La película que le puso en el mapa fue Still Walking, una historia de familias, de memoria, de secretos
escondidos, rencores y reconciliaciones. Este film fue el que le hizo merecedor
del título de “heredero de Yasujiro Ozu”. Kore-eda comparte con el gran maestro
del cine japonés algunas cosas, por ejemplo, el hábitat donde suceden sus
mejores películas, la familia, las relaciones personales, los barrios
populares. Pero al contrario de Ozu, que casi nunca se movió de ese mundo donde consiguió algunas de las mejores películas de la historia del cine, Kore-eda,
se ha adentrado en otros géneros sin ningún miedo. Recuerdo cuando vimos en el
Festival de San Sebastián After life,
su primera película, en el año 1999. Nos dejó fascinados. Nada en esa película
remitía a Ozu, era fantástica, extraña… y sin embargo, en esa historia
fantasmagórica ambientada en un espacio sin tiempo a medio camino entre el
cielo y la tierra, donde los muertos hacen una parada para recordar un momento
de su vida, uno solo, que quieran llevarse con ellos a la eternidad, estaba ya
el germen de todo su cine.
Cuatro
años después, Nadie sabe confirmaba
que las pequeñas historias que se contaban en After life empezaban a convertirse en películas. Historias de
padres y madres, de hijos e hijas, de hermanos y hermanas. Historias pequeñas,
sin grandes dramas. Historias de supervivencia y de solidaridad. Como Milagro,
donde unos niños dignos de Ozu intentan conseguir la reconciliación de sus
padres a través del milagro que la leyenda dice se produce la primera vez que
se cruzan dos trenes de alta velocidad; o De
tal padre, tal hijo, en la que la vinculación emocional se demuestra más
fuerte que la de la sangre; o la preciosa historia de las cuatro hermanitas de Nuestra hermana pequeña. Título a título, Kore-eda
ha ido perfilando su estilo de colores tenues, de líneas curvas (lo que le
aleja de Ozu, maestro de los colores brillantes y las líneas rectas).
Todo
esto viene a cuento porque se estrena esta semana su última película, Después de la tormenta. De nuevo un
padre divorciado, de nuevo un hijo al que no ve todo lo que quiere, pero con
dos personajes femeninos que completan el dibujo: la madre del padre, es decir
una abuela llena de sabiduría y la ex esposa,
madre del hijo. Un anunciado tifón fuerza a los cuatro a pasar una noche
juntos. Y como el paisaje, como la atmósfera, saldrán a la mañana siguiente con
todas las hojas muertas caídas y el cielo despejado para enfrentarse al futuro.
(en
la plataforma Filmin se pueden encontrar
algunas de sus películas)
2
Las
selfies de Clara Peeters
Esta
semana he estado en Madrid por un trabajo. Un día solo, AVE mañana, AVE noche.
Pero un día da para mucho y cuando acabé el trabajo me acerqué al Prado. Tenía curiosidad
por ver una exposición. Se llama El arte
de Clara Peeters. No tenía ni idea quién era esta mujer, pero el hecho de
que el Prado le dedicará una expo a una pintora me pareció atractivo. Mas
cuando descubrí que era una mujer pintora de principios del siglo XVII¡¡¡.
Nacida en 1594 en Amberes, sus primeros cuadros los pintó con 14 años¡¡¡. Iba
de sorpresa en sorpresa viendo sus naturalezas muertas de frutas y
panes, de quesos y flores, de peces y gatos. Cuadros que dejaban ver una técnica
perfecta y una mirada muy peculiar del mundo cotidiano, de la comida, los
objetos de plata, las jarras de vino. Pero la sorpresa más grande me la dieron
su selfies. Si, selfies, no autorretratos, selfies de ella misma pintando y
trabajando reflejada en el bruñido de una
copa dorada que aparece en muchas de sus pinturas. Clara era casi una
niña cuando pintaba estos cuadros, y jugaba. Jugaba con los objetos y jugaba
con su propia imagen. Es una exposición pequeña, unos treinta lienzos, casi
todos los que se conservan de ella, pintados entre 1607 y 1621. Vale la pena
verla. Y si no pueden verla, les dejo este enlace que en tres minutos recorre su obra y
permite darse una idea de su pintura.
https://www.youtube.com/watch?v=Z444JeVjfec
No hay comentarios:
Publicar un comentario