(unos bonitos parásitos de Ramon)
La definición que da el
diccionario de la RAE es muy sencilla: “Parásito. Organismo que se alimenta de
las sustancias que elabora un ser vivo de distinta especie, viviendo en su
interior o sobre su superficie, con lo que suele causarle algún daño o
enfermedad.” Solo esta frase ya justifica el título de la que es sin duda una
de las mejores películas del año, Parásitos del director coreano Bong Joon-ho. El propio director ha pedido
que no se explique demasiado del argumento de esta comedia negra que habría
hecho feliz a Azcona, que no se cuente lo que pasa aunque si se pueda contar
que la risa abierta y la sonrisa congelada del horror se mezclan a lo largo de
su argumento. Todos los que aparecen en esta historia de lucha de clases son
parásitos unos de otros, todos viven a expensas de los demás. Pero lo mejor no
es eso, lo mejor es la manera como Bong Joon-ho construye su historia. Se podría
explicar el argumento, pero nunca se podrá explicar los giros de guión, la
planificación de las secuencias, la composición de los personajes, la elección
de los espacios, las casas donde viven, la ciudad con sus escaleras, la lluvia.
Es eso lo que la hace singular y única. Aunque quizás no tenga nada que ver,
(no la he revisado desde hace muchos años) viendo Parásitos me ha venido a la
cabeza una película de Paco Betriu del año 1980 que se llamaba Los fieles
sirvientes. Copio aquí el argumento que aparece en Filmaffinity: “En una lujosa
masía catalana, el personal de servicio ha preparado un gran banquete y se
espera la llegada de los invitados. Todo está dispuesto pero nadie llega. El
ama de llaves y los demás criados ocuparán por unos momentos el lugar de sus
señores y, al igual que ellos, se comportarán despóticamente. Una sátira sobre
las miserias humanas.” Los parásitos están por todas partes, por ejemplo, los políticos, personajes que viven a costa de la gente que supuestamente
deben servir desde las instituciones que parasitan en su único favor. Son
organismos perniciosos que destruyen el cuerpo que habitan pudriendo su esencia
ultima mientras chupan (literalmente con sus sueldos enormes y su incapacidad
infinita) la sangre de los que deberían atender en lugar de explotar. Pero los
parásitos muchas veces no saben que lo son
e incluso intentan demostrar que los parásitos son otros. El resultado
es una situación que tiene mas de tragedia que de comedia. Pero eso es otra
historia.
CLEPTÓCRATAS
Justo la semana que vi
Parásitos, Filmin estrenó un documental muy interesante que se llama Los cleptócratas.
Es un trabajo de investigación que analiza el fraude de 3.500 millones de
dólares del gobierno malayo por parte de un grupo de inversores ligados al
presidente del gobierno con múltiples tentáculos que llegaron incluso hasta
Hollywood y El lobo de Wall Street de
Martin Scorsese. Al margen de que el documental es estupendo, me ha permitido
conocer a fondo lo que es la cleptocracia. Según la RAE la cleptocracia es “un
sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos.”
Según otras definiciones “Cleptocracia (del griego
clepto, 'robo'; y cracia, 'poder' = dominio de los ladrones) es el
establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital,
institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el
clientelismo político, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido
a que todos los sectores implicados están corruptos”. Más claro el agua. Leyendo
estas líneas (y viendo el documental) me di cuenta de que tenemos ejemplos muy
cercanos de cleptocracia a gran escala muy cerca de casa, aquí mismo, vaya. Y
me preguntaba quién se atrevería en Catalunya a hacer un trabajo parecido sobre
nuestros queridos cleptócratas de cabecera: la familia Pujol al completo con su
patriarca y su matriarca, cabezas de una
hidra de múltiples tentáculos ladrones, que han depredado el país a su antojo y
beneficio, con ramificaciones corruptas en todos los ámbitos de la información,
la cultura, la educación y la economía. Sería apasionante hacer un Lobo ( o mejor jauría) de
Mitre Street junto a un documental donde se destapara todo lo que robaron
mientras construían un muro de protección a base de inventarse un país
ficticio, una historia falsificada, unos agravios inexistentes y sobre todo y
eso los hace aun mas despreciables que todo el entramado malayo, un odio
visceral y emocional contra los otros al mismo tiempo que utilizaban todos los
mecanismos de esos otros para llenar sus arcas de dinero robado. No es mala
fórmula, llenar la cabeza de mentiras mientras me llena el bolsillo de
dinero. ¿Alguien se atreverá?
AFRICA(S)
Junto a Parásitos se estrena
una película mucho mas pequeña, mas cercana, mas sencilla que vale la pena que
no pase desapercibida. Se llamaba hasta hace poco Staff only y ahora se estrena
como El viaje de Marta. Es la segunda película de Neus Ballus, la directora de
La plaga y esta rodada en Senegal, en un resort para turistas occidentales,
donde Marta pasa unas vacaciones obligadas con su padre y su hermano. El aburrimiento
y el desprecio a lo que simboliza su padre, llevan a Marta a conocer el mundo
que está en las dependencias detrás del cartel Staff Only, solo para trabajadores. Marta entra en contacto
con otra gente, otra vida, otra realidad y despierta y comete un error y
aprende que los actos tienen consecuencias para terceras personas y descubre un
camino de reconciliación con su padre. Es una historia que permite a la
realidad colarse en la ficción y deja ver, detrás de su aparente sencillez, una
sociedad muy alejada de los tópicos que estamos habituados a tener de África,
ya sea por la influencia del cine de Hollywood, ya sea por la presencia
obsesiva de malas noticias que nos llegan desde un continente olvidado y
explotado. Vale la pena verla y vale la pena, al volver a casa, buscar tres de
los films africanos mas interesantes e importantes de la historia del cine:
Tres joyas clásicas indiscutibles: Hatari¡ de Howard Hawks, Mogambo, de John
Ford y La reina de África, de John Huston.
EL RINCÓN DE LAS SERIES
Recupero esta sección para
recomendar una serie que es un spin off de otra, pero es sin ninguna duda,
mucho mejor. Se trata de The Good Fight que se puede ver en Movistar. The Good
Fight nace de una serie bastante popular hace unos años, The Good Wife emitida
entre 2009 y 2016. En este spin off, la protagonista es la abogada Diane
Lockhart que, arruinada por un escándalo financiero monumental, debe volver a
trabajar y esta vez lo hace en un bufete de abogados de color, especializados
en la defensa de los derechos civiles, donde trabaja otro de los personajes que
vienen de The Good Wife, Luca Quinn. Esta dedicación a temas sociales y
políticos no impide que sea un grande y caro bufete donde Diane es una de las
pocas personas blancas que trabajan y sobre todo mandan. Escrita por Michelle y
Robert King, la serie tiene tres temporadas y lo mas interesante, aparte de sus
tramas muy bien escritas, es el trasfondo político del momento, con Trump en el
poder y los demócratas intentando plantarle cara. The Good Fight es una
excelente serie política con unos títulos de crédito espectaculares. La primera
temporada del 2017 es muy buena, la segunda y la tercera no la superan pero están muy bien. Habrá
que esperar a la cuarta temporada que se anuncia para el año que viene para
saber en que punto están estos “buenos luchadores”.
(si ven los títulos de crédito de la serie entenderán porque he escogido este jarrón de Ramon)
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