Hispanoamérica, José Luis López Linares
Siempre me ha interesado el
cine documental que hace José Luis López
Linares. A veces conecto más con sus temas, otras me siento más lejos, pero
siempre tienen algo que me despierta ideas o me remueve pensamientos. Con Hispanoamérica, su último trabajo sobre la
memoria, me ha pasado algo muy especial, he visto y escuchado conceptos sobre
la presencia española en el nuevo continente que tienen mucho que ver con lo
que yo misma llevo pensando y defendiendo desde hace tiempo, todo hay que
decirlo, sin demasiado éxito: no hubo una conquista de México porque México no
existía. Hubo una conquista del imperio azteca en la que participaron los
pueblos indígenas sometidos a un imperio, el mexica, de una crueldad y tiranía
absoluta. No hubo una colonización en el sentido clásico del término, hubo un
mestizaje y un sincretismo de culturas. No hubo una destrucción de una forma de
vida, hubo una simbiosis de formas de vida. Los trescientos años de
virreinatos, no colonias, –los virreinatos tenían la misma consideración y
derechos que las provincias españolas, por precarios que fueran en uno y otro lado
del mar–, son los más ricos de la historia americana. En América Latina no se
destruyó, se construyó. Hubo una mezcla que dio origen a los que hoy son los
pueblos criollos. Y esa riqueza es algo que desde las nuevas corrientes
indigenistas y anticolonialistas, no solo se combate, sino que se niega y se intenta
manipular en nombre de una idea disgregadora en lugar de una idea integradora.
El documental de López Linares da la voz a historiadores, músicos, artistas,
políticos de distintos países para que sean ellos los que reivindiquen la historia
común, .no sólo con palabras, sobre todo con hechos, con documentos, monumentos,
iglesias, colegios, hospitales y ciudades, porque España creó ciudades donde
convivían las culturas. Lo de común es importante, porque antes de la llegada
de los españoles, había reinos, imperios poderosos, pero aislados unos de
otros. Fue la presencia española la que dio sentido a la idea de Hispanoamérica.
Este trabajo debería verse en las escuelas de toda América Latina y en las
escuelas de España. A ver si se empieza a tener una idea menos maniquea y
manipulada de una realidad que está muy viva y muy presente. Aparte de esto, el
documental es de una gran belleza en sus imágenes barrocas y de una gran
riqueza en su reivindicación musical, quizás la forma más bonita de mostrar la
integración de los dos mundos. Un pequeño apunte personal. Cuando yo estudiaba
en México, en el Colegio Madrid se celebraba una fiesta de fin de curso cada
año. Hasta tercero de primaria, es decir entre los 6 y los 9 años, los bailes
que hacíamos las niñas eran mexicanos, la bamba, el jarabe tapatío, las
guajiras michoacanas, eran bailes con vestidos largos, llenos de colores y
volantes y con los brazos hacia abajo. En cuarto hacíamos una tabla gimnástica.
Y a partir de quinto, sexto y la secundaria, los bailes eran españoles, con
vestidos mas monocromos, rojos o azules, muñeiras, jotas, sardanas,
lagarteranas y con los brazos hacia arriba. Siempre me llamó la atención esto
de los brazos. Y me gustaría que alguien me lo explicara. Es curioso.
Aprovecho esta oportunidad para
rescatar un texto que escribí hace un tiempo y que tiene mucho que ver con este
documental:
“Nunca
entendí el significado ideológico del 12 de octubre. Lo justo habría sido
contar el encuentro entre dos mundos, dos civilizaciones, crueles las dos,
violentas las dos, pero cada una con muchas cosas buenas para enriquecer la
convivencia. Los españoles trajeron un idioma común y una organización
territorial y política que ha dejado una huella imborrable en toda
Latinoamérica; los pueblos indígenas aportaban su visión del mundo. Ni una ni
otra eran perfectas, pero juntas crearon un mundo mejor. Los tres siglos de
conquista española dejaron una herencia enorme que los dos siglos de
independencia no han hecho más que dilapidar llevando al continente a la
práctica ruina económica y moral en la que vive actualmente.” El documental Hispanoamérica, me da un poco la razón.
Seis películas para un festival. D’A
2024
Se pude decir que destacar solo seis películas en un festival que ha propuesto 120 títulos es más bien poco. Quizás si, pero es evidente que es imposible verlas todas; es evidente que entre lo que ves te puedes encontrar con sorpresas y decepciones; es evidente que tienes que escoger en función de tus gustos, pero también de tus necesidades profesionales. No es lo mismo ir a un festival para ver cine y disfrutarlo, que ir para cubrirlo para un medio que te condiciona de alguna manera. Teniendo en cuenta todo esto, me parece que puedo estar contenta de que este D’A 2024, en el que he visto más de veinte películas, seis se me hayan quedado en la memoria.
(portada del disco Una semana en el motor de un autobús donde está la canción
Segundo
premio de Los Planetas)
Segundo
Premio, Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez
Tenía
muchas ganas de ver la última película de Isaki, realizada esta vez en
colaboración con Pol Rodríguez, otro director que me gusta mucho. Sabía que era
una especie de biopic de un grupo de música de los noventa, Los Planetas, que
la verdad, no conocía de nada. Pero lo que no sabía es que me iba a encontrar
con una película Romántica y Melancólica a partes iguales. Un film que habla de
la existencia y la autodestrucción, de la amistad y la creación. Una película
que pasa en Granada, una ciudad misteriosa,
una combinación de mar y nieve, de hielo y vapor, de árabe y cristiano, de agua
y fuego. Agua que corre por arriba, fuego que circula escondido. Es
impresionante como se puede reflejar un estado de ánimo con una mirada, un
gesto, una canción. Segundo premio es
un premio gordo. Y el inicio de una nueva etapa en el cine de Lacuesta.
Felicidades.
Tríptico,
de Daniel Grandes, María Martín-Maestro, Albert Olivé
Este
film lo firman tres directores, pero lo habrían podido firmar los seis alumnos
de la UPF que lo han concebido como un trabajo colectivo que viene a demostrar
que sin una productora detrás y sin subvenciones, se puede hacer una película.
Una gran película. Lo que hace falta es ganas, antes que nada, imaginación,
colaboración y saber lo que quieres contar. Las cuatro cosas se conjugan en
este film sorpresa de la sección que lidera Carlos Losilla, Un impulso colectivo. ¿Cómo hacer una
película con muy poco? Un solo escenario, en este caso un enorme piso de techos
altos y grandes estancias que uno de los personajes hereda inesperadamente. Dos
personajes, un chico y una chica que empiezan a vivir en ese piso. Una
situación externa: la pandemia que justifica que nunca salgan de ahí. Una
situación interna: están rodando una película en la que ellos son y no son los
protagonistas. Y tres cuadros misteriosos: uno feliz, uno trágico, uno en
blanco. Con estos elementos se construye un film de suspense, de terror en
algunos momentos, de amor, de reflexión sobre la representación. Y pasa volando
y llega el final y dices, ¿qué pasará ahora? Espero que lo que pase es que
todos ellos, los de delante y los de detrás de la cámara sigan adelante. Son el
futuro.
Camping
du lac de ÉlèonoreSaintagnan
¿Se
han encontrado alguna vez tirados en medio de la nada porque el coche se ha
estropeado donde menos te lo esperas? Este es el punto de partida de este
cuento moderno narrado en primera persona por la propia directora. Cuando su
coche se avería en una carretera de la Bretaña francesa, ella, debe pasar unos
días en un camping cerca de un lago. Estamos fuera de temporada, pero hay
algunos habitantes permanentes que viven todo el año en ese camping atraídos por
una leyenda medieval, en el lago hay un pez monstruosamente grande que nadie ha
visto nunca y que ellos intenta pescar, o al menos ver. Mientras espera
pacientemente que arreglen su coche, ella se dedica a recoger relatos
diferentes, a escuchar canciones de otro tiempo, a recorrer las orillas
gravando sonidos de pájaros y de animales. Y descubre un mundo tranquilo y
sereno como tranquilo y sereno es el film que hace esta joven realizadora
francesa. Un cuento en el que te gustaría vivir, aunque el final sea un toque
de atención sobre los peligros del cambio climático. La sequia no solo deja al
descubierto ruinas de pueblos abandonados; puede dejar al descubierto peces
monstruosos a los que hay que salvar.
Hors Saisson Stèphane Brizé
Fuera de temporada. Eso es lo que quiere decir este título
y es lo que cuenta este film que rápidamente definiría como un cruce entre una película
de Hong Sang-so y Claude Lelouch. Tiene tanto de los films invernales y de
hoteles vacíos del director coreano, sin comida ni bebida, como del edulcorado Un hombre y una mujer, pero sin música.
El resultado es una historia de amor truncada en el pasado, recuperada en el
presente en ese balneario donde se refugia un actor en crisis después de
abandonar el que debería ser su primer trabajo en el teatro. En la atmósfera
azul y blanca del balneario, el actor no recuperará la serenidad, pero si encontrará
un viejo amor con el que revivir momentos de melancolía más que de otra cosa.
Podría ser un poco más corta, podría no tener varios falsos finales, pero a
pesar de eso no me olvido de ella y del rostro desconcertado de Guillaume Canet
o los ojos entornados de Alba Rohrwacher. Por eso la dejó aquí entre las cinco
del D’A.
Música de
Angela Schanelec
Hay
algo musical en este film de la directora alemana. El título no está puesto
porque sí. Y no solo porque la música barroca, Vivaldi, Monteverdi, Bach,
jueguen un papel importante en la historia, sobre todo porque es la música la
que al final salvará al héroe de este mito. Estamos ante la recreación de un
mito: el Edipo de Sófocles. Claro que
no hace ninguna falta saber esto para disfrutar de las imágenes y el ritmo de
este film musical. Pero si lo sabes, puedes llenar los vacíos de las grandes
elipsis que usa como si fueran movimientos de una misma composición. Primer movimiento,
un bebé es abandonado en una cueva donde lo encuentra un pescador. Segundo
movimiento, un adolescente con heridas en los pies, mata sin querer a un hombre
en las rocas. Tercer movimiento, el joven herido, entra en la cárcel donde
conoce a una funcionaria y se enamoran. Cuarto movimiento, al salir de la
cárcel encuentra a la funcionaria, se van a vivir juntos y nace una hija.
Quinto movimiento, la mujer hace una llamada telefónica y descubre un secreto.
Ya no cuento más, pero aun hay un sexto movimiento. Siempre con la música
barroca como contrapunto del paisaje seco y rocoso de las costas griegas.
Cuando se estrene volveré sobre Música
para recordarles que no la dejen pasar.
Historia
de pastores, Jaime Puertas
La película más rara del festival, de las que yo he visto al menos. Estaba dentro de la sección Un impulso colectivo, donde caben este tipo de rarezas. Historia de pastores pasa en un futuro cercano, el 2027, en el campo granadino que se ha quedado sin agua y donde los cortijos se han convertido en ruinas arqueológicas. Hay un misterio, una extraña piedra caída del cielo, una excavación de un poblado neolítico, una atípica estudiante de geología que busca un cortijo perdido. Y hay dos pastores, uno, José, sufre una extraña erupción cutánea; el otro, Jonás, es el heredero de una saga de pastores que han visto un ángel. Todo pasa en un contexto de cotidianidad pueblerina, de vidas rutinarias, de cielos ardientes y ovejas de cristal. Si son capaces de imaginar todo esto en una película que cuenta cuentos y tiene como estrellas drones que vigilan permanentemente desde el cielo, se harán una idea de lo que es este film inclasificable, lleno de imágenes impactantes, donde la rareza empieza con una becaria de pelo blanco y arrugas y sigue con un hombre iluminado mientras otro hombre atraviesa, literalmente, al otro lado de la realidad. Lo raro en lo más cercano.
El
regalo de esta semana no es un cuadro ni un dibujo, es una foto de mi hermana
Flora en una fiesta de fin de año de El Colegio Madrid, con los brazos en alto,
como corresponde a la muñeira que supongo bailaría justo después.
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