jueves, 14 de abril de 2011

BASE DIA 3


(Martín Cuenca y el ritual de la firma)
Hoy ha sido una jornada para pensar, para quedarte con una serie de ideas y reflexionar mucho sobre ellas. Manuel Martín Cuenca, el director de La flaqueza del bolchevique y de La mitad de Oscar, no es un un hombre fácil de olvidar. Bueno, sus ideas y los retos que lanza. En este Base, donde la tendencia general es la del pesimismo, la del que el futuro del cine es muy negro; en este Base donde todos los que participan advierten de que las cosas han cambiado y están cambiando muy deprisa, escuchar las palabras de Martín Cuenca permiten pensar que no todo está perdido. Fue una clase polémica, de discusión, de controversia. Una clase rica. Evidentemente, siendo Martín Cuenca uno de los mas duros críticos con las descargas ilegales en Internet, estaba claro que ese iba a ser un tema. Y lo fue. Pero no en el sentido de "contra" o "favor" de Internet, sino en el sentido de que Internet sea un instrumento útil para poder seguir haciendo cine. Es decir que Internet se pague. Pero no a las operadoras de telefonía, no a los grupos que viven de piratear, sino a los que hacen los productos. Y por qué. Porque hay que valorar el trabajo. Si tu pagas, aunque solo sea un euro, 50 céntimos, valoras lo que compras. Si lo coges gratis, acabas menospreciándolo. Y si pagas un euro, cincuenta céntimos, que sean para el que lo ha hecho no para el que te deja usar un canal. O en todo caso que se reparta. Bien.
Otra cosa importante. Cuando acabas la carrera de cine o cuando te enfrentas a tu primera película, no tienes la obligación de hacer una obra maestra. Ciudadanos Kanes, hay muy pocos en la historia del cine. Martín Cuenca ponia un ejemplo muy ilustrador. A un arquitecto que acaba la carrera no se le pide que construya el Guggenheim en su primer proyecto. Lo que le pides es que la casa esté bien hecha y si además es bonita estupendo, pero nada mas. Entonces,¿por qué un director de cine tiene que hacer una obra mestra?. Bien
Otra cosa. El cine se aprende haciéndolo. Gran obviedad, pero una realidad que no se aplica todo lo que hace falta. Hay que mancharse las manos, como decía Walter Benjamin. Hay que pasar por los procesos, conocer las funciones, saber compartir y comprender. Hay que saber mandar y para mandar te tiens que hacer respetar y para hacerte respetar tienes que saber de qué estás hablando. Bien.
Otra cosa. El trabajo se ha de pagar. Tienes que hacer el producto que puedas con el dinero que tengas. No pretendas hacer una película de ciencia ficción con presupuesto de cine de tres personajes. Haz una película de tres personajes estupenda y sobre todo, paga a todo el mundo. No se puede explotar a la gente abusando de su entusiasmo. Bien
Hay tres cosas fundamentales para Martín Cuenca a la hora de hacer cine: Oficio, Carácter, Talento. Las tres son necesarias por igual. Cuando una de las tres falla, el producto falla.
Por último una nota de optimismo en una conferencia que fue entusiasmadora: No es un fracaso llamar a 99 puertas que se cierran en tus narices; es un éxito llamar a una y que te la abran, Búscala y aprovéchala. No la desperdicies..
No está mal. Creo que los estudiantes que asistieron a esa clase la recordarán mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario