(casualidades: cuando he hecho la foto de mi ordenador con la página de Carmina, no me he dado cuenta que al lado tenia una libreta de Dieta mediterránea, la película que me permitió conocer personalmente a Paco León)
Estoy cansada de quejarme. Estoy cansada de que se quejen
los demás. Estoy cansada del pesimismo que nos invade y nos paraliza. ¡Ya
basta¡
Parece que los políticos y los medios de comunicación se
empeñen en amargarnos la
vida. En lugar de estimular y alentar a hacer cosas, a
imaginar, a buscar, a “emprender”, nos empujan a conservar, inmovilizar, nos
dominan con el miedo. Los que no tienen, porque ya no tienen y los que tienen
porque tienen miedo a perderlo, el caso es que nadie mueve un dedo y quién dice
un dedo dice un euro para que las cosas cambien. Me he cansado ya.
Por eso me gusta tanto la idea de Paco León con su película
Carmina o revienta. No voy a hacer una crítica de la película. Pero si
quiero insistir en que es absolutamente positivo la manera como se ha hecho y
la manera como se está vendiendo. Rodar en once días, con dos cámaras y con un
equipo de gente afín, le ha permitido a Paco León hacer una película que no
tiene nada que envidiar, al contrario, a productos mucho mas ambiciosos rodados
sin los suficientes medios convencionales que se quedan en nada. No hay nada mejor que saber sacarle partido a
lo que tienes, adecuar tus objetivos a los medios de que dispones para que el
resultado sea el mejor.
Estrenar la película
simultáneamente en cines, dvd (barato, 5’95 euros) y plataforma en Internet
(mas barato aun, 1.95 euros) es ser conciente del tiempo que vivimos. No se
trata de declarar la guerra a los exhibidores, simplemente avisarles que tienen
que cambiar su manera de enseñar las películas; no se trata de acabar con las
distribuidoras, simplemente que se den cuenta que distribuir en Internet es
mucho mas rentable, sobre todo si se ponen precios asequibles; no se trata de
que todo el mundo haga películas baratas y con cuatro amigos, simplemente es importante
demostrar que una película barata y con cuatro amigos no necesita las
subvenciones de la administración para poder hacerse. Las cifras del primer fin
de semana confirman que no hay una guerra entre salas de cine y plataformas
digitales. Hay una enorme ventaja que permite que la gente que vive en lugares
donde no hay salas de cine pueda ver la película al mismo tiempo que en un cine
de Sevilla, Barcelona o Madrid.
El experimento Carmina o revienta y las reacciones
contrarias que ha suscitado, me han recordado las reacciones violentas y de
rechazo que produjeron las primeras películas neorrealistas italianas. Rossellini
o De Sica habrían sido felices con Internet y los medios que hay ahora para
rodar. En definitiva, ellos hicieron algo parecido sacando las cámaras a la calle, filmando con
luz natural y sin decorados para abaratar los costes y poder contar lo que
querían contar.
Y aquí llegamos a lo mas importante. Para hacer cine lo
primero es tener algo que contar. Paco León lo tiene.
Los demás también deberíamos tener algo que contar, o mejor
dicho que hacer: quitarnos el miedo.
2
Respecto a una crítica solo puedo decir que la película me
parece una rareza. Tiene algo del primer Almodóvar, tiene algo de John Waters,
dos directores con los que todo el que ha escrito del film la ha comparado.
Pero tiene mucho mas de un neorrealismo berlanguiano plagado de mala leche;
Carmina no es un Torrente con faldas. Carmina es la voz de la gente cabreada,
harta de las burocracias y que, como un pícaro cualquiera de la España del
Siglo de Oro, decide “labrarse su futuro”. Quevedo no le habría hecho ascos a
esta Carmina.
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