domingo, 18 de enero de 2015

TEORÍAS



Hace unos días me llamaron unos estudiantes para pedirme una entrevista para televisión. Querían hablar de la situación del cine y de la profesión. Les dije que sí. El caso es que no eran estudiantes de cine, sino de televisión. Y  probablemente por eso, la entrevista empezó con una pregunta típica de televisión, aunque fuera de cine. Ese mismo día tenían que salir las nominaciones a los Oscar y lo primero que me preguntaron fue cuáles eran mis candidatas. Me quedé en blanco. De pronto, me di cuenta de lo poco que me interesa en este momento el asunto de los Oscar y si me apuran, el asunto de los premios.
En otras épocas de mi vida profesional, ese día yo habría estado al pie de la noticia, esperando a saber los nominados. En cambio ahora, me daba exactamente igual quienes fueran. Intenté explicárselo al chico que me entrevistaba que se quedó visiblemente descolocado ante mi falta de entusiasmo por los Oscar y los Globos y los…Quería hacerle entender que como informador de cine, este es un tema importante, pero como crítico de cine no. No sé si lo conseguí.
En todo caso, al día siguiente vi las candidaturas y la verdad es que me quedé gratamente sorprendida. Entre las películas candidatas a la mejor, hay cuatro que me gustan mucho y que escapan por completo a la idea de “película de Oscar”. Quizás si hubiera estado al tanto habría podido hacer una gran disertación sobre este tema. Preguntarme si los que han cambiado son los académicos o es que lo que consideramos más moderno, es la actual academia. Porque Birdman, Boyhood, Gran Hotel Budapest, son películas muy modernas, pero ¿no serán más heterodoxas ahora mismo películas como Perdida, Interstellar o The Drop que no han merecido ni una simple mirada? En fin, dejemos los Oscar a los informadores.

De momento esta semana se estrena La teoría del todo que también está entre las ocho mejores. La teoría del todo está basada en el relato autobiográfico y novelado de Jane Hawking donde cuenta su historia de amor con Stephen Hawking. Es un típico biopioc en el que brilla el actor que da vida al astrofísico postrado en una silla de ruedas, afectado por una esclerosis que le impide moverse. Eddie Redmayne le da vida de una forma excelente, con sentido del humor y del respeto, sin pasarse en el histrionismo. Una interpretación de Oscar sin duda. Muy bien ambientada, la gran virtud de esta película es la de hablar de una persona extraordinaria desde la normalidad con un lenguaje simple y sencillo que llega a todo el mundo. No sé si merece estar entre las ocho candidatas a mejor película, pero si merece ser tenida en cuenta.

Se estrena esta semana otro film que me parece digno de mención y que no está entre los nominados. No es que me guste demasiado, pero ya he dicho muchas veces que el gusto es una cosa y reconocer el interés de un film es otra. Y Babadook, de Jennifer Kent lo tiene. Es una película de género. De terror para ser exactos, pero no es en absoluto una película rutinaria. ¿Recuerdan un precioso film de Spike Jonze basado en un libro de Maurice Sendak, que se llamaba Dónde viven los monstruos? Pues bien, este Babadook se puede ver como el contraplano, o mejor aun el fuera de campo de aquel film. Es decir lo que le pasa a la pobre madre de ese niño aterrorizado por los monstruos hasta el punto de hacerlos visibles y mas que reales. La gracia del film, aparte del Babadook que se inventa, es que no cae en fáciles interpretaciones psicoanalíticas y deja siempre la duda. ¿Existe o no existe el Babadook? 

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