Esta
semana coinciden en Barcelona tres exposiciones de fotos que están relacionadas
con el cine. Son muy diferentes, como son diferentes sus autores. Demuestran
que la fotografía no es solo memoria, es también mirada. La mirada personal del
que hace la foto y decide como encuadrar, como iluminar, como mostrar ese
momento congelado para siempre que es una foto. A diferencia del cine, la
fotografía refleja un único instante. La falta de movimiento la dota de un sentido
trágico aunque no lo quiera: nada volverá a ser así. Incluso aunque hagas una
foto detrás de otra, como el agua en los ríos las imágenes nunca serán iguales.
El cine, al mostrar el movimiento, deja constancia de una realidad (la que
sea), pero no de un instante.
También,
a diferencia de la pintura, la fotografía deja poco espacio a la imaginación.
Un retrato pintado nunca será igual a un retrato fotografiado. En la pintura,
los elementos físicos que intervienen (oleos, tela) condicionan tanto como el tiempo
que se necesita para hacer la obra. Un cuadro es el trabajo de alguien que mira
y recrea en un espacio y un tiempo distinto. Una fotografía es el trabajo de
alguien que captura un momento en un único espacio y en único tiempo. Uf¡¡ me
he puesto teórica sin saber nada de esto. En fin todo viene a cuento de tres
exposiciones que me han gustado mucho.
Cineastes al seu
lloc, Retrats d’Oscar Fernádez Orengo. Filmoteca de la Generalitat.
Hace
años ya que Oscar se dedica a fotografiar a directores de cine, actores,
técnicos, incluso algún crítico. No se trata de simples fotos robadas al azar.
Son retratos muy elaborados, cuidados, pensados para que cuenten algo más que
lo que se ve. En esta exposición, Oscar ha reunido 62 retratos de cineastas en
blanco y negro y formato panorámico. Personajes de cine, directores españoles y
latinoamericanos, retratados en un espacio especialmente escogido por ellos. Un espacio
que dice tanto o más que el propio retratado de la personalidad de cada uno de
ellos. Es una muestra para ver con calma, para recordar lo que estos directores
han hecho, y también para constatar el paso del tiempo. A mí me pasó. Ver de
repente a Julio Medem, o Jota Bayona, retratados por Orengo me hizo darme
cuenta de que se han hecho mayores, que ya no son los chicos que empezaban y que
yo guardo en mi memoria. Ha sido interesante reconocerlos ahora en estos
espacios únicos.
Carlos Saura.
Fotógrafo. España años 50. Círculo del Arte.
Que
Saura es un gran fotógrafo, ya lo sabía. Que sus fotos siempre están llenas de
matices, también. Que es un coleccionista de imágenes y de instantes, es algo
que ha demostrado en sus anteriores exposiciones. Pero esta me ha impresionado
mucho. Quizás porque retrata (captura) una España que hemos olvidado, un
mundo que ha desaparecido. Pero que está ahí, debajo de la capa de modernidad y
progreso que vivimos ahora sesenta años después de que el joven Saura se
paseara por España retratando a sus gentes en su miseria y en su dignidad. Son
fotos de memoria histórica, embellecidas
por la mirada del que aun no era un cineasta, pero ya era capaz de reconocer un
encuadre, un tema, un rostro. Todas son bonitas, todas merecen un rato para
encontrar el detalle. Pero hay una que me ha impresionado más que otras. Es una
foto despojada: una pared, un patio, y un niño pequeño encerrado en una jaula
tan pequeña como él. ¿Qué habrá hecho este niño para que le encierren ahí? La
imaginación se dispara.
Faces, Isabel
Coixet.
Galería Rocío SantaCruz.
Las
caras son mi paisaje, dice Isabel Coixet en el texto de presentación de la
exposición. Y son caras lo que nos muestra en esta selección de rostros de
actores y actrices que han participado en sus películas. Pero Isabel no es una
fotógrafa convencional. Y lo demuestra en la forma en que nos ofrece estos
rostros en pequeño formato, manipulados y alterados por ella como si fueran
dibujos, y presentados dentro de un marco negro que rodea los cuadrados, los
óvalos, las circunferencias que encierran sus fotos. Es curioso porque siendo
como es la muestra de una mujer que usa la última tecnología digital para sus
imágenes, el resultado recuerda el de un gabinete de siluetas recortadas del
siglo XVIII. Ese es uno de sus atractivos.
Un
programa de cine en la televisión. La
cartellera
Los
programas de cine en la televisión hace muchísimo tiempo que existen. Ha habido
algunos añorados, Fila 7 todavía se
recuerda como un referente. De los que subsisten en nuestras pantallas de
televisión el más veterano es el Cinema 3
de TV3 que desde 1984 dirige y presenta Jaume Figueras. !!32 años¡¡ se dice
pronto. Días de cine en TVE también
tiene una larga trayectoria, está en antena desde 1994 y la larga etapa en que
estuvo dirigido por Antonio Gasset es sin duda una de las más estimulantes para
el cine en la tele. El tercer programa que hace tiempo se emite en las
televisiones es La cartellera, de
BTV. Y es este el que hoy quiero felicitar porque con el programa del 27 de
mayo llegaron al número !!500¡¡. No es fácil para una televisión local mantener
un programa que dura una hora hablando cada semana de la actualidad
cinematográfica más allá de los simples estrenos. Sin presentador que lo identifique, con
reportajes largos y muy elaborados, con criterios más críticos que informativos,
La cartellera retoma en cierto modo
el testigo de Fila 7. Asi que desde
aquí felicidades a Marta Armengou y Raúl Ruiz que prácticamente solos mantienen
vivo el programa.
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