(esta foto ilustraba el articulo del 10 de septiembre del año pasado)
Solo
unas líneas sobre La torre oscura:
Si
eres lector de La torre oscura, NO
VAYAS A VER LA PELÍCULA. Te indignarás
Si
no eres lector de La torre oscura, pero quieres serlo, NO VAYAS A VER LA PELÍCULA. Te
echará para atrás.
Si
no eres lector de La torre oscura y
no quieres serlo, NO VAYAS A VER LA PELÍCULA. Tiene un guión
infumable, una realización rutinaria, efectos especiales de pacotilla y un
casting completamente equivocado. Es tan mala, que no merece gastarse ni un euro en ella.
Por
favor, que alguien con cabeza se atreva a hacer una serie sobre la magnífica
obra de Stephen King. O mejor, que nadie la haga. Es mucho más interesante
imaginarte los personajes y los espacios según tus propios deseos. Y para mí,
nunca podrá haber otro pistolero como el Clint Eastwood de las películas de
Leone.
Copio
aquí lo que escribí el 10 de septiembre del año pasado por si alguien quiere
refrescar la memoria sobre los libros de Stephen King.
El libro es la saga inmensa de Stephen King: La torre oscura. Son siete
libros, casi 5000 páginas, un viaje a un mundo (muchos mundos) que me ha
ayudado a escapar de este tediosos y caluroso verano. King empezó a escribir la
primera parte de La torre
oscura, La hierba del
diablo, en 1970. Tenía 23 años. La publicó en 1982 cuando ya era un
escritor más o menos conocido gracias a Carrie.
King construyó este mundo paralelo o mundos paralelos, a lo largo de 34 años.
El volumen séptimo de La torre
oscura se publicó el año
2004. Ramon, mi marido que fue el primero en interesarse por la literatura de
King y descubrir que era uno de los grandes escritores del siglo XX,
compró los cuatro primeros libros de la saga en el año 2006. Yo entonces no
quise leerlos. Más tarde, leí el primero y el segundo, pero aunque me gustó, el
hecho de no tener los siete volúmenes me echó para atrás. Este verano los he
reunido todos y los he leído casi sin respirar.
Es imposible contar todo lo que sucede en este libro que es
western (Clint Eastwood, Sergio Leone, John Sturgess); es aventura medieval (el
rey Arturo y sus caballeros), es mundos fantásticos (Tolkien no está lejos), es
melodrama romántico, es historia de amistad y lealtades, es terror en estado
puro, es crónica contemporánea a su tiempo de gestación lo que la convierte en
lección de historia reciente. Roland Deschain, de Gilead, es el máximo
protagonista, el guía, el organizador, el que busca la Torre. Eddie Dean, de
Nueva York, Jake Chambers, de Nueva York, Susannah Dean, de Nueva York, son sus
tres acompañantes. Sin olvidarnos de Acho, el bilibrambo, uno de los mejores
hallazgos de la narración.
La torre oscura está
llena de ideas brillantes –como la
raedura, un sonido que abre una brecha en el aire y produce un sonido
insoportable, o los arrunados, niños a los que se les ha robado el
alma–; de personajes apasionantes, Susan Delgado, el padre Callahan… y
descripciones inesperadas e insólitas de paisajes y ciudades. Hay puertas entre
los mundos, hay rosas rojas y negras, hay un Rey Carmesí malvado y hay un
escritor, el propio Stephen King, que forma parte de la narración y se
convierte en una de las claves para que el viajero/lector llegue a la Torre y
consiga salvar al mundo, a los mundos, que se han movido y corren peligro de
caer en la oscuridad. Pero sobre todo hay una historia que si te engancha, no
te deja respirar hasta que, desgraciadamente, se acaba.
(Tengo que confesar que al leer este libro de libros he sentido
una extraña sensación de proximidad. En Solsticios, la primera parte de
mi novela La piedra negra,
escrita en 1981, ya hay un campo de rosas negras, puertas que comunican mundos
y un Nueva York que tiene en Central Park un escenario fundamental para la
historia).
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