sábado, 26 de mayo de 2018

VARDA Y LUCAS



(Ramon podría hacer una exposición o un libro de caras y lugares)
Agnès Varda
¡Como me gusta Agnès Varda!. Como me gusta lo bien que ha envejecido. ¡90 años dentro de unos días! Me gusta su aspecto de viejecita de cuento o, mejor aún, de duende travieso del bosque. Me gusta la forma que ha ido creciendo en humanidad, curiosidad y tolerancia a medida que iba decreciendo en tamaño. Y me gusta como ha roto las costuras de hacer cine atreviéndose con todo, experimentando con nuevos formatos, con nuevas narrativas, con nuevas historias. Varda no hace documentales, tampoco hace ficciones. Varda, como Joaquín Jordá (¡que hermosa pareja harían!) construye imágenes y con ellas construye relatos. De vida real, de seres reales, de Caras y Lugares. Hace un par de semanas tome prestado a Varda el titulo de este film para hacer una entrada en el blog. Ahora, se lo devuelvo aprovechando el estreno de la película.  
Caras y lugares es un trabajo a cuatro manos y a cuatro ojos. La pequeña viejecita que hace películas imposibles se pone al lado del joven fotógrafo que hace fotos imposibles. De las dos imposibilidades sale un proyecto común: recorrer Francia con un camión de photomaton haciendo fotos gigantes de las caras de la gente y colocándolas en grandes superficies de las casas, las fabricas, las estaciones, las rocas. Mientras JR hace sus enormes fotografías, AV le filma y filma a los que los miran. Todo junto se convierte en una fiesta de la imagen vista de otra manera. De las caras se pasa a los espacios y las figuras gigantescas  van llenando de vida lugares inesperados. Y mientras tanto AV y JR hablan, discuten, disfrutan. Y nos hacen disfrutar a los demás. No sé si es una obra maestra, no sé si pasará a la historia, pero si sé que es uno de los films que me han hecho sentir más feliz  en mucho tiempo. Y eso, de verdad, ya es mucho.


(mi Ewok particular también lee el libro de Lucas)
George Lucas
No quiero hablar de Han Solo, no. Pero si quiero hablar de George Lucas aprovechando el estreno del, por ahora, último eslabón de la gran mitología del siglo XX y XXI. Porque eso es La guerra de las galaxias, la creación de una mitología en una época en la que la épica ha desaperecido del mundo. Y hacerlo con un relato que entronca con las canciones de gesta y los cuentos de caballería que encantaban al Quijote, con princesas revolucionarias, emperadores malvados y héroes que no lo quieren ser. Y desde luego, con la Fuerza. Lo siento, pero soy una fan total de la saga. No solo de las tres primeras que son las tres segundas, también de las tres segundas que son las tres primeras y de las dos que han venido después y de Rogue One, que es un intermedio. Incluso de esta insulsa aventura de juventud de Han Solo que no llega a estar a la altura del gran fresco galáctico que ideo un joven de 30 años que quería recuperar la ilusión de ver películas como las de antes. Lucas, sin quererlo se convirtió el mismo en un guía de los cambios que iban a revolucionar el cine del último cuarto del siglo pasado. Un visionario, un iluminado, un hombre impredecible y solitario.
Hace unos meses se editó un libro sobre George Lucas, escrito por Brian Jay Jones. Reproduzco algunas frases de un texto que escribí para el programa La Cartellera de BTV hablando sobre el libro:
“Hombre reservado, callado, controlador y poco dado a compartir nada, escribir una biografía sobre George Lucas era todo un reto ya que no se podía contar con su colaboración. …El libro empieza con un curioso prólogo que bien podía ser la primera frase de La Divina Comedia de Dante. “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba…”  El catastrófico y difícil rodaje de La guerra de las Galaxias en 1976 fue para Lucas su selva oscura, la mitad del camino de su vida. Lucas tenía en ese momento 33 años, la mitad de su vida. Una vida que iba a cambiar radicalmente gracias al éxito inesperado de la nueva mitología que estaba creando…Jones articula la biografía bajo los epígrafes de las tres primeras entregas de la saga: La esperanza, comienza con su nacimiento en 1944 y va hasta el estreno de American Graffiti en 1973. El Imperio, se centra en los diez años cruciales de su carrera, de 1973 a 1983, es decir desde el origen de la guerra de las galaxias hasta el  estreno de El imperio contraataca. La tercera parte, El retorno es la que abarca el periodo más largo de su vida, de 1983 a 2016, es decir los años en los que se dedicó a construir un imperio industrial basado en la tecnología digital y los efectos especiales…Cada una de las partes tiene un tono distinto: más cálido en la descripción de una infancia no demasiado feliz y una adolescencia marcada por un accidente de coche que casi acaba con su vida y que, de forma indirecta, le llevó a dedicarse al cine. Apasionado y difícil en el segundo en el que se narran las enormes dificultades de la escritura y se consolida su afán de controlarlo todo. Frio y calculador en la tercera donde se puede establecer en paralelo a su propia vida una crónica de la tecnología y la industria que iba a cambiar el cine del siglo XXI… Apasionante para todos los que han crecido con Luke Skywalker, la princesa Leia y Han Solo y los que han soñado con ser Indiana Jones alguna vez. Pero también para todos aquellos que piensan que Lucas infantilizó el cine con sus cuentos de hadas del espacio. Estos últimos especialmente deberían leer el libro para descubrir un hombre de una gran cultura y complejidad con el que quizás no te irías a cenar, pero al que hay que agradecerle que revolucionara de forma radical el cine contemporáneo.”


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