sábado, 19 de enero de 2019

DOS DAMAS Y UNA REINA



(si quieren saber porque utilizo este dibujo de Ramon para ilustrar esta entrada, tendrán que ver la película)
Películas buenas se estrenan muchas al año; películas que me gustan, también, incluso aunque no sean buenas. Pero no suele pasar que te encuentres con una película sorprendente, inesperada, que te hace estar atenta a la pantalla todo el tiempo porque no sabes que va a pasar y, sobre todo, como va a pasar. Yo creo que desde los primeros films de Peter Greenaway, con el que esta Favorita tiene mucho que ver, no tenía esta sensación de estar esperando a ver con que sale el director. No es que los anteriores trabajos del griego Yorgos Lanthimos no fueran siempre inesperados y admirables, pero quizás por ser demasiado crípticos, Canino especialmente, o demasiado negros, El sacrificio de un ciervo sagrado, no habían llegado a conectar como lo puede hacer este cuento amoral, divertido y cruel, negro y barroco, en el que cada imagen es un reto al espectador por lo que cuenta y por como lo cuenta. Lo que cuenta es una historia de amor entre tres mujeres con el marco histórico de la guerra entre Gran Bretaña y Francia que tuvo en España un particular campo de batalla. En ese sentido, La favorita se puede ver como el contraplano del famoso 1714 barcelonés: la culpa de que Lord Marlborough abandonara a los catalanes a su suerte puede que fuera de una de estas dos favoritas, la más joven, la más manipuladora, la más amoral. En este contexto, la pobre Reina Anne, última de la casa Estuardo, modelo inconfundible de la Reina de Alicia en el País de las Maravillas a la que esperas oír en cualquier momento “Que le corten la cabeza”, es una pobre mujer enferma que cae fácilmente en las garras de dos damas extraordinarias y muy peligrosas: la dominante Lady Sarah que lleva las riendas del poder en la sombra y la seductora Abigail que consigue hacerse un hueco en la cama de la reina utilizando tácticas no demasiado licitas. El juego de estas tres damas en una corte poblada de seres abyectos y de criados aun peores, se desarrolla en un palacio de enormes pasillos, salones barrocos llenos de objetos inútiles, puertas falsas y luces de velas. Y ahí es donde entra el cómo. Dividida en ocho capítulos de títulos insinuantes y muy sugerentes, el film recurre al ojo de pez para mostrar la deformidad de la vida cortesana, y utiliza una preciosa iluminación que da a las velas todo su protagonismo de una manera exquisita y permitiendo que TODO SE VEA. Lo escribo con mayúsculas, porque estoy harta de películas en las que atendiendo a una supuesta verosimilitud, se desdibujan las figuras en una niebla infinita donde no se distingue absolutamente nada. Aquí sí y el resultado es casi tan hermoso como el de Barry Lindon, otro referente que viene a la cabeza viendo esta Favorita, barroca y tan moderna. Una última apreciación, ojo al discurso político, de una rabiosa actualidad: Gran Bretaña sola frente a Europa, no sea que nos contaminen.
No quiero acabar sin citar las tres actrices que interpretan a estas mujeres: Olivia Colman a la que descubrí en una serie estupenda que se titula Broadchurch y a la que veremos como Isabel II adulta en The Crown, es la desgraciada Reina Anne; Raquel Weisz, que ya había trabajado con Lanthimos en Langosta, hace de Lady Sarah, un personaje político y socialmente muy contemporáneo; Emma Stone, pone sus grandes ojos y su mirada entre inocente y malvada al servicio de una Abigail de la que, como la Eva de Mankiewicz, más vale mantenerse alejada.
(no me resisto a usar este dibujo de Ramon que ya ha aparecido en el blog en otras ocasiones, pero que parece hecho expresamente para ilustrar este film)


1 comentario:

  1. Hola Nuria. Efectivamente es una película inquietante, un poco incómoda de ver por lo rápido que pasa todo, por lo caprichosos que son los saltos narrativos y por la mirada del director (y la cámara). Las tres actrices están espléndidas y eso que hablan poco, son sus gestos y sus movimientos corporales los que las definen.

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