(si
quieren saber porque utilizo este dibujo de Ramon para ilustrar esta entrada, tendrán que
ver la película)
Películas
buenas se estrenan muchas al año; películas que me gustan, también, incluso
aunque no sean buenas. Pero no suele pasar que te encuentres con una película
sorprendente, inesperada, que te hace estar atenta a la pantalla todo el tiempo
porque no sabes que va a pasar y, sobre todo, como va a pasar. Yo creo que
desde los primeros films de Peter Greenaway, con el que esta Favorita tiene mucho que ver, no tenía
esta sensación de estar esperando a ver con que sale el director. No es que los
anteriores trabajos del griego Yorgos Lanthimos no fueran siempre inesperados y
admirables, pero quizás por ser demasiado crípticos, Canino especialmente, o demasiado negros, El sacrificio de un ciervo sagrado, no habían llegado a conectar
como lo puede hacer este cuento amoral, divertido y cruel, negro y barroco, en
el que cada imagen es un reto al espectador por lo que cuenta y por como lo
cuenta. Lo que cuenta es una historia de amor entre tres mujeres con el marco histórico
de la guerra entre Gran Bretaña y Francia que tuvo en España un particular
campo de batalla. En ese sentido, La
favorita se puede ver como el contraplano del famoso 1714 barcelonés: la
culpa de que Lord Marlborough abandonara a los
catalanes a su suerte puede que fuera de una de estas dos favoritas, la más
joven, la más manipuladora, la más amoral. En este contexto, la pobre Reina
Anne, última de la casa Estuardo, modelo inconfundible de la Reina de Alicia en
el País de las Maravillas a la que esperas oír en cualquier momento “Que le corten
la cabeza”, es una pobre mujer enferma que cae fácilmente en las garras de dos damas
extraordinarias y muy peligrosas: la dominante Lady Sarah que lleva las riendas
del poder en la sombra y la seductora Abigail que consigue hacerse un hueco en
la cama de la reina utilizando tácticas no demasiado licitas. El juego de estas
tres damas en una corte poblada de seres abyectos y de criados aun peores, se
desarrolla en un palacio de enormes pasillos, salones barrocos llenos de
objetos inútiles, puertas falsas y luces de velas. Y ahí es donde entra el cómo.
Dividida en ocho capítulos de títulos insinuantes y muy sugerentes, el film
recurre al ojo de pez para mostrar la deformidad de la vida cortesana, y utiliza
una preciosa iluminación que da a las velas todo su protagonismo de una manera
exquisita y permitiendo que TODO SE VEA. Lo escribo con mayúsculas, porque
estoy harta de películas en las que atendiendo a una supuesta verosimilitud, se
desdibujan las figuras en una niebla infinita donde no se distingue absolutamente
nada. Aquí sí y el resultado es casi tan hermoso como el de Barry Lindon, otro referente que viene a
la cabeza viendo esta Favorita,
barroca y tan moderna. Una última apreciación, ojo al discurso político, de
una rabiosa actualidad: Gran Bretaña sola frente a Europa, no sea que nos
contaminen.
No quiero acabar sin
citar las tres actrices que interpretan a estas mujeres: Olivia Colman a la que
descubrí en una serie estupenda que se titula Broadchurch y a la que veremos como Isabel II adulta en The Crown, es la desgraciada Reina Anne;
Raquel Weisz, que ya había trabajado con Lanthimos en Langosta, hace de Lady Sarah, un personaje político y socialmente
muy contemporáneo; Emma Stone, pone sus grandes ojos y su mirada entre inocente
y malvada al servicio de una Abigail de la que, como la Eva de Mankiewicz, más
vale mantenerse alejada.
(no me resisto a usar
este dibujo de Ramon que ya ha aparecido en el blog en otras ocasiones, pero
que parece hecho expresamente para ilustrar este film)
Hola Nuria. Efectivamente es una película inquietante, un poco incómoda de ver por lo rápido que pasa todo, por lo caprichosos que son los saltos narrativos y por la mirada del director (y la cámara). Las tres actrices están espléndidas y eso que hablan poco, son sus gestos y sus movimientos corporales los que las definen.
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