sábado, 19 de diciembre de 2020

JACK LONDON Y TRES RAREZAS

 


Martin Eden

Descubrí a Jack London cuando tenía 20 años. En los cuatro años siguientes, leí todo lo que pude encontrar de él. Algunas cosas en castellano, la mayoría en francés. De London me encantaba la mezcla entre aventura, filosofía, naturaleza y combate con uno mismo, con el paisaje, con el mundo. No supe quién era el escritor hasta mucho después. Por eso, cuando leí Martin Eden por primera vez en 1973, no me podía imaginar que ese relato de auto destrucción y creación era en realidad una autobiografía encubierta del propio London. Jack London es uno de los escritores que más veces se ha adaptado al cine. Las novelas del ciclo de la fiebre del oro y la vida salvaje en el Klondike y el Yukón, han sido películas y series en decenas de ocasiones desde la primera en 1907 hasta la última este mismo año, La llamada de lo salvaje, con Harrison Ford. También sus cuentos han dado pie a muchas adaptaciones, una de las últimas la excelente serie de Mateo Gil, Los favoritos de Midas con Luis Tosar, que se puede ver en Netflix. Por eso no deja de ser curioso que entre los más de 160 títulos que adaptan la obra de London, solo cinco se hayan atrevido con el libro de Martin Eden: un film mudo de 1914, una película de 1942 con Glenn Ford, una serie inglesa en 1979, una serie muy desconocida del año pasado y ésta del director italiano Pietro Marcello. Marcello nos ofrece una versión napolitana del antihéroe de London en un film hermoso, libre y muy contemporáneo. Ambientada en Nápoles, el Martin Eden de Marcello, con el rostro de piedra esculpida del actor Luca Marinelli, es el retrato de un hombre individualista y autodestructivo que atraviesa los grandes conflictos de la primera mitad del siglo XX. Relato atemporal y eterno, Martin Eden integra la mirada documental de su director en la narración de la vida de este obrero desclasado, desubicado en todos los contextos. Martin Eden es un arrebatador experimento visual, una excelente radiografía del siglo XX y un fiel retrato de las dificultades de la creación. Una gran película que nos devuelve la vitalidad y vigencia de la obra de un gran escritor.

 

RAREZAS



Rareza musical: Descubriendo a José Padilla, Marta Figueras y Susana Guardiola, estreno en Filmin

Crecí en una casa donde se cantaba mucho. Mi madre y mi abuela, también mi hermana, cantaban muy bien. Yo no, lamentablemente. A mí me expulsaron del coro infantil a los siete años y el trauma me ha impedido cantar toda mi vida. Pero algunos de los recuerdos más bonitos de mi madre es cantando canciones de la España de sus amores, la que dejó en 1939 cuando tuvo que exiliarse en México. Mi madre cantaba tangos, cuplés, canciones de Conchita Piquer. Y cantaba El relicario y La violetera mientras tejía suéteres para todos. Nunca se me ocurrió pensar que esas canciones tenían un autor, de la letra y de la música. Por eso, cuando Marta Figueras me mandó un link para ver su debut como directora, no esperaba encontrarme con ese pasado feliz en forma de música. Nunca un título fue tan apropiado: Descubriendo a José Padilla. Efectivamente descubrimos a José Padilla, el compositor de esas y de muchas más canciones que están en la memoria popular de varias generaciones. Fue una sorpresa. Pero no solo por conocer a un personaje del que ni siquiera sabía su existencia. También por la forma como lo vamos descubriendo en un documental muy trabajado, muy bien documentado y con una intención muy clara: reivindicar una música importante. No fue amor a primera vista. Al principio, la voz en off y el niño pianista, me escamaron un poco. Pero enseguida la historia coge vuelo y te arrastra en la vida de este personaje a través del mundo de principios de siglo XX, Madrid, Barcelona, Valencia, París, Buenos Aires, Nueva York… Usando el contrapunto de imágenes de archivo muy bonitas y bien seleccionadas –algunas espectaculares como todas las de Mistinguett–, con imágenes de ahora mismo filmadas en los espacios donde sucedió la historia, la vida de José Padilla adquiere una dimensión de atemporalidad, o de eternidad, muy especial. Descubriendo…es un documental musical antes que nada y esa es la razón de que las interpretaciones sean fundamentales. En esto Marta y Susana también juegan al diálogo entre actuaciones históricas, Carlos Gardel, Sara Montiel, Raquel Meller, y actuaciones actuales que ofrecen versiones muy contemporáneas de canciones legendarias. Todo junto compone un musical que es retrato de una época tanto como retrato de un músico estupendo al que vale la pena conocer y reconocer.



 Rareza malsana: Baby, de Juanma Bajo Ulloa, estreno en salas.

Esta es una película extrema. En todos los sentidos. Formalmente, por la apuesta de contar una historia sin una sola línea de diálogo, usando el sonido y la música como creadores de atmosferas. Pero el extremo nace sobre todo de la manera como Bajo Ulloa, con la ayuda de seis actrices que se han puesto en sus manos para que haga con ellas lo que quiera, narra este cuento gótico y cruel, malsano y turbio sobre las diferentes maneras de encarar la maternidad. Es este tema el que enlaza Baby con sus dos primeras películas, las inquietantes Alas de mariposa y La madre muerta. Madres de todo tipo: la que no puede resistirse al instinto; la que no puede soportar el dolor de la pérdida; la que es incapaz de entender lo que es ser madre; la que cree que se puede comprar la maternidad y por último, la niña que aún no sabe lo que eso significa. Poblada de arañas, gusanos, ratones y mariposas, casi toda la película sucede dentro de una casa encantada, llena de recovecos, como la guarida de una Alicia encerrada sin poder escapar de la tela de araña que se teje en ese lugar fascinante y terrible. Porque la película es tan fascinante como desagradable., tan hermosa como perversa. Baby es un experimento formal, un ensayo cruel sobre la maternidad, un cuento que no deja indiferente: o la odias o caes bajo su influjo. El espectador es libre de decidir en qué lado de la línea se queda.

(un apunte curioso que me parece interesante: El director de fotografía de Descubriendo a José Padilla y de Baby, es el mismo: Josep María Civit. El hecho de ser tan distintas y de tener las dos fotografías excelentes, nos demuestra la gran profesionalidad de Civit que sabe adaptarse tanto a la mirada documental cercana y fresca del musical, como a la hermosura fétida del cuento macabro y maternal).

 



Rareza cotidiana: El arte de volver, Pedro Collantes, estreno en salas.

El cine español es muy variado, muy diverso (la prueba son estas tres rarezas estupendas). Y en su diversidad tiene cabida una especie de subgénero que podemos llamar rohmeriano o incluso jonastruebiano. El debut de Pedro Collantes en el largo, tras una larga trayectoria en el corto, se enmarca en este tipo de cine. Cuenta las primeras 24 horas que Noemí, (maravillosa Macarena García) pasa en Madrid, donde ha llegado para participar en un casting después de vivir seis años en Nueva York. Sus encuentros, siempre en diálogo uno a uno con otra persona, la llevan desde la sala de espera del casting donde soporta a una aspirante muy pesada, a la habitación de su abuelo en una residencia; de una conversación difícil con su hermana, a la tristeza de un encuentro frustrante; del descubrimiento de una traición, a una secuencia, en un taxi donde Noemí se da cuenta de que ella no es el centro del mundo. Concebida como pequeñas viñetas en las que poco a poco vamos conociendo a Noemí, lo mejor del film es su ritmo pausado, tranquilo, sin estridencias ni momentos de tensión, pero si con una sensación no tanto de tristeza como de abandono de capas muy pesadas que Noemí va dejando atrás. Al final, Noemí surge como una mariposa de una crisálida (quizás la metáfora me la ha sugerido Baby) y podrá encarar una nueva etapa de su vida. Me gusta mucho esta película rodada en once días justo antes del confinamiento de la primavera. Cine hecho de verdades que no tienen porque ser reales, cine limpio y libre de presiones. 

El regalo de esta semana  es una hermosa orquídea, tan violeta como las de la canción, tan perturbadora como los insectos de Baby y tan bonita como Noemí.



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