(homenaje nada encubierto a Centauros del desierto)
Noticias del gran mundo (Netflix)
La sombra del árbol de John
Ford es alargada y da cobijo a muchos cineastas muy diferentes. Pero nunca me
imaginé que bajo ese árbol de múltiples ramas encontraría al director británico
Paul Greengrass, autor de títulos tan variados como Vuelo 93, Domigo sangriento, La trilogía de Bourne o 22 de julio. Quiero decir que el
humanismo de Ford no me casa con la acción y la denuncia que caracterizan su cine.
Pero si, por lo visto si casan. La prueba la tenemos en Noticias del gran mundo, un western contemplativo, una road movie
emocional y física a través de los grandes territorios texanos. Su protagonista,
el derrotado capitán del ejército sudista Jefferson Kyle Kidd, se dedica a
viajar de pueblo en pueblo leyendo los periódicos para los habitantes de esas
lejanas y casi olvidadas tierras. Es un hombre desencantado, un hombre
tranquilo, un personaje fordiano. Lo interpreta Tom Hanks, el heredero natural
de James Stewart. Este hombre que viaja solo, se encuentra en su camino con una
niña perdida, una niña alemana que ha vivido seis años con los indios kiowa y
ahora está sola y asustada. El capitán la recoge y se propone devolverla a lo
queda de su familia. Juntos emprenden un viaje que podría ser un epílogo de Centauros del desierto. Esta extraña y
entrañable pareja se van conociendo poco a poco, se van descubriendo, se van
ayudando uno a otro a sanar viejas y profundas heridas. Es muy hermosa sin
duda, pero cae en algunas tentaciones que Ford habría evitado. A Greengrass le
sale su vena de denuncia y en lugar de soslayar, no evitar, como habría hecho
Ford, los conflictos sociales y la violencia que les acecha, insiste en los
obstáculos aprovechando para dejar claro, sin quererlo, que los energúmenos que
asaltaron el Capitolio hace poco más de un mes, ya estaban en Texas con toda su
ferocidad y estupidez. Quizás los tiempos hacían necesario esta presencia
malsana que provoca un cierto ruido en el centro del relato que es la relación
entre el capitán y la pequeña Johanna. En todo caso no me molesta. Lo entiendo
y no me impide apreciar la serenidad de ese viaje y de ese encuentro. Y
reconocer dos homenajes nada velados a Ford. Un plano de una puerta casi igual
al de Centauros del desierto y una
columna de indios en el polvo, que recuerda el Gran Combate. Ford a través de Greengrass sigue estando presente.
Tigre Blanco (Netflix)
Fue una buena amiga la que me
hizo fijarme en esta película de Netflix. En la sobreabundancia de títulos y
estrenos de la plataforma, un film como éste puede pasar desapercibido. Me
alegro que alguien me lo señalara porque me ha gustad mucho. Es la última
película de Ramin Bahrani, un director norteamericano de origen iraní del que,
como en el caso de Greengrass, nunca me habría imaginado que hiciera una
película así, tan alejada del resto de su filmografía. Tigre blanco es una película india, y si no supiera que Bahrani es
un americano/iraní, no dudaría en afirmar que está dirigida por un indio. Un
indio especial, es cierto. El tigre blanco es un animal raro, un tigre, si,
pero con una cualidad única: escapa a los estereotipos de su raza y es muy
escaso. Lo que nos cuenta este film negro es la historia de un tigre blanco.
Narrada en primera persona, el film comienza con una secuencia que nos deja
ante una pregunta ¿qué pasó esa noche? A partir de ahí, será el propio protagonista,
el joven Bairam, el que nos vaya contando, en realidad se lo cuenta a un
importante líder chino de visita en la India, como se convirtió de esclavo y
fiel servidor, encerrado en las rígidas costumbres de las castas y las clases,
en lo que es en el momento de empezar su historia: un rico industrial de la
moderna y capitalista India corrupta de ahora mismo. Es una película larga, más
de dos horas, pero tiene un ritmo trepidante, giros de guión, escenas scorsesianas
sin ser demasiado violentas. Es un retrato de la India del siglo XXI, con sus
luces y sus muchas sombras. No es una película redonda, pero funciona muy bien
y no puedes dejar de pensar que lo que hace este tigre sin uñas para
convertirse en un tigre blanco, es algo que sus muy estúpidos amos se merecen.
Desde aquí le agradezco a Netflix que esté dando visibilidad a culturas, países
y sociedades ausentes casi siempre de nuestras pantallas convencionales. Es un
soplo de aire fresco, aunque en el fondo sea un aire tan viciado como el de
nuestro paisaje más cercano.
EL RINCON DEL ESTRENO
(Nina
y Mado nunca estuvieron juntas cuando eran jóvenes, ahora sí lo están)
Entre nosotras
En el año 2009 Miguel
Albadalejo hizo una película llamada Nacidas
para sufrir en la que contaba la relación lésbica entre una mujer mayor y
su también mayor, aunque no tanto, cuidadora. Era una comedia negra en la que
se atrevía a poner en imágenes uno de los tabúes de la sociedad. Si ya la idea
del sexo y el amor en lo que se llama la tercera edad, es algo que cuesta
asumir por los hijos y por la sociedad, en el caso de ser sexo y amor entre dos
mujeres mayores (entre dos hombres esta más aceptado) es aun más tabú si cabe.
Por eso me gusta esta película de un director italiano de 40 años, Filippo Meneghetti, que para su debut en el
largo ha decidió contar el amor y la amistad de dos mujeres mayores. Nina y
Mado se quieren desde siempre, pero la vida las ha llevado por caminos
separados, hasta que consiguen reunirse. Mado, viuda con dos hijos vive
enfrente de Nina, una mujer sola. Son vecinas para todo el mundo, pero en
realidad son amantes y comparten juntas el más cálido apartamento de Mado.
Cuando las conocemos, están pensando en instalarse en Roma sin tener que
esconderse de nadie. Pero un hecho inesperado, viene a trastocar todos sus
planes. Este es el primer cambio de un guión que irá acompañando a estas dos
mujeres en un camino no siempre sencillo. Las dos actrices que dan vida a las
amigas, la inolvidable Lola de Fassbinder, Barbara Sukowa y la veterana Martine
Chavallier, llenan de emoción, silencio, amor y rabia, esta historia sobre la
libertad de amar a quien se quiera y a la edad que se quiera. Sin trabas, sin
obstáculos, sin miedos y sin vergüenza.
También se estrena esta semana
Nuevo orden, la película mexicana de
Michel Franco que pone en imágenes la violencia organizada en las calles. No me
gusta, me parece pedante, pretenciosa y exagerada, pero la verdad es que visto
lo que ha sucedido esta semana en varias ciudades españolas, no puedo dejar de
pensar que su nuevo (viejo) orden está haciéndose realidad aquí y ahora,
alentado por un trumpismo local y manipulador ejercido por los que quieren
realmente un viejo (nuevo) orden. El film es violento, desagradable, feroz.
Pero, desgraciadamente, es oportuno.
El regalo de esta semana es un paisaje fordiano.
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