sábado, 11 de diciembre de 2021

LA VIDA


La vida era ESO. En ese ESO está comprendido todo lo que la vida ha sido y es y no se sabe si será. La vida era eso, es el título de una película española de David Martín de los Santos que se estrena esta semana y que junto con Josefina de Javier Marco y Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra, integra el mejor trío de debuts interesantes del cine español en este 2021. Los tres son muy diferentes entre sí, aunque la película de Javier Marco y la de David Martín de los Santos tienen en común ser retratos de gentes sin historia, personajes que simplemente “viven”, mientras que el espíritu de García Ibarra se adentra en territorios más estrambóticos, aunque igualmente reales.

 



La vida era eso, de David Martín de los Santos

La vida era eso cuenta la historia de una mujer, o mejor dicho de una mujer y el recuerdo, la promesa, y el deseo cumplido, de otra. Empieza en un hospital azul y frio de Gante en Bélgica y acaba en un anaranjado y cálido paisaje almeriense. Entre medio, un viaje interior acompañado de un viaje físico, el que hace María, la mujer mayor, cumpliendo el deseo de Verónica, la mujer joven. Ambas se encuentran en un momento crítico de sus vidas, nadie ingresa en un hospital por unas vacaciones. Su primer contacto no puede ser más duro, pero la convivencia en esa habitación de hospital belga las llevará a hacerse confidencias y acabar siendo amigas a pesar de la diferencia de edad. María, es decir la excelente Petra Martínez, tiene más de setenta años y lleva tanto tiempo viviendo en Bélgica que casi no recuerda como era su León natal; Verónica, una contenida Ana Castillo, tiene poco más de veinte y está trabajando allí como temporera. Las dos salieron de su pueblo y de su país por razones económicas, las dos desean volver de alguna manera. La inteligencia y el principal atractivo de la historia de María y de Verónica es el giro que da el film al entrar es su segundo acto. Es ahí donde descubriremos ese ESO que lleva a María a emprender su viaje de recuperación del tiempo pasado y de conquista del tiempo futuro. Ambientada en el año 2011, en plena crisis económica, La vida era eso pasa de oler a mejillones y cloroformo a oler a higuera y a sal. Emocionante sin caer nunca en la sensiblería, con personajes positivos y luminosos, La vida era eso es un canto a la posibilidad de transformar el ESO en cualquier momento y a cualquier edad. Martín de los Santos nos regala un pedacito de vidas y nos permite pensar que la vida es ESO que cada uno quiere, y puede, conseguir que sea. “Cuando te mueves y vas a muchos sitios, el tiempo te pasa rápido y luego, cuando lo recuerdas, te das cuenta de que en realidad pasó más lento. ¿A ti no te pasa?”

 



No mires arriba de Adam McKay

También podrían pensar que la vida era eso los protagonistas de esta comedia apocalíptica del fin del mundo: para ellos la vida era definitivamente eso. Porque, y no hago ningún spoiler, no tendrán jamás un podrá ser. No hay futuro. Cuajada de estrellas, Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, esta película de catástrofes dirigida por Adam McKay, nos enfrenta al auténtico meteorito destructor de la humanidad: la estupidez y la avaricia. Todos en este film son estúpidos, desde la ingenua astrónoma que descubre el cometa al que darán su nombre (Lawrence), hasta la impresentable presentadora de televisión prepotente y sin escrúpulos (Blanchett), pasando por el profesor enredado en su propia telaraña de ignorancia (DiCaprio) y una presidenta trumpiana que le permite a Meryl Streep reírse de ella y de su personaje mientras piensa como enriquecerse un poco más. La verdad, acabas pensando que para que el mundo esté en manos de estos tipos, mejor que se acabe de una vez. No mires arriba no quiere ser una película política, pero lo es. Aunque nos reímos con ella y de ellos, no puedes dejar de pensar que el meteorito Covid19 ha hecho reaccionar a los mandamases del mundo de manera muy parecida a la de esta presidenta prepotente y analfabeta, que los medios de comunicación se han comportado de forma tan irresponsable y banal como los presentadores de ese programa tan reconocible en cualquier televisión, los supuestos especialistas que deberían vigilar el cielo, o los virus, no han sido muchas veces mejores que el pobre profesor Mindy y que detrás de todo hay alguien acumulando riqueza como el famoso y un poco olvidado Tío Gilito, el rico tío del Pato Donald, al que el odioso Peter Isherwell se parece mucho. No mires arriba lleva implícita una orden NO MIRES, ni arriba ni a ningún otro sitio, no sea que veas lo que está pasando y empieces a darte cuenta de que la vida ya no es eso que creías. Sin ser la mejor película de Adam McKay, este film que se estrena en cines y se podrá ver desde el 24 de diciembre en Netflix, es una comedia negra que provoca risas congeladas.

 

EL RINCÓN DE LAS SERIES


Succession, HBO

El hecho que Adam McKay sea el productor, en colaboración con Will Ferrell, de la serie de HBO Succession, me ha llevado a pensar en hablar de ella. Creada por Jesse Armstrong en el 2018, Succession tiene ya tres temporadas, la última aun  no se ha emitido completa y por eso no la he visto. No me gusta ver las series semana a semana, prefiero esperar y verlas seguidas. Por tanto, no sé si la historia sigue bien o se estropea. En todo caso, sí puedo hablar de las temporadas una y dos. El resumen argumental dice. “Serie que sigue a la disfuncional familia de Logan Roy y sus cuatro hijos, que controlan una de las empresas de medios de comunicación y entretenimiento más importantes del mundo. Los problemas llegan cuando se plantea quién será el sucesor del patriarca.” La figura de Logan Roy, el padre, el amo, el jefe de todo eso, interpretado por un Brian Cox que se crece de capítulo a capítulo a medida que sus cuatro hijos decrecen en la misma proporción, es muy reconocible. Me vienen a la cabeza algunos poderosos patriarcas de los medios de comunicación locales cuyas vidas darían para series tan inmorales y maquiavélicas como ésta. Pero estamos en Estados Unidos, en el seno de la familia de alacranes humanos que son los Roy. Comedia negra, hilarante tanto como irritante, feroz y adictiva, una vez que empiezas, con esa secuencia magistral del viejo Logan, donde queda clara no solo su demencia, sino su poder, no puedes dejar de verla, quieres saber más de lo que les pasa al mediocre Kendall, almiserable Roman, a la manipuladora Siobhan y al medio atrasado Connor, sin olvidarnos de dos personajes nada secundarios, el oportunista Greg y el desgraciado Tom, Ah y la fuerza en la sombra que es la maquiavélica Marcia. Succession es una serie política en el mejor sentido del término, ya que deja muy claro quién controla el auténtico poder: el dinero y los medios de comunicación. Es una lección de capitalismo salvaje que sirve de perfecto complemento al No mires arriba, una frase que los hermanos Logan aprenderán a aplicar en sus propias vidas.


El regalo de esta semana es un bonito jarrón resquebrajado, como las vidas que eran ESO.

 



 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario