sábado, 25 de diciembre de 2021

MUSICALES

 

 

(el mejor número de la nueva versión de West Side Story)

West Side Story de Steven Spielberg

Entiendo y comparto la fascinación de Spielberg por West Side Story. Para los adolescentes que en 1961 tenían entre 10 y 20 años, el musical de Jerome Robbins, Leonard Bernstein y Stephen Sondheim que Robert Wise convirtió en película mítica, fue un acontecimiento. No sé dónde la vio Spielberg, pero para mí, entrar en el recién inaugurado Cine Aribau para ver una película de mayores, fue algo extraordinario. Nunca he sido mitómana ni fetichista, pero las canciones y los bailes de esos chicos en las calles del West Side se me quedaron grabadas para siempre. Por eso no solo no cuestiono su derecho sino que aplaudo que Spielberg haya querido jugar con ese recuerdo para dotarlo de una segunda vida que fascine a las nuevas generaciones de adolescentes, al mismo tiempo que atraiga a las viejas generaciones que la recuerdan como algo importante en sus vidas. Conociendo al director de tantas historias inolvidable, estaba claro que no iba a hacer un simple remake, ni del musical original de 1957, ni de la película de 1961. Spielberg iba a hacer su West Side Story jugando con la ventaja del tiempo transcurrido. Cuando Wise filmó su versión del éxito de Broadway, los barrios del West End aun existían; filmarlos ahora, sabiendo que desaparecieron por completo para dar paso a nuevos espacios como el Lincoln Center, le da a Spielberg un margen para hablar de fin de una época, o mejor aún, la muerte de una forma de vida. La gran aportación latina en la cultura de Estados Unidos es otro de los elementos que Spielberg utiliza a su favor. Wise recurrió a actores americanos (menos Rita Moreno) para representar a los puertorriqueños de los Sharks, con un Bernardo interpretado por el actor de origen griego George Chakiris. Steven Spielberg, en cambio, cuenta con un espléndido grupo de actores latinos que dan credibilidad a la historia hablando en una mezcla constante de inglés y español que el director ha mantenido sin subtitular en el estreno norteamericano y que puede ser una de las razones de porque allí no ha funcionado lo bien que debería: la América de Trump no habla español, pero él apuesta por el bilingüismo en la sociedad. Darle a una Rita Moreno de casi 90 años un papel importante, no un simple cameo, es otra de las apuestas ganadoras de Spielberg. La inolvidable Anita del 61, es aquí Valentina, viuda de Doc, el dueño de la tienda donde trabaja Toni y auténtica voz de la conciencia del barrio en el que los Sharks y los Jets se enfrentan continuamente. Regalarle a Rita Moreno la preciosa canción Somewhere es uno de los mejores momentos de la nueva versión. Hay otros cambios musicales que Spielberg se ha permitido introducir, unos sin duda para mejorar el original. Sacar América a las calles de la ciudad en una coreografía espléndida, es uno de ellos; mover la dura Cool de casi el final donde la cantaba Ice y la bailaban los Jets, a un momento crucial de la trama cantada por Rif, también funciona muy bien, Hay otros que no encajan como debían en el crescendo de la tragedia, pero esos ya los descubrirán cuando vean la película. Un aplauso para el casting del nuevo West Side. David Álvarez como Bernardo y Mike Faist como Rif están impecables, pero para mí la auténtica revelación del film no es la jovencísima Rachel Zegler como María, ni el alto y guapo Ansel Elgort como Toni, el gran descubrimiento de este nuevo West Side Story es Ariane DeBose como Anita. Verla bailar con el vestido amarillo en las calles del West Side o brillar en el espectacular baile del gimnasio, es una maravilla. Mucho más política que la del 1961, también un tanto más sórdida en su recreación de un mundo que muere, toda la película es un regalo que Spielberg ha hecho al niño de 10 años que descubrió los musicales con este Romeo y Julieta neoyorquino. Y yo se lo agradezco a pesar de tener una o dos pegas que ponerle. Pero ¿qué obra maestra no tiene una o dos pegas?

Una recomendación: por favor véanla en Versión Original. Todo el juego de pasar del inglés al español se pierde y desvirtúa en la versión doblada.

 

(los dos Larson, el real y su versión cinematográfica)

tick tick… Boom¡, de Lin Manuel Miranda, Netflix

“Jonathan Larson decía que lo contrario de la guerra no es la paz, sino la creación. ¿Qué hacemos cada día para crear paz en el mundo? Eso debería comenzar por un diálogo. Hay muchas cosas que nos separan y dividen, y con las redes sociales esas divisiones son muy públicas, nos fuerzan a tomar posición antes de saber si estamos defendiendo u ofendiendo. El diálogo es la respuesta. Nos dividen una miríada de cosas y lo importante es que seamos capaces de hablar de lo que nos hace diferentes. Y de lo que nos hace similares.” Son palabras de Rachel Zegler, María en el nuevo West Side Story, que me permiten enlazar directamente con tick, tick... Boom! de Lin Manuel Miranda, estrenado en Netflix hace poco más de un mes. Basado en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, protagonizado por un estupendo Andrew Garfield, el film sigue la historia de un aspirante a compositor de musicales, camarero en Nueva York, presionado por llegar a los 30 años sin haber triunfado. Larsson tenía un año cuando se estrenó West Side Story y casi 30 cuando se estrenó tick tick… Boom¡ en el off Broadway. Entre ambas obras hay un nexo de comunicación en la figura de Stephen Sondheim, autor de las letras de West Side Story y personaje inspirador de Larsson al que apoyó desde el principio. El propio Sondheim es un personaje en esta versión de Miranda que sigue muy fielmente la obra original. tick tick… Boom¡ es un musical distinto. Planteado como una confesión autobiográfica en un escenario, el film nos coloca en un Nueva York muy distinto del de Wise/Spielberg. El Nueva York de los 90, con el auge de los yuppies cabalgando el dinero fácil y el SIDA desbocado diezmando a una juventud que no estaba preparada para su envite. Musicalmente es preciosa, aunque tengo que reconocer que no tararearé sus canciones como si hago con las de West Side Story. Hay dos momentos muy interesantes en este film: uno, ver cómo nace una obra en un taller de lectura al que asisten productores que, como los emperadores romanos y los gladiadores, al final levantan o bajan el pulgar determinando el futuro de la obra. Es ahí donde Sondheim jugó un papel destacado en la vida de Larsson. El otro es el consejo que le da Ira Weitzman a Larsson después de presentar su musical futurista Suburbia: escribe sobre algo que conozcas, escribe sobre la gente que te rodea. Un consejo que llevó al compositor a hacer primero este tick.. tick.. Boom¡ y luego Rent, dos musicales imprescindibles de los noventa. Un buen consejo que, por cierto, es útil para cualquier escritor: incluso haciendo novelas de ciencia ficción, intenta escribir de lo que conoces. Larsson murió prematuramente a los 36 años truncando una carrera que podía haber sido espléndida. Ahora lo podemos recuperar en este film que hará las delicias de los amantes del musical, pero también puede interesar a todos aquellos que no entienden que de repente la gente se ponga a cantar en medio de una frase.

Dos musicales para la última semana de un año que no ha tenido nada de musical. Si alguien hiciera una obra sobre lo que el mundo está viviendo estos dos últimos años, sería tan deprimente y descorazonadora que creo que habría que desoír el consejo de escribir de lo que conoces: mejor escribir, cantar o soñar con un mundo imaginario donde no haya covid ni políticos.

(Aprovecho para recomendar los programas de radio que está dedicando Alex Gorina a la figura de Stephen Sondheim en L’Audiovisual de Catalunya Radio bajo el título de Un Nadal amb Stephen Sondheim (1930-2021). Son muy buenos. https://www.ccma.cat/catradio/audiovisual/)

 El regalo de esta semana podría ser un ciervo del trineo de Santa Claus, descansando tras su noche de trabajo. Ojala nos haya traído a todos un poco de esperanza en que las cosas mejorarán. ¡Feliz Navidad!

 


 

2 comentarios:

  1. Preciosa tu descripción de West Side Story. Me ha puesto la piel de gallina recordando la original.Comparto tus sensaciones. Gracias por tu blog. Un abrazo y FELIZ NAVIDAD. Soy Nuria Cortina. Besos.

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  2. Querida Nuria: suscribo todas tus palabras acerca de los dos musicales que me han hecho disfrutar tanto en las últimas semanas. Es una lástima que WSS esté fracasando en taquilla aunque… tampoco la de Wise arrasó en su estreno, creo recordar, y mira cómo ha llegado hasta hoy. Un beso desde Donostia.

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