sábado, 20 de mayo de 2023

PAISAJES


“Bien está la discreta aridez de las cimas nevadas, bien está la boca negra del mar siempre abierta a sus presas, aunque no separe los labios.” (Luis Martín Santos) Esta frase de uno de los libros de Luis Martín Santos que estoy leyendo, parece escrita expresamente para acompañar esta entrada de paisajes.

 


La montaña. Las ocho montañas de Felix Van GroeningenCharlotte Vandermeersch

Hay un diálogo en la película que me parece justifica todo la historia. Pietro y sus amigos de Turín están en la cabaña que ha construido con Bruno en la montaña. Los amigos se extasían ante la belleza de la naturaleza. Bruno les replica: “Solo los de la ciudad la llamáis “naturaleza”. Es tan abstracta en vuestra mente que el nombre también lo es. –¿Tú como la llamas?-, replica uno de los turineses. Aquí –responde Bruno–decimos “busch, bascul, fium, crap, senter”. Cosas que se pueden indicar con el dedo, que se pueden usar”. No es solo la diferencia de la lengua, el dialecto de Bruno frente al italiano de los turineses, lo que pone en evidencia este diálogo. Es mucho mas, es el sentirse parte de algo o el de simplemente mirarlo desde fuera. Este es solo uno de los temas que sobrevuelan este precioso film que adapta la novela de Paolo Cognetti. El otro, el central, el más importante, es la amistad entre un niño de ciudad, Pietro, también llamado Berio y un niño de montaña, Bruno. Una amistad masculina que se prolonga en el tiempo hasta que los dos son hombres adultos, una amistad fiel, constante (a pesar de largos periodos de ausencia) en la que no hay nunca una sombra de homosexualidad. Las ocho montañas apuesta por la amistad por encima de todo. Incluso por encima de las relaciones padre e hijo que son otro de los ejes que circula por los senderos, los caminos, las cumbres y los lagos de un paisaje alpino que es el auténtico protagonista. Dirigido a dos manos por Felix Van GroeningenCharlotte Vandermeersch, Las ocho montañas plantea una teoría: “Esto es el mundo, –dice Pietro mientras dibuja en un cuaderno–. Hay ocho montañas y ocho mares y en el centro hay una gran montaña, el Monte Semeru. La pregunta es esta ¿Quién ha aprendido mas, quién ha recorrido las ocho montañas y los ocho mares o quien ha llegado a la cima del Monte Semeru? Bruno le responde. –Yo soy este, el que sube a la montaña y tu eres el que ha hecho la vuelta por las ocho montañas”. Ese es el punto: ¿qué somos cada uno, los que suben a la montaña y se quedan porque no necesitan nada más, o los que recorren las ocho montañas? Me ha gustado mucho esta película aunque reconozco que quizás es un poco larga, abusa de una voz en off redundante y tiene una banda sonora que no está a la altura de las cimas que retrata. Por suerte los dos actores que asumen el rol del adulto Pietro, Luca Marinelli (inolvidable Martin Eden) y el adulto Bruno Alessandro Borgui tienen tanta química entre ellos y con las montañas, que, al menos a mí, me hacen obviar lo que no me gusta del film. Y me hacen recordar lo mucho que añoro ir a las montañas, aunque sea solo para mirarlas.

 


El mar: Sica, de Carla Subirana

El mar poderoso, indomable y peligroso en su atracción domina este film tan físico como mágico. La violencia de las olas rompiendo en la Costa de la Morte gallega es el sonido inquietante y misterioso que acompaña las voces de los muertos en la profundidad del mar. Sica, una adolescente de 14 años, se niega a aceptar que el mar no le devuelva el cuerpo de su padre, un marinero desaparecido en un naufragio. Con el viento haciendo volar sus cabellos, Sica recorre los acantilados, las playas, las cuevas, investiga, busca y conoce a Suso, un chico de 15 años, un cazatormentas convencido que está a punto de llegar la gran tormenta que acabará con todo. Entre el mar y Suso y su madre y la amenaza de tener que dejar la aldea, Sica transita hacia la edad adulta superando la ausencia y el dolor de la pérdida. Primera película de ficción de Carla Subirana, su formación como documentalista se deja sentir en este film  inclasificable y fascinante. Carla combina la magia de un cuento de crecimiento, una fábula sobre la vida y la muerte, con una fisicidad casi dolorosa en las olas de un mar embravecido. Thais García, auténtico descubrimiento de la película es Sica, el vértice de un triángulo formado por la madre que interpreta Nuria Prims, superada por el dolor y la urgencia de controlar la situación y por Suso, Marco Antonio Florido, un personaje irreal y misterioso. Sica se mueve entre dos mundos: el gallego de su alma y el catalán de la madre que quiere volver a su tierra; entre el padre imaginado y el padre descubierto; entre lo físico y lo espiritual, entre el mar y la tierra. Olas, cielos, la tormenta real y emocional, agua por todas partes. Sica camina por los acantilados donde escuchará la voz de su padre en una grieta. Misteriosa y lejana.

 

EL RINCÓN DE LAS SERIES



Nicholas Elliott


Kim Philby 

Un espía entre amigos, Nick Murphy Movistar

No lo puedo remediar, me encantan las películas y las series de espías. Toda clase de espías. Desde los clásicos de la guerra fría de John Le Carré a los más cercanos de la guerra contra el fundamentalismo islámico, de James Bond a Bourne, pasando por Garbo, de los malos de comic a los malos de verdad, de Oficina de infiltrados a Homeland. La referencia a Homeland no es gratuita porque Damian Lewis, el inolvidable sargento Brody, es aquí Nicholas Elliott, un elegante, flemático y muy británico espía del MI6 al que encargan interrogar y detener a su gran amigo y compañero Kim Philby, encarnado en un irreconocible Guy Pearce, acusado de ser un espía de la KGB infiltrado en el Servicio Secreto de su Majestad. Elliott y Philby se encuentran en Beirut y durante 36 horas hablan en una casa donde toda su conversación está siendo grabada. Toda menos diez minutos en los que salen a la terraza y de los que no hay constancia. ¿De qué hablaron en esos diez minutos’ ¿Se escapó Philby o Elliott le dejó escapar? De vuelta a Londres con las manos vacías, Elliott se enfrenta a una investigación liderada por Lily Thomas, eficiente y meticulosa funcionaria del MI5. La serie de 8 capítulos se mueve entre el presente de 1963 donde Elliott, en Londres, tiene que demostrar a sus superiores que no es un traidor y Philby, en Moscú, tiene que demostrar a sus nuevos jefes que no es un doble espía, y el pasado en el que vemos como se conocieron y como se desarrolló la profunda amistad de estos dos hombres. En un mundo donde todos mienten, se engañan, se espían unos a otros, lo único que parece seguro y sólido es esa amistad. Basada en un caso real, Elliott existió, Philby existió, Lily Thomas no existió, esta inteligente y brillante serie inglesa es una de las mejores que se pueden ver en las plataformas. 

El regalo de esta semana es una imagen que he usado antes en este blog, pero es que me parece la mejor ilustración para una entrada que habla de montañas y mar.



 

 





 


 

 

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