sábado, 5 de agosto de 2023

UN DOCUMENTAL, UNA SERIE, UN ESTRENO

 


(una de las últimas fotos que nos ha mandado el Webb)

Un documental: Lo desconocido. La máquina del tiempo cósmica Netflix

Hace poco más de un año, el 16 de julio del 2022, hice una entrada en el blog donde hablaba del asombro que me había producido las maravillosas primeras imágenes del Telescopio Espacial James Webb. Esto es un fragmento de lo que escribí: “Acaban de publicarse las primeras imágenes del universo, reales, no simulaciones, que nos ha enviado el poderoso telescopio James Webb lanzado al espacio hace poco más de seis meses, el 25 de diciembre del 2021. Lo que más me ha impresionado de las impresionantes fotos que se han publicado es que ¡las estrellas son como las que pintamos desde pequeños! Nunca he sabido porque los humanos empezaron a representar las estrellas con forma de estrella. En el cielo nocturno, incluso en el más brillante y cuajado de ellas, las estrellas se ven como puntitos luminosos, pero los hombres, los artistas, inventaron una forma para representarla que se ha ido transmitiendo de una generación a otra, casi siempre a través de los niños que sin que nadie se lo diga, dibujan estrellas aunque nunca hayan visto una. Cuando vi la primera imagen del James Webb no me lo podía creer: era una estrella de las de siempre, pero de verdad. “Se encuentra a 290 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Pegaso, y es el primer grupo compacto de galaxias jamás descubierto.” El James Webb no solo ha cambiado nuestra visión del universo. De golpe y a través de unas imágenes espectaculares, nos devuelve a nuestra pequeñez y hace aun mas inútiles, absurdos e incomprensibles los problemas que nos creamos a nosotros mismos…”:  Vuelvo a el telescopio, no solo para recordar que el Webb sigue ahí, enviando fotos e información sobre nuestro pasado y nuestro futuro, lo hago porque casi por casualidad descubrí en Netflix un documental de la serie Lo desconocido dedicado a La máquina del tiempo cósmica, que no es otro que el Telescopio Espacial James Webb. El documental nos acerca de una manera muy sencilla a la historia de la construcción del telescopio narrada por sus creadores, inventores, constructores. Es un documento humanamente estelar. Humano, porque demuestra que los seres humanos podemos crear algo grande cuando unimos esfuerzos, estelar porque este magnífico aparato nos une y conecta con un universo inmenso que está ahí y al que no le hacemos el caso que deberíamos. El documental es mucho mejor que un relato de ciencia ficción porque es ciencia sin ficción. Seguir los pasos de su complicada elaboración, ver como poco a poco se van ensamblando las piezas de su enorme estructura en forma de panal, sentir la ansiedad y el miedo de que algo salga mal, y son muchas las cosas que podían salir mal, y compartir la alegría de ver que el telescopio se desplegaba en su grandeza en el viaje hacia el infinito, es algo apasionante. Y un antídoto perfecto contra la estupidez y la maldad que nos rodea por todas partes.

 


Una serie. Círculo cerrado, de Steven Soderbergh HBO Max

Estupidez humana que encontramos en esta estupenda serie de seis capítulos dirigida y creada por Steven Soderbergh con la complicidad de Ed Solomon. Estupidez de sus protagonistas, no de sus creadores. Partiendo de una idea de un clásico de Akira Kurosawa, El infierno del odio que se puede ver en Filmin, que a su vez adapta una novela de Evan Hunter, guionista de títulos como Los pájaros de Alfred Hitchcock, Soderbergh nos descubre una nueva mafia en Estados Unidos. La mafia de la Guyana que controla el tráfico de personas y droga en el bajo Manhattan. Un secuestro fallido desemboca en una serie de actuaciones conectadas con el pasado de dos familias, una rica familia blanca americana y una rica familia negra de Guyana. Entre medio, los desgraciados peones de una historia llena de giros y de revueltas con una policía más bien desagradable (en realidad todos los personajes son desagradables) empeñada en llegar al fondo de una trama de corrupción. Claire Danes, siempre enfadada como lo estaba en Homeland, es la rica y soberbia Sam Brown, Zazie Beetz es la desequilibrada policía Mel Harmony y la, para mí, desconocida CCH Pounder, es Savitri Mahabir, la poderosa y supersticiosa matriarca de la mafia guyanesca. Un guión milimétrico, una realización ágil que combina los distintos círculos de la narración y unos actores estupendos acaban por redondear una serie que vale la pena ver.

 


Un estreno: Todas somos Jane de Phyllis Nagy

Nunca sobran las películas que nos recuerdan un pasado reciente donde algunos de los derechos sociales adquiridos por las mujeres, o simplemente por la sociedad, no estaban garantizados ni mucho menos. Un pasado cercano en realidad que amenaza con volver si nos descuidamos un poco dando por sentado que ya todo está conseguido. No, no lo está y por eso películas como Todas somos Jane son tan útiles. Ambientada en el Chicago de 1968, cuenta la historia de Joy un ama de casa de clase media alta, embarazada de pocas semanas, que debe abortar porque su vida corre peligro si continúa con el  embarazo. En Estados Unidos el aborto era ilegal y aunque su médico lo recomienda, los hombres que dirigen el hospital, le niegan la posibilidad de abortar. Desesperada, Joy encuentra un aviso que simplemente dice “Call Jane” si tienes un problema. Joy llama y de esta forma conoce a “Jane” un colectivo de mujeres, todas somos Jane, que practica abortos ilegales pero seguros y con un acompañamiento emocional. A partir de ese momento, la vida de Joy cambiará por completo, encontrará un sentido. Lo mejor de este film es la cotidianidad con que está narrado, la falta total de tremendismo y dramatismo en un tema que normalmente se trata desde el dolor y la culpa. Phyllis Nagy, que fue guionista de Todd Haynes en la adaptación de Carol, con la complicidad de Greta Zozula en una fotografía muy años sesenta y sobre todo la de Elizabeth Banks que ya se metía en esta época y este problema en la estupenda Mrs. America, con la que esta película tiene mucho que ver, casi como si fuera el contraplano de aquella serie, nos va lanzando mensajes sutiles nada aleccionadores (no hay malos en este film, solo seres humanos), mucho más eficaces que muchos panfletos y denuncias. Todas somos Jane o hemos podido ser Jane o seremos Jane. Todas y todos hemos de seguir adelante, garantizando los derechos que nos hemos ganado con muchos años de luchas colectivas.

El regalo de la semana es un homenaje al telescopio James Webb.



 

 

 

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