sábado, 18 de noviembre de 2023

PASADO Y PRESENTE

  


Pasado

Este domingo 19 de noviembre se cumplen ¡cuarenta años! nada más y nada menos, de la publicación de mi primer artículo en La Vanguardia, una crítica que sin que yo lo supiera era el principio de una vida dedicada a la escritura de cine. Me ha hecho gracias recuperar esa crítica un tanto naif, y reproducirla sin cambiar nada. Todos debemos asumir nuestro pasado, aunque solo sea para darnos cuenta de que, en el fondo, no hemos cambiado tanto.

La crítica era de una película ruso-americana absolutamente delirante, una rareza aun ahora. ¡Desde luego, no me lo pusieron fácil! Esta es la crítica y si alguien tiene curiosidad por ver una auténtica marcianada de hace cuarenta años, Cielo liquido está en ese pozo sin fondo que es Filmin.

Cielo líquido es un rara película, mezcla de historia de amor, cuento de hadas, narración de ciencia ficción, musical punk y cine negro, lleno de sentido del humor. Planteada como modelo de una nueva estética que se supone dominará a lo largo de la década de los ochenta y cuya principal características es la presencia obsesiva del andrógino representado en el filme por la figura de Margaret-Jimmy, interpretada por Anne Carlisle, Cielo líquido es una película que absorbe casi tanto como el propio marciano absorbe a sus víctimas en situaciones límite. Y absorbe principalmente por su música dura, urbana, obsesiva, que se convierte a lo largo del filme en un protagonista más de la película, quizá el protagonista, como queda de manifiesto en la canción que Adrián (Paula E. Sherppard) canta durante su actuación en el club; pero también por la riqueza de sus imágenes, iluminadas fantasmagóricamente por neones de colores de luz fría y despiadada que pone de manifiesto la dureza de los rostros pintados y la cortante confección de los modelos utilizados por Margaret-Jimmy. Es lástima que la fuerza de las imágenes se pierda en el momento de expresar el punto de vista del marciano, recurriendo a una fotografía psicodélica un tanto anticuada. La película habría ganado si no hubiera presentado el ojo del alienígena. El misterio habría sido mejor que la evidencia. Cielo liquido se podría presentar como un film sobre la droga y sin embargo, aunque la droga está presente a lo largo de toda la historia, no se puede definir como una historia de drogadictos, sino más bien de ciencia ficción puesto que el principal yonki es el extraterrestre que ha llegado a Manhattan en busca de su alimento favorito. Podría decirse también que Cielo liquido es un retrato del cielo y el infierno en el que los papeles están trastocados: la normalidad representada por el investigador de alienígenas, empeñado en eliminar al pobre marciano, es el autentico infierno; mientras que la marginación en cualquiera de sus manifestaciones es el cielo, un cielo liquido, camino más rápido para ascender hasta el cielo real simbolizado por el platillo volante. Lo que hace de Cielo liquido una película insólita es que siendo un supuesto retrato de América, concretamente de Manhattan, es lo más alejado de un film americano que se pueda realizar. No solo por lo que se ve en la pantalla sino por la forma de mostrarlo. La sensación de desconcierto que produce la planificación de la película se entiende cuando sabemos que Slava Tsukerman es un ruso formado bajo las órdenes de Lev Kulechov en el Instituto de Cine de Moscú, afincado en Estados Unidos desde 1976. Conocer este dato explica muchas cosas de las que suceden en la película, entre otras, el porqué la secuencia más importante del film, la de las fotografías en casa de Margaret, falla estrepitosamente puesto que no controla ni los personajes ni la situación. Cielo liquido no es un gran film, pero si es un producto curioso y atractivo y un posible ejemplo de una manera de entender el cine y el arte en los próximos años. N.V.”

Hasta aquí la curiosidad del pasado.

 


Presente

Mi presente en estos momentos está dominado por un nuevo proyecto. Hace casi dos años me despidieron de BTV. El ayuntamiento de Ada Colau decidió que la cultura era muy cara y cerró de golpe tres programas culturales de la televisión municipal BTV. Fue de repente, sin previo aviso. El jueves tenía trabajo, el viernes estaba en la calle. Yo colaboraba en La Cartellera de BTV dirigida por Marta Armengou. En ese momento las dos nos quedamos en shock. Pero poco a poco nos dimos cuenta de que teníamos dos opciones, quedarnos lamiéndonos las heridas o hacer un proyecto personal. Decidimos poner en marcha una idea que teníamos desde hace mucho tiempo. Algo especializado en el cine hecho por mujeres. Pensamos en un Podcast, en un blog… Pero Marta tenía muy claro que lo que había que hacer era algo más sólido, más serio. Y a ello hemos dedicado este año y medio. Más ella que yo, tengo que reconocerlo. Pero las dos con ganas de que salga adelante. El proyecto ya se ha concretado en algo real. Se llama Fimtopia, porque es una utopía de cine que queremos hacer realidad. Hablar del cine hecho por mujeres, pero no solo de directoras, de todas las mujeres que trabajan en esta industria que es también un arte: productoras, guionistas, directoras de foto, montadoras, directoras de casting, scripts, críticas…. Todas tienen cabida en Filmtopia. Pero también nos interesa y mucho, explorar el pasado para reivindicar y dar a conocer a tantas y tantas mujeres que han contribuido al cine desde sus inicios. Nombres olvidados, borrados o simplemente ignorados a los que queremos devolver su lugar en la historia. Sin dejar por eso de mirar al futuro, de apostar por nuevas generaciones y nuevos formatos y nuevas maneras de enfrentarse al mundo y al cine. Filmtopia es ambiciosa, pero realista. Por eso hemos ido poco a poco y por eso queríamos salir con garantías de continuidad.

Ese momento ha llegado, Filmtopia es ya una realidad con nueve Newsletter publicadas desde junio de este año, con un canal en Youtube donde se puede ver todas las entrevistas que hemos hecho. Y esperamos que desde enero con una web en pleno funcionamiento. Para ayudar a que esta web sea una realidad hemos puesto en marcha una campaña de crowfunding, un Verkami en el que ofrecemos suscripciones a Filmtopia a precios muy asequibles. Queremos llegar a un público muy amplio, no solo a las mujeres que les gusta el cine, queremos que nos lean y nos conozcan todos los públicos, mujeres y hombres, chicas y chicos, gente de cine y gente de todas partes.

Estamos ilusionadas con ver nacer algo nuevo con voluntad de duración, y con mucho respeto a los colaboradores, estamos hartas de la precariedad de nuestros medios. Pero para eso necesitamos mucho apoyo.

Este es el enlace para ver lo que hemos hecho hasta ahora.

https://linktr.ee/filmtopia_net

Si os gusta el proyecto, si os parece interesante, distinto, arriesgado, este es enlace a la campaña de Verkami.

https://www.verkami.com/locale/ca/projects/35099-plataforma-online-de-continguts-sobre-cinema-fet-per-dones

La web, las news y la campaña están en catalán y en castellano.

Gracias por vuestro apoyo¡¡

 

De pasado y presente hablan también las dos películas más interesantes de la semana, La imatge permanent, de Laura Ferrés y El sueño de la sultana de Isabel Herguera

 


La imatge permanent de Laura Ferrés

El pasado de esta historia se sitúa hace cincuenta años, en un pueblo del sur peninsular. Antonia es una madre adolescente que un día desaparece dejando su bebé en manos de una amiga. El presente es ahora mismo, en el Prat del Llobregat. Carmen trabaja en una agencia de publicidad buscando rostros para las campañas. Un día, Carmen encuentra a Antonia en la calle y a partir de ahí… Hay muchas cosas estimulantes en esta primera película que se ha alzado con la Espiga de Oro de la Seminci vallisoletana. Una de ellas, y no menor, es el espacio, Ferrés conoce muy bien el Prat de Llobregat y sabe sacarle partido a lugares que nunca aparecen en el cine. La densidad de sus imágenes y el uso de la cámara acercan su cine al de Ulrich Seidl, pero sin la carga de morbosidad que siempre tiene el austriaco. El segundo atractivo inesperado esta en sus dos personajes, interpretados por actrices no profesionales a las que Laura dirige como lo habría hecho Aki Kaurismaki. No son malas referencias Seidl y Kaurismaki, sobre todo porque la directora no se limita a hacer un cine mimético de estos creadores, por el contrario, los utiliza para hacer una película absolutamente personal.

 


(un dibujo de la exposición en Tabakalera de San Sebastián con los diseños para la película)

El sueño de la sultana de Isabel Herguera

El pasado de este sueño es el del libro El sueño de la sultana, una utopía feminista, escrito en 1905 por Begum Rokeya Hussein, un cuento maravilloso que habla de un país y  una sociedad gobernada por las mujeres. El presente es el de Inés, una joven vasca de viaje en la India, que descubre el libro y fascinada por la historia de ese país soñado, decide ir en busca de la figura de Rokeya.  Isabel Herguera lleva años dedicada al cine de animación en cortos con los que ha experimentado distintas técnicas. El sueño de la sultana es su primera incursión en el largo y para hacerlo se ha inspirado en su propio conocimiento de la India y en el trabajo de los talleres de animación y dibujo que monta con jóvenes bengalíes. Igual que le sucede a Inés en la ficción, cuando Isabel descubrió el libro de Rokeya decidió que quería convertirlo en cine. En el film hay tres tipos de animación muy distinta que corresponden a los tres niveles narrativos que se combinan en la historia: contar la vida de Rokeya, poner en imágenes el cuento y el presente de Inés en su búsqueda de la autora. Para la vida de Rokeya, Herguera eligió usar un teatro de sombras recortables que recuerdan el cine de Lotte Reinger; para ilustrar el cuento, básicamente uso las técnicas del tatuaje temporal con gena por su valor simbólico y tradicional; y para el viaje iniciático de Inés por la India, utilizó acuarelas y una animación en 2D. El conjunto es un film de una belleza enorme, un prodigio de animación que hace de El sueño de la sultana uno de los trabajos más complejos y ambiciosos, además de hermoso, del cine español.

Solo una cosa más. En el año 1906, casi al mismo tiempo que Rokeya escribía su cuento en la India, Alice Guy rodó un film de siete minutos que se llamó Las consecuencias del feminismo donde ponía en imágenes un mundo al revés. Las mujeres trabajaban y mandaban y los hombres se ocupaban de la casa y de los niños. Curioso. Este es el link al corto por si lo queréis ver:

https://www.youtube.com/watch?v=-Hmu7MZWukw

El regalo de esta semana es el primer cuadro que me regaló Ramon casi al mismo tiempo que empezaba a publicar en la La Vanguardia.

 


 

 

 

 

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