sábado, 8 de febrero de 2025

UNA DIVA Y DOS RAREZAS

 


La diva: María, Pablo Larraín

No soy una gran entendida en opera, pero La Callas me gusta. No sé gran cosa de su vida, (Onassis aparte), pero no me importa. Tampoco sé gran cosa de ella después de ver el misterioso film que ha construido Pablo Larráin. María se puede considerar el tercero de sus grandes retratos de mujeres célebres. Primero fue Jackie, luego Spencer y ahora María, La Callas. Hablo de retrato y no de biografía, porque estas tres películas no cuentan la historia de estas mujeres, la evocan, la reescriben desde la mirada del cineasta. Estos tres esbozos en profundidad de Larraín me recuerdan los retratos de Ramon. Nunca son iguales al modelo, pero todas las modelos se han reconocido en ellos, han sentido algo intimo, escondido, algo que a veces ni ellas mismas sabían que tenían, En el catálogo de la exposición del 2006 en la Fundación Vilacasas, una exposición solo de retratos,  Marga Perera escribió un texto que describe muy bien el trabajo del pintor:

“... La atmósfera que respiran sus modelos es la propia realidad del cuadro, un espacio donde aparentemente, sólo aparentemente, no hay referentes: la modelo es la protagonista y a partir de ella Herreros va construyendo el entorno, creando un fondo de color puramente pictórico, un fondo que le pertenece de manera íntima porque, en realidad, evoca todo el mundo de su época abstracta, dando así unidad a toda su trayectoria. Y en estos cuadros, con estas figuras y estos fondos coloreados, es dónde aparece la historia moral y física del taller, y por tanto del pintor...”

Podríamos decir lo mismo de los retratos de Larraín que son en sí mismos, más allá de la figura que representan. Larraín se fija en un tiempo muy preciso, unos días concretos en la vida de sus mujeres retratadas y las aísla del mundo, las pinta, las construye. En el caso de María Callas, es la última semana de su vida en un París fantasmagórico en el que la diva concede una última entrevista al pintor, al narrador, al cineasta, a si misma, mientras deambula por una casa/marco en el que hay dos figuras imprescindibles: el mayordomo y la sirvienta, sin las cuales, como si fueran los elementos que acompañan y complementan el retrato, no se entendería el conjunto. No quiero acabar este texto sin citar el excelente trabajo de Angelina Jolie metida en la piel de esa mujer inacabada. Angelina no se parece a la Callas, pero ES la Callas, como los retratos de Ramon no se parecen a sus modelos, pero SON sus modelos.

 


Rareza 1 Following Christopher Nolan

No tengo ni idea de a quién se le ha ocurrido estrenar ahora esta película, la primera que dirigió Christopher Nolan en 1998. Un film de 70 minutos en blanco y negro, rodado en 16 mm durante los fines de semana con un coste declarado de 6.000 dólares. No creo que se llegara a estrenar nunca. Pero si los que descubrimos Memento dos años después hubiéramos visto Following, la habríamos entendido mucho mejor. Porque Memento ya está en este film extraño y fascinante. Hay, además, algo que a mi particularmente me gusta mucho. La idea de seguir a un desconocido por la calle simplemente para saber dónde va, imaginar su vida, es algo que me habría gustado hacer alguna vez. Lo de seguir a la gente no lo he hecho por cobarde, pero lo de imaginar vidas me gusta mucho, sobre todo en un viaje largo en tren o mientras espero en un aeropuerto. Por eso, el punto de partida de Following me encantó. Un hombre joven de pelo corto y con un traje, le cuenta a un hombre mayor una historia. Es escritor y en una de las crisis creativas, decidió seguir a la gente por la calle de una manera aleatoria. Por una serie de circunstancias, acaba por entablar una relación con dos de sus seguidos, un hombre y una mujer. La narración no es lineal, (por eso digo lo de Memento) avanza y retrocede y la única pista que tenemos para seguirla es la forma de vestir del escritor, mas andrajoso y dejado a veces, bien vestido otros, a veces con la cara dañada por una paliza. Poco a poco descubrimos la historia de un engaño y de una traición que se sigue como se sigue un camino, porque queremos saber donde nos lleva. Following es un gran debut y ya anuncia al enorme director de títulos como Origen o Interstellar.

 


Rareza 2 Bodegón con fantasmas de Enrique Buleo

Esta rareza es muy distinta. Es una rareza manchega. Viéndola, me vienen a la cabeza algunos films “rurales/fantásticos” del cine español con el que se podría hacer un ciclo estupendo y sorprendente. Espíritu sagrado de Chema García Ibarra, Destello bravío de Ainhoa Rodríguez, Tierra de nuestras madres, de Liz Lobato. Pero la película que se evoca en este cuento manchego de fantasmas es Finisterrae de Sergio Caballero. Júntenlo todo, agreguen unas gotas de Kaurismaki, y el Bodegón está servido. Los cinco elementos del bodegón son cinco historias que suceden todas en el mismo pueblo de la Mancha, impersonal, aburrido, feo. Todos se conocen, los vivos y los muertos. Es a ese pueblo donde vuelven los fantasmas: un padre que quiere cumplir un deseo, dos fantasmas expulsados del limbo por que el Vaticano lo ha suprimido, un fantasma verde y juguetón. Hay dos historias de fantasmas sin presencia. La cámara encuadra ese espacio convirtiéndolo en cuadros de tienda de muebles. Y la gente camina por su calle principal sin saber bien a donde van. Hay arquitecturas con palillos, champiñones, botellas de Palinka (bebida alcohólica rumana, muñecos que hablan. Y soledad, mucha soledad. Y humor muy negro y subterráneo. Bodegón con fantasmas mezcla el esperpento y el costumbrismo heredero de El extraño viaje con unas historias minimalistas sobre esos pueblos olvidados en los que nunca se detiene nadie. Para acabar, me he acordado de unas palabras de Chema García Ibarra, director de Espíritu sagrado, que creo resumen muy bien este tipo de cine único en el mundo: “Me gusta el contraste entre drama y comedia y entre fantasía y realismo. Me gusta el humor a la vez negro y tierno. Me gusta explorar la belleza de lo que el cine suele marginar”.

El regalo de esta semana es un bodegón. Los fantasmas los ponemos cada uno



 

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