jueves, 16 de febrero de 2012

BERLIN DIA 7


OSCURIDAD Ese es el tema de hoy. Oscuridad en la pantalla, oscuridad en las historias.
Oscuridad 1. La de la película húngara Just the wind. No entiendo porque algunos directores se empenan en que nadie vea sus películas. Hay alguna razón, me pregunto, para que no se pueda iluminar una casa de pobres para que se les vea la cara? Hay alguna razón que obligue a mostrar la gente pobre de una forma sordida y miserable? Como dice una amiga mia, los pobres no tienen porque ser sucios. Pues no. Esta historia ambientada entre los gitanos rumanos que viven en Hungria, mejor dicho que mueren asesinados en Hungria, (esta basada en hechos reales ocurridos entre el 2008 y 2009) habría sido igual de potente o mas si se viera algo en la penumbra de sus imágenes. Lo único positivo del film es recordarnos que la miseria económica, pero sobre todo moral, o ética, la tenemos aquí al lado, en el patio trasero de Europa, en países que se supone son demócratas, pero que aun arrastran muchos y graves problemas del pasado. Lo peor de todo es el final. Si el director hubiera sido un poco mas valiente y hubiera acabado la película cinco minutos antes, estaríamos ante un film invisible pero importante. Tal como esta, es invisible y además inútil.
Oscuridad 2. La del Polo Norte donde es de noche todo el tiempo y el pobre espectador debe forzar la vista hasta lo indecible para discernir en las sombras que se mueven por la pantalla. La tercera película alemana a competición es una coproducción con Noruega rodada en el techo del mundo. Aquí estamos entre profesionales europeos acomodados, concretamente una familia alemana, el marido trabaja en la industria del gas, la mujer es medico en un hospital, su hijo va a la escuela. Cuando una noche la mujer atropella a algo o alguien en la carretera, todo su mundo se desmorona. El titulo Gnade, Gracias. También aquí se pierde el sentido en el final. Cada vez me doy mas cuenta de lo difícil que es acabar las historias, cualquier historia. En este film oscuro y blanco, hay un plano que si se corta ahí la película nos dejaría con una sensación de intensa incertidumbre. Pero la obligación de explicarlo todo, la acaba estropeando.
Oscuridad 3. La del reino de Dinamarca en 1772 en la película Un asunto real. Es curioso. No tenia ni idea de que casi al mismo tiempo que en Espana se producía el Motin de Esquilache en 1766, en Dinamarca sucedia algo muy parecido en la misma época. En Madrid, el pueblo se levanto en armas contra las medidas de modernización, salubridad y lucha contra la inseguridad del ministro del rey Esquilache consideradas un atentado a las tradiciones propias de nuestra raza. Esquilache era un italiano en la corte del rey Carlos III. El doctor Johann Friedrich Struensee era un alemán en la corte del rey Cristian VII que intento hacer lo mismo en Dinamarca. Modernizar el país, introducir medidas de salud y de limpieza, extender la educación y abolir la censura. Ideas tanto las de Esquilache como las de Struensee surgidas del Siglo de las Luces. En ambos casos, el pueblo, manipulado por las fuerzas mas reaccionarias de la iglesia y la nobleza, consiguieron acabar con esas medidas, expulsando o asesinando a sus impulsores y devolviendo a ambos países a la mas profunda tiniebla del atraso. Ambas revueltas son la prueba de que no siempre los movimientos populares son de carácter progresista.
Y para demostrarlo, podemos pensar en lo que esta sucediendo en muchos países del mundo arabe en los que las revueltas de la Primavera Arabe, que acabaron con algunas de las mas largas dictaduras, no solo no parecen haber traido la modernización y la democracia a sus paises, sino que están siendo claramente dominadas por el pensamiento mas fundamentalista. De eso se ha hablado estos días aquí en unos debates que han tenido a los cineastas árabes como protagonistas. Y, la verdad, nadie ha sabido dar una razón clara de hacia donde se dirigen estas nuevas revoluciones.

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