He ido siguiendo el festival de Cannes a través de la web
oficial, la de la quincena y la de la semana de la crítica. De todo lo
que ha sucedido hasta ahora, no ha habido nada que me provocara la auténtica
sensación de estar perdiéndome algo… Hasta hoy, bueno ayer, en que vi que se
proyectaba el último experimento visual de Joe, es decir Apichatpong
Weerasethakul.
El nuevo ovni de este inclasificable cineasta se llama
Mekong Hotel. Y por lo que he podido leer, es una nueva incursión en el mundo
del mas allá, en ese universo paralelo lleno de fantasmas y de seres míticos
que puebla la jungla de su cine. También he leído que la sala se vació rápidamente.
En Cannes hay muy poca paciencia para ver ensayos poéticos o de física cuántica.
De momento es lo único que siento perderme. Estoy convencida que la mayor parte
de las películas del festival, las veré en uno u otro momento. Pero este Mekong
Hotel, es mas complicado que llegue. A no ser que Luis Miñarro siga arriesgándose
a traerlo. Ojala.
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