jueves, 11 de octubre de 2012

DOS DE URBANISMO


Esta entrada en el blog afecta o puede interesar a la gente que vive en Barcelona, pero en realidad, su moraleja, como en las fábulas, es aplicable a cualquier gran ciudad.
Urbanismo 1
Esta mañana, como había huelga de autobuses, he ido caminando por la Diagonal entre Paseo de Gracia y Francesc Macià. Cuando se planteó todo el lio de la modificación de la Diagonal, en tiempos en que el ayuntamiento se creía rico, y quería unir el tranvía en una sola línea, nunca me fijé mucho en las opciones que se presentaban. Pero hoy, como peatón que sufre la agresión de las motos y las bicicletas, me he dado cuenta de que había una solución muy sencilla, barata y rápida, al menos para ese fragmento de la Diagonal que es, sin duda, el más utilizado. Hay en la Diagonal unos parterres de hierbas, llamarlo césped es demasiado, que ocupan casi la mitad de cada paseo en el lado que da a la circulación de los coches. No entiendo porque, simplemente, no se quitan esos manchones semiverdes y se dedica ese espacio a las motos, dejando el carril bici donde está y ganando todo el lateral de cada calzada para los pobres peatones. No costaría casi nada y desde luego sería una calle mucho mas agradable para andar.

Urbanismo 2
Antes de dedicarme al cine, yo estudié Geografía y mas concretamente Geografía urbana. Algo me queda de aquellos años. Por ejemplo una idea sobre la movilidad en superficie en las grandes ciudades. Había varias teorías, pero la mas sensata es la que recomendaba que los transportes en superficie, es decir los autobuses, hicieran recorridos cortos y muy frecuentes, permitiendo así una rapidez en los desplazamientos con enlaces interlineas muy ágiles. Esto se combinaba con la idea de autobuses de largos recorridos y pocas paradas.  Pues no, la nueva red de autobuses pomposamente anunciada, (en realidad un simple maquillaje de líneas ya existentes alargadas en ambos sentidos) lo que hace es trazar líneas de recorridos larguísimos con mas de treinta paradas e intervalos entre uno y otro de ocho o diez minutos, en el mejor de los casos. No sé quién lo habrá decidido, quiero pensar que hay alguien que lo ha estudiado (aunque no tengo muy claro que ese alguien sea usuario habitual de los autobuses) pero desde luego con este sistema los trayectos cortos quedan absolutamente mal servidos y los pocos pasajeros que hagan el recorrido de principio a final pueden tardar mas en ir de una punta a otra de Barcelona que de Barcelona a Sitges, por poner un ejemplo. .

La moraleja
Los que deciden sobre cómo vivimos la ciudad no parecen muy sensibles a las necesidades del ciudadano. Y eso, seguro, es general en todas partes.

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