Se ha destacado
en todas las crónicas de la ceremonia de los Premios Goya, el carácter
reivindicativo que tuvo la ceremonia y se ha hablado mucho del discurso de
Candela Peña. No me parece mal, aunque me habría gustado que también hubiera
hecho alguna referencia a la película por la que le premiaban. Habría
agradecido que hiciera alguna alusión a Una
pistola en cada mano, sobre todo, después de haber sido completamente
marginada en las nominaciones.
Y eso me lleva
a dos reflexiones entorno a estos Goya 2013.
Una es el
sistema de nominaciones. En un año en el que el cine español ha demostrado una
vitalidad enorme, una variedad notable y en el que ha habido varias películas
destacadas, reducir prácticamente todas las nominaciones a cuatro títulos, me parece
injusto. No es solo el caso de Una
pistola en cada mano, hay mas películas que no estaban entre las nominadas,
o lo estaban con pequeñas candidaturas.
No quiero decir
con esto que no esté de acuerdo en que las cuatro películas que centraron la
atención no sean estupendas. Cada una en su estilo lo son y desde aquí felicito
a todos los que han ganado un premio con ellas. Pero había mas y los Goya las
han olvidado.
La otra la tomo
de las palabras de Jota Bayona en su discurso de aceptación del Goya. Palabras que me parecen importantes y
significativas. Palabras que demuestran que algo, de verdad, está cambiando en
nuestro cine.
Está bien hacer
películas grandes, hacer película grandes no significa ser arrogantes. Igual
que hacer películas pequeñas no significa ser pobre. El cine español necesita
películas grandes, medianas y pequeñas.
Ya veremos si
el año que viene tenemos películas grandes, medianas y pequeñas donde escoger.
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