Nada más de penas, ¿nos seguimos escribiendo?
Me encantaría.
Miles de besos y para Ramón
Beatrice
Miles de besos y para Ramón
Beatrice
Estas son las últimas palabras que recibí de
Beatrice Sartori. Hace poco más de un año. La complicada vida que tenemos todos hicieron
que el deseo de seguir escribiéndonos se fuera alargando y ahora ya no hay
tiempo para recuperarla.
Nos hicimos amigas enseguida. En el año 85, yo
empezaba en esto del periodismo de cine y ella era documentalista en El País.
Nos encontramos en Valladolid. Y empezamos a escribirnos y a llamarnos. Cada
vez que iba a Madrid, la veía y cuando ella venía a Barcelona lo mismo. Cuando
Beatrice empezó a viajar por festivales y para hacer entrevistas, me mandaba
una postal de cada lugar. Tengo una colección entera de postales suyas de los
sitios mas raros. Siempre acababan igual, “Besos para Ramón y La Negrita” (mi
gata).
Viví con ella momentos muy duros de su vida
personal. Compartí ratos muy dolorosos, pero también muy divertidos. La última
vez que la vi fue en Berlín. Nos comimos un bocata mano a mano en un banco de
las galerías, enfrente del festival. Luego fueron mails cada vez mas
espaciados. Hasta hoy en que me he enterado que murió en su casa de Holanda
hace unos días.
Me ha dolido saberlo y darme cuenta que no tuve
tiempo de volver a encontrarme con ella.
Aunque si pensaba mucho en Beatrice. La foto que ilustra esta entrada,
tomada en un festival de San Sebastián, ha estado delante de mí en un corcho de
fotos desde entonces.
Ahí seguirá, porque para mi Beatrice no se ha
ido. Solo se ha retirado a un lugar mas lejano que Holanda desde donde seguro
seguirá escribiendo brillantes crónicas y entrevistas.
(Esta entrada está escrita con la letra que ella usaba en sus mails. Es una forma mas de recordarla)
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