domingo, 24 de agosto de 2014

LOCKE


(dos de los tres Lockes del artículo)
John Locke, filósofo inglés del siglo XVII, sostenía que el hombre nace puro, sin ideas preconcebidas y que la conciencia se va formando poco a poco a medida que la vida, la realidad, la va configurando. John Locke, personaje de ficción de la serie Perdidos, una de las piezas fundamentales del puzzle existencial de la isla, creía que tenía una misión en la vida. Ivan Locke, (otra forma de llamarse John), protagonista único y exclusivo de la que es, por ahora, una de las mejores películas del año. LOCKE, dirigida por Steven Knight. No sabía nada de ella cuando entré a verla en un pase de prensa. Ni me había fijado en el director, ni sabía que era inglesa. Me senté dispuesta a ver lo que me echaran (como hago casi siempre).
Pero resulta que lo que me echaron era algo extraordinario. Diferente. Era Cine, era Vida, era Rostro, era Viaje, era determinismo contra incertidumbre, era una isla donde un oso polar podía aparecer en cualquier momento. Y todo sin salir nunca del espacio cerrado de un coche; en tiempo real, 85 minutos; conduciendo de noche por una autopista en la que los coches cumplen el papel de extra sin frase, pero si con luz. Siguiendo el pensamiento y la voz de  este hombre acatarrado, que tose y estornuda mientras habla por teléfono sin parar: con su mujer, con sus hijos, con el encargado de la obra en la que trabaja, con la policía, con… Ivan Locke, ingeniero, constructor, orgulloso de su trabajo, sabe que para que un edificio sea realmente sólido hay que tener mucho cuidado en el momento mas delicado, el del sentar bien las bases. Una operación que requiere toda su atención. Pero por eso precisamente, porque hay que sentar bien las bases, toma la decisión de hacer ese viaje entre Birmingham y Londres justo esa noche.  Por eso, para poder decir al final, “creo que he hecho lo que tenía que hacer, no se si me amarán o me odiarán, pero tenía que hacerlo.”
Al salir de ver la película, me di cuenta de dos cosas. Una, que acababa de ver un melodrama de un solo acto. Otra, que estaba contada de una manera muy especial. Y no solo porque toda la acción pase en un espacio único. No. Lo que le daba consistencia y solidez a la película, al cine, era el uso del digital. En otras ocasiones he escrito o afirmado que el digital no puede contar todas las historias. Su propia naturaleza tan fría y seca hace difícil que pueda emocionar. Me retracto, o mejor, me alegro de que Knight me contradiga con este film hecho de luces y sonidos que nunca se habrían podido filmar en celuloide y que consigue emocionar hasta la lagrima. 
Sentir esto me llevó a buscar más información sobre el rodaje y me encontré con una auténtica lección de cómo usar las nuevas tecnologías para contar la historia mas vieja del mundo: la del hombre enfrentado a sus responsabilidades con la vida. Knight explicaba en una entrevista en Sundance que la película se rodó como una obra de teatro, de principio a fin cada noche, durante 16 noches. Tenían tres cámaras Red que podían rodar sin parar durante 28 minutos. Tom Hardy, el rostro que llena este espacio, esta historia, tenía una pequeña gripe y no paraba de estornudar. No importó, lo incorporaron a su personaje. En el primer plano, el actor Tom Hardy se sube a un coche, en el último el personaje Ivan Locke, se detiene para sentirse redimido. Entre los dos, una vida entera en 85 minutos. Perfecta.

(Por favor, vean esta película en versión original. Es un crimen verla doblada, por muy bien que lo hagan. Las voces del teléfono son fundamentales y la voz de Tom Hardy y sus matices, imposible de doblar).

2

Se ha estrenado también un curioso film francés. Se titula En un patio de París, es de Pierre Salvadori. No debería pasar desapercibido. Para definirlo muy rápidamente y con referencias diversas, es un cruce del tebeo 13 Rue del Percebe, Budú salvado de las aguas de Renoir y Repulsión de Polanski. Saquen sus conclusiones. Ah! Catherine Deneuve está estupenda. ¡Qué bien envejece esta mujer!

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