domingo, 10 de agosto de 2014

SHIRLEY



(esta vez tengo que recurrir a imágenes que no son ni de Ramón, ni mias)
En pleno mes de agosto, con mucha gente de vacaciones y otra mucha sin vacaciones por razones obvias, se ha estrenado una película extraña, insólita, invernal. Es curioso como hay películas de verano y películas de invierno. Shirley: visiones de una realidad, es claramente de invierno. Pero que le vamos a hacer, ha aparecido ahora y ahora es cuando se puede ver en los cines. En las plataformas On Line ya se podrá disfrutar en los meses mas fríos. Shirley es un experimento artístico mas que una película. Un experimento que relaciona las imágenes de Edward Hopper, el pintor mas imitado en el cine que ha intentado mil veces reproducir fielmente sus atmósferas solitarias, y los textos de la trilogía USA de John Dos  Passos. Los dos mundos se unen a través del personaje de Shirley, una mujer que recorre la historia del siglo XX americano desde los primeros años treinta hasta bien entrados los sesenta. Treinta años de vida contada a través de la recreación de 13 cuadros de Hopper. No inspirados en, copiados, reproducidos literalmente en un plató con decorados de tamaño natural, con luces artificiales. Tableaux vivants en el mas puro estilo. Cuadros en donde Shirley cobra vida para contarnos como abandona París, se instala en Nueva York, trabaja en un cine, vive en el desierto, frecuenta hoteles, sufre desengaños… siempre sin moverse del escenario del cuadro, siempre con el marco de la pantalla como el marco de la pintura. Y como enlaces entre los cuadros de su vida, fragmentos de noticiarios de radio que dan cuenta de los acontecimientos mas importantes de la historia del siglo XX. El contraste entre los textos realistas y directos de Dos Passos y las pinturas de Hopper, aunque figurativas sin un atisbo de realismo, con sus espacios muertos y sus personajes flotando, produce una sensación muy interesante. No se si Shirley es una película o habría que definirla de otra manera, en todo caso es una ventana abierta, una manera diferente de mirar la pintura y de entender el cine.

Cine de papel
Puede que alguien eche de menos el famoso reportaje de agosto de Fotogramas sobre las promesas del año siempre en ambientes muy, muy veraniegos y ligeros de ropa. Pero yo agradezco que en lugar de eso este mes hayan tenido una iniciativa que me parece estupenda. Han propuesto a cuatro directores /guionistas que hicieran un  cuento inspirados en la figura de Marlon Brando del que se cumplen diez años de su muerte. El resultado son cuatro pequeños relatos de cine, pero muy literarios, en los que Paco León pone en contacto a Carmina y Marlon en una situación inverosímil; Mar Coll decide buscar refugio en Blanche duBois; Borja Cobeaga evoca a Melón Blando; y Rodrigo Cortés nos invita a conocer a un Marlon en silla de ruedas. Cuatro pequeños regalos veraniegos.

Y siguiendo con el cine de papel, también tengo que  decir que estoy disfrutando mucho con los reportajes que Jordi Basté está haciendo en La Vanguardia bajo el nombre de Un verano de cine. En ellos, Basté relata sus visita a distintos pueblos y paisajes de la geografía española donde se han rodado películas mas o menos importantes. Hornillos, en Segovia, un lugar tan misterioso como El espíritu de la colmena, Guadalix de la Sierra, el pueblo de Bienvenido Mr. Marshall, La Almadraba de Monteleva en donde David Trueba hace vivir a sus personajes con los ojos cerrados… son solo algunos de los sitios que ha visitado. Es un placer ver como los describe y como revive las experiencias de las películas que allí se rodaron. Si no se pueden ir de vacaciones, por lo menos lean estos reportajes. Y después busquen las pelis y disfrútenlas.


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