Cuatro
preciosas postales que Ramon ha hecho a lo largo del 2015 para La Casa Grande,
el hotel que Elena Posa tiene en Arcos de la Frontera. Con ellas deseo que el
2016 sea feliz para todos, pero además que sea interesante, estimulante y
diferente.
1
STAR
WARS
Ha
llegado el momento de escribir de Star
Wars. Y no solo de la nueva entrega, el capítulo 7. Vaya por delante que
soy de las que defienden y disfrutan con
esta saga que ha conseguido a lo largo de casi cuarenta años reunir entorno a
una MITOLOGIA, a dos o tres generaciones.
Algo debe tener para sostenerse en el tiempo y crear además una
identificación en cada una de las nuevas generaciones que la descubren. No me
voy a poner exquisita ni filosófica. Tampoco quiero rebatir a todos los que,
con sus propias razones, les parece esta historia una tomadura de pelo. Y mucho
menos me voy a alinear con esa ingente masa de fanáticos que la siguen sin
cuestionarla. Todos están en su derecho de
comportarse como quieran respecto a ella.
Así
que simplemente voy a contar porque me gusta esta saga galáctica.
En
primer lugar y tras discutirlo con varios amigos y de acuerdo con ellos, hemos
decidido que el orden correcto de visionado es el siguiente: Episodio IV. Una
nueva esperanza (1977), Episodio V. El
Imperio contraataca (1980), Episodio I.
La amenaza fantasma (1999),
Episodio II. El ataque de los clones (2002), Episodio III. La venganza de los Sith (2005), Episodio
VI. El retorno del Jedi (1983),
Episodio VII. El despertar de la fuerza
(2015). No es un orden cronológico, es un orden Mitológico que nos permite
entender las razones de los héroes, especialmente Luke y Leia, para actuar como
lo hacen.
En
segundo lugar quiero poner el acento en una de los elementos más interesantes
de la Saga Galáctica: hablan de ahora mismo. Del ahora mismo en que fueron
realizadas, claro, y del ahora mismo que
nos rodea en este momento. No creo que un historiador pueda entender
bien que fueron los años 70, con la crisis de las ideologías, el final de los
bloques, la necesidad de plantar cara a
los poderes establecidos en todos los segmentos de la sociedad, sin conocer la
lucha de estos tres héroes outsiders que son Luke, Han Solo y la princesa Leia.
Como tampoco se puede entender esos años de despilfarro y de decadencia moral
en los que el mundo entero, como si fuera un Anakin Skywalker colectivo, cayó en el lado oscuro de las fuerzas del
mal. Esta tercera etapa que comienza ahora, tiene algo de esperanzador. No sé
si la sociedad será capaz de vencer a los malos. Pero en todo caso, lo vuelve a
intentar.
En
tercer lugar, hay una cosa que me gusta mucho. Tengo la impresión de que para mí,
que tenía 27 años cuando se estrenó la primera entrega haber tenido tiempo de
verla crecer y desarrollarse como un ciclo
artúrico contemporáneo, es un auténtico regalo. Porque esta saga habla también
del tiempo: el tiempo transcurrido entre 1977 y ahora; el tiempo narrativo y el tiempo real. El tiempo es el gran elemento de la Guerra
de las Galaxias. El tiempo del cine que ha evolucionado técnicamente; el tiempo
de la historia que ha desarrollado la mitología de sus héroes extendiéndola a
una saga familiar; el tiempo del público que se identifica en cada momento con
uno u otro héroe.
Una
de las principales pegas que se le han puesto a La guerra de las Galaxias es su “infantilización”. No lo
tengo muy claro. Los cuentos para niños desde siempre han sido cuentos para
niños. Y de lo que se trata es de que cada nueva generación, es decir los que
ahora tienen entre diez y quince años, se sientan participes del MITO. Eso no
quiere decir infantilizar, quiere decir hacerlo sencillo. Y muchas veces lo sencillo no fue siempre fácil.
Y
acabo. Solo una aclaración: yo disfruto por igual con El despertar de la fuerza de J.J. Abrahms y La
Academia de las Musas de Guerín, con El
puente de los espías de Spielberg y Paulina
de Salvador Mitre, con Spectre de
Sam Mendes y Una pastelería en Tokio,
de N. Kawase. Es lo que tiene que me guste el cine. Todo el cine.
2
ALICIAS
Kate
no se llama Alice, pero podría. Kate lleva 45 años casada con Geoff. Juntos
están preparando una fiesta con sus amigos para celebrarlo. Su vida transcurre
en unos márgenes de cordialidad y seguridad. Pero todo se desmorona un lunes cuando
el cartero trae una carta para Geoff. Esa carta introduce en la vida de Kate la
duda. No vale que Geoff le cuente lo que le cuenta; no importa que para él el
choque sea solo momentáneo y sea capaz de seguir adelante. Para Kate, es decir
para Charlotte Rampling, esa duda resquebraja todo el edificio de su
convivencia abriendo un abismo a sus pies.
Kate/Charlotte nos lo cuenta solo con su rostro, que pasa de la sonrisa
feliz del lunes a la tristeza infinita del sábado, día de la fiesta. Pocas
veces he visto reflejado en una pantalla ese profundo sentimiento que es la
pérdida de confianza en una pareja. Y sin caer en el bergmanismo, cosa muy de
agradecer.
También
el mundo de Alice, la protagonista de la novela de Daniel Sánchez Arévalo La isla de Alice, se ve roto en mil
pedazos cuando su marido, Chris, muere. No es su muerte, ya de por si dolorosa,
lo que la hace perder la seguridad. Es descubrir que Chris tenía un secreto. Es una novela donde a veces cuesta empatizar
con la protagonista y, en cambio en otros, la entiendes muy bien. Este vaivén
entre la simpatía y la antipatía, hace que no la quieras dejar, al contrario,
quieres seguir con ella, ver hasta dónde va a llegar. Descubrir el misterio de
Chris es casi lo menos importante. Lo importante es ver cómo esta mujer va
“construyendo” un mundo a su medida. Como si fuera un director de cine y los
habitantes de la isla sus personajes. Y esto, ser capaz de amar y odiar a un
personaje en cada página, es algo que solo un gran escritor puede conseguir.
La
segunda Alice, es la de La odisea de
Alice, de Lucie Borleteau. Alice es una mujer con las ideas muy claras. Ella no quiere ser un hombre, solo quiere ser una mujer en un mundo de hombres. En
ese sentido, la película es profundamente hawksiana (de Howard Hawks). Alice es
ingeniera de maquinas en un carguero que hace la travesía entre Marsella y el
norte de África. Es una mujer que controla la situación, que marca las reglas,
tanto en su trabajo como en sus relaciones sexuales y sentimentales. Pero en su
vida, como en la de Kate y en la de la otra Alice, la literaria, se introduce
una duda. La que siembra en su alma el diario de su antecesor en el cuarto de
máquinas, un texto que la hará cuestionarse su propia vida.
3
MACBETH
Algunas
constataciones en torno a Macbeth.
-Cada
generación hace una relectura de las obras clásicas de Shakespeare.
-El
texto, siendo el mismo, parece distinto según quién lo pone en escena.
-
Macbeth es una historia inmortal de la que hay paralelismos en la vida política
de cualquier tiempo y lugar.
-De
las muchas adaptaciones al cine que se han hecho de la obra, hay tres que son
imprescindibles. La de Orson Welles en 1948, rodada en precarias condiciones y con
una luz tenebrosa y sombría; la de Akira Kurosawa, Trono de sangre, realizada en 1957, enraizando la historia inmortal del inglés con
la tradición japonesa de las guerras entre clanes y samuráis; la de Roman
Polanski en 1971, un intento de adaptar casi literalmente la pieza poniendo el
acento en la duda y el miedo de Macbeth.
-La
nueva versión de Justin Kurzel con Michael Fassbender y Marion Cotillard como
la asesina pareja, es justamente la que corresponde a nuestro tiempo. Tiempo de
sangre y espectáculo, tiempo de juego de tronos, tiempo de desmesuras y
violencias llenas de belleza. Porque este Macbeth es hermoso en sus tonos
rojos, porque este Macbeth es mas romántico que medieval. Porque este Macbeth
es el que nos corresponde ahora mismo.
(Un
simple apunte. House of cards es
también un Macbeth acorde con nuestro
mundo)
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