Conflicto
político: El viaje
Esta
no es una gran película. Pero es un gran tema. Año 2006. El primer ministro
Tony Blair preside en Glasgow las negociaciones de paz para Irlanda del Norte
donde se enfrentan los dos eternos enemigos, el líder del Sinn Fein Martin
McGuinness y el implacable pastor protestante unionista Ian Paisley. Una
circunstancia inesperada les obliga a realizar un viaje juntos en un coche, acompañados
solo de un joven chófer. El viaje fue real, aunque no en un coche sino en un
avión. Lo que pasó en ese viaje nadie lo sabe. Las consecuencias si. Al llegar
a su destino, los dos enemigos se dieron la mano y comenzaron las negociaciones
para firmar una paz definitiva en Irlanda del Norte. La película se disfruta
por los dos actores que dan vida a los personajes reales, Timothy Spall y
Colm
Meaney. Pero sobre todo la película es importante porque pone en evidencia que
hablar y conocerse es el primer paso para entenderse. Pero, y eso es lo mejor
de todo, deja muy claro que una vez dicho todo lo que hay que decir, hay que
saber ceder, en cierto modo traicionar, para conseguir un futuro mejor. Hace
falta mucho valor y mucho sentido de estado para atreverse a traicionar
pensando en que es lo mejor para todos y no solo para los propios aduladores.
Es una lección que deberían aprender muchos de los políticos de ahora mismo.
Conflicto
social: Suburbicon
Esta
no es la gran película de Clooney, ni la gran película de los Coen. Pero la
unión de todos si hace que sea una estupenda película. Me explico. Los Coen
escribieron un guión hace años el que estaba el germen de algunos de sus
personajes futuros. Finales de los años cincuenta, una pequeña ciudad de clase
media blanca, con sus casitas y sus jardines. Un hombre acosado por las deudas,
un agente de seguros corrupto, una mujer hipócrita y cobarde, una pareja de
matones de comic, una serie de crímenes imperfectos. El mas puro Coen vive en
Suburbicon. Pero entonces llegó Clooney y aportó a este universo un nuevo
elemento: en este idílico pueblo de blancos, aparece una familia de negros, de
clase media, pero negros. Y eso introduce un contrapunto a la historia, una
especie de ruido de fondo, de murmullo presente todo el film sin llegar nunca a
ocupar el primer lugar de la acción. Es el contexto que permite que la historia
de estúpidos asesinatos que suceden uno detrás de otro en la casa de al lado,
puedan hacerse con total impunidad ante la indiferencia de todos, mucho mas
entretenidos en acosar y maltratar a los negros que en vigilar la hipocresía
asesina de sus vecinos. Aunque se ambiente en los años cincuenta, la historia
habla de la América de Trump de ahora mismo, donde una clase media empobrecida
y miserable mira a enemigos ajenos, mientras su presidente asesina a su propio
país. Pero de este Suburbicon se
puede sacar una lección mas colectiva y universal. Los políticos manipulan a la
gente para que ataque a enemigos imaginarios a fin de que no miren los
asesinatos, económicos, sociales, corruptos, que perpetran con total impunidad.
Lo vemos todos los días. Gran lección la de esta película divertida, cruel,
negra, con un humor sacado directamente de los dibujos animados de El Coyote y
el Correcaminos.
Conflicto
doméstico: Llueven vacas
Tampoco
esta es una gran película. Pero también es un gran tema. La violencia de género
ocupa demasiadas veces las páginas de los diarios y las noticias de la
televisión. Siempre, o casi siempre, a raíz de un asesinato, seguido de un
suicidio. La violencia de género, encierra una verdad mucho más dura: el
fracaso de una sociedad que no da ninguna salida ni al hombre, ni a la mujer,
ni a la pareja. Solo la muerte. “La maté porque era mía”. Pero precisamente por
eso me mato a continuación porque ya no tengo nada. Bueno, esta película de
titulo sugerente y muy gráfico, va de violencia de género. Pero de una que se
ve menos, de la que se habla poco, que no sale en los periódicos. Y sin embargo
está mucho más extendida y es igual de dolorosa y castradora que la física. La
violencia psicológica, el control sobre el pensamiento, la manipulación de la
vida del otro. Si el marido decide que llueven vacas, la mujer no solo debe
verlas, sino debe protegerse no sea que le caiga una en la cabeza. En nuestro
mundo llueven demasiadas vacas. En las casas y en la sociedad, donde nos hacen
creer continuamente que llueven vacas del cielo para que no pongamos en duda
ninguna de sus “verdades”. Denunciar eso, a través de una pareja, Margarita y
Fernando, interpretada por seis actores distintos, es lo mejor que tiene este
film teatral, pequeño, y nada ambicioso. Una excelente ocasión de hablar de esa
otra violencia. La que no se ve, pero se sufre en silencio y colectivamente.
Conflicto
amoroso: En la playa sola de noche
Esta
si es una gran película. A pesar de ser criptica, privada, con claves que solo
los involucrados pueden entender. Es una gran historia de amor y de desamor, de
palabras y de emociones, de sueños y pesadillas, de alcohol y de paseos. De
fantasmas también. Hong-sang soo es uno de los más grandes directores del
momento. Su cine de largas secuencias, de paisajes, playas, parques y mujeres,
es una invitación constante a dejarte llevar por su belleza, por sus emociones,
por sus pasiones. Cuenta una historia en dos partes. La primera en Hamburgo, la
segunda en una pequeña ciudad costera de Corea del Sur. Cuenta la historia de
una actriz abandonada después de tener una aventura con un hombre casado, un
director de cine. Cuenta la historia de su intento de entender esa situación,
de asumirla, de vivirla. Pero por encima de todo, cuenta la historia de una
mujer que sueña en la playa, sola de noche. Y pasea. El romanticismo presente
en la música de Schubert y en los encuadres dignos de Caspar David Friedrich, tiene como contraste las dos largas
secuencias de comidas y bebidas donde el alcohol hace aflorar la verdad, las lágrimas,
el dolor y la impotencia. Rossellini y Rohmer, releído por un coreano
exquisito.
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