(no se
si Ramon pensaba en Penélope cuando hizo este cuadro magnifico, pero a mí me
gusta imaginarme que podía serlo)
1
Últimamente
he vuelto a ver varias películas antes de escribir de ellas: Yucatán, Las distancies, y ahora Penélope. Es muy interesante este volver
a un films que ya has visto. La película es la misma, el que cambia eres tú.
Cada vez que la ves eres distinto. Y eso, se proyecta en la pantalla de alguna
manera. En el caso de la Penélope de
Eva Vila, la vi hace casi un año. Entonces le escribí a Eva unas líneas que me
parecían resumían la pelicula y eran sencillas para explicarla: “Una versión de
La Odisea de Homero en la que Penélope es una mujer muy vieja que encarna la
sabiduría, la tierra, los orígenes, lo perdurable y verdadero, y Ulises es un
hombre perdido que vive en una ensoñación. Todo ello enmarcado en una Ítaca que
es una Montaña Sagrada y mágica (Montserrat) y un palacio que es un pequeño
pueblo de la Catalunya rural con sus tradiciones, sus fiestas y sus gentes
entrevistas siempre desde la casa de esa Carmen/Penélope que lo llena todo con
su humanidad.”
Volví a
ver la película hace unos días en unas condiciones inmejorables. En el cine
Phenomena de Barcelona, con una proyección y un sonido impresionantes que
revalorizan el trabajo de Eva hasta casi convertirlo en otra cosa. Hay
películas, muchas, que se pueden ver en un ordenador o una tele sin que pase
nada. Pero hay otras que piden desean, necesitan, la pantalla grande. Penélope es de estas. Los paisajes
invernales de esa Catalunya profunda y antigua, la montaña de Montserrat con
sus caminos de piedra, provocan sensaciones románticas de brumas y melancolía.
Pero también la casa de Carmen/Penélope desde la que vemos, a través de las
ventanas, el mundo de fuera, la vida, la realidad en la que ella ya no
participa. La profundidad de campo desde la oscuridad de la casa a la luz del
paisaje es magnífica. Ya me había gustado la película, pero verla en estas
condiciones me hizo disfrutarla mucho mas. La
Odisea está presente en los versos que va desgranando una voz en off que transmite la grandeza del texto.
Pero lo mejor de todo es como el poema homérico se ajusta como un guante a una
realidad cotidiana y casi documental, la de una mujer muy vieja que cose y escucha
la radio y se ríe y espera en un pueblo al que llega
ese Ulises desmemoriado que intenta recuperar su vida, su vieja casa, su pasado perdido. Penélope es una película especial, una
historia de ahora mismo enraizada en el tiempo. Una mujer que
espera, un hombre que vuelve, un paisaje…
2
Ver la
película esta semana de la Diada me ha hecho pensar en una extraña similitud.
De repente me he encontrado pensando que la Catalunya soberanista es una
Penélope que teje y desteje manifestaciones año tras año, esperando que algún
día vuelva a casa ese Ulises/Independencia que lleva años (por lo menos siete)
viajando a Ítaca sin llegar nunca, y cuando parece que lo va a hacer, se
esconde avergonzado para que no le vean ni le reconozcan y vuelve a salir
huyendo.
3
La
tercera Penélope de la semana es , of course, Cruz. Penélope Cruz es Laura, la protagonista del melodrama rural irano/castellano
que ha construido Ashgar Farhadi en nuestro país. Todos lo saben es una película coral que tiene como centro a Laura
y a Paco, es decir Penélope Cruz y Javier Bardem. A su alrededor circulan una
serie de personajes importantes para la historia: el apagado Darín, el sólido
Eduard Fernández, la potente Elvira Minguz, la dura Bárbara Lenni o la dulce
Inma Cuesta. Pero es Laura, la madre, la que polariza las miradas. Drama rural que
a veces parece un culebrón y otras una tragedia griega, lo de menos es saber el
quién y el porqué de lo que pasa. Hay que dejarse llevar por los sentimientos
que van aflorando en ese pueblo atávico lleno de rencillas antiguas, en esa
familia patriarcal donde mandan las mujeres, en esas relaciones ocultas que se
arrastran durante años. Torrelaguna no está tan lejos de Irán aunque las
mujeres no vayan cubiertas por un shador. Pero, si, tengo un pero. No es
importante y es producto más de mi propia exigencia que de la propia película.
Farhadi nos tiene acostumbrados a un nivel en su cine cotidiano y feroz que
entiendo es difícil conseguir si ruedas en otro idioma, no en otra cultura,
insisto, ese pueblo castellano no esta tan lejos de cualquier pueblo iraní.
Pero, y reconduzco mi pero, la inseguridad del director la cubre con creces la
fuerza de Penélope Cruz, una Actriz con mayúsculas. Por ella, aunque también por
un par de secuencias estupendas de Bárbara Lenni y por escuchar la canción que
canta Inma Cuesta al final, vale la pena no perderse esta película.
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