sábado, 29 de septiembre de 2018

EL REINO



(He dudado mucho en poner un cuadro tan bonito de Ramon en compañía de una historia tan detestable, pero luego he pensado que Rodrigo Sorogoyen y todos los que han hecho la película sí se merecían el regalo. Se trata de uno de los cuadros de la serie La corona d’un re donatore, del 2009)
“Una puesta al día del mejor cine político italiano. Un ritmo del mejor cine político americano. Sin dejar de ser intensamente española.” Escribí estas tres frases al salir del pase de El reino, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen.  También escribí: “Me gustó mucho mas de los que esperaba. Solo un apunte del título, más que El reino yo la habría titulado El chiringuito, porque eso es lo que estos canallas tienen montado.”
Un chiringuito en toda regla para robar a manos llenas del erario público sin despeinarse un pelo. Y lo que es peor, sin tener conciencia de que hacerlo está mal. “Yo pensaba que era lo normal” o “Tú habrías hecho lo mismo”, son algunas de las cosas que se suelen decir para justificar estos comportamientos mafiosos. En su presentación en el Festival de San Sebastián se ha preguntado insistentemente a Rodrigo y su equipo  porque no se nombra nunca el Partido Popular en la película. Me parece obvio. No se trata de denunciar a un partido en concreto, sino de poner en evidencia un problema sistémico. Manueles López Vidal hay en todos los partidos: los unos y los otros, los del 3% y los de la trama Gurtel; los de los Eres y los que simplemente se aprovechan de la ingenuidad de la gente para otorgarse sueldos desproporcionados con sus méritos. Todo es corrupción y todos somos un poco corruptos. Eso es lo importante de este film. Eso y responder a algunas preguntas como, por ejemplo, ¿Qué pasa cuando estos políticos se marchan a casa? ¿Cómo se comportan con su familia, con sus amigos? ¿Qué hacen en las comidas de trabajo? Bueno, en las comidas de trabajo se sabe bastante lo que hacen gracias a la insana costumbre de grabarse unos a otros. Pero lo demás es un misterio que el reino nos desvela un poco demostrando que son gente normal, de los nuestros, como usted y como yo, que han sabido ver en una situación determinada una oportunidad y no han calculado las consecuencias. En este chiringuito de desaprensivos no se salva nadie. Ni siquiera la periodista estrella que persigue a su objetivo hasta acorralarle en una secuencia antológica. Hay mucho cine en este espléndido guión, en el uso de la música que pone de los nervios hasta que te das cuenta de que es un personaje más, en ese retrato de una violencia moral que está más extendida de lo que nos gustaría creer. El reino no necesita mucha publicidad, se la hacen todos los días los telediarios, la comparecencia de José María Aznar en el congreso, los juicios y sus delaciones, los favores concedidos a cambio de (no siempre de dinero, a veces de votos). Pero lo mejor es que todo esto que en un determinado cine político sería insoportable, en manos de Sorogoyen y su equipo se convierte en un magnífico espectáculo. Cine popular, comercial, del mejor. Un thriller en toda regla, cine negro. Necesario y útil. El reino (o el chiringuito) será una de las películas españolas del año.
.....
Por si no estábamos convencidos de su dimensión universal y actual, mas allá de la traición y el sálvese quien pueda, estas últimas semanas nos están ofreciendo un culebrón en entregas de la corrupción en todas su variantes: másteres, casas compradas de forma como mínimo extraña, chanchullos de te doy mi voto si me quitas a ese fiscal. El reino es tema de todos los días, sobre todo en esa variante de “cuídate de tus enemigos, pero más de tus amigos, sobre todo si son compañeros de partido”. Ojala se hagan muchas más películas como ésta.





No hay comentarios:

Publicar un comentario