¡Diecinueve estrenos la semana
pasada, quince esta semana! No puedo más. He decidido que voy a hacer una
huelga de ojos caídos. Así que en la entrada de hoy, voy a hablar de libros. De
dos libros.
FLORES
EN LA FRONTERA
Este es un libro muy personal
que me afecta directamente. He estado y estoy muy implicada en todo el proceso.
Es un libro del que me siento muy orgullosa y feliz de haber colaborado a que
exista. Porque Flores en la frontera
es un libro inclasificable. Precioso como una pequeña joya. Se trata de un
libro de dibujos de Ramon Herreros, un conjunto de delicadas acuarelas de
flores y plantas que se pueden encontrar en los alrededores de Arcos de la Frontera.
Está editado por La Casa Grande, el hotel de Elena Posa en Arcos. Me gusta
mucho como ha quedado, me gustan mucho los dibujos de Ramon, me gusta mucho que
existan libros como este. En un texto introductorio, he escrito unas palabras
que me parecen cuentan mejor que nada lo que es: “Este es un libro de flores
que se pueden encontrar en los alrededores de Arcos de la Frontera. Así que, la
primera lectura es clara: La Frontera es un paisaje, una región, un lugar. La
palabra frontera sugiere muchas más cosas. En un sentido peyorativo, es
sinónimo de separación, de marginación. Pero a mí me gusta más otra manera de
leer la palabra. Frontera entre lenguajes, frontera permeable entre las
palabras y las acuarelas de Ramón Herreros e incluso frontera sutil y mágica
entre una foto tomada una mañana de verano y un precioso dibujo realizado una
tarde de invierno. Frontera como unión, no como separación. Las
flores están ahí, cerca de nosotros. Solo hace falta saber verlas. Lo que
quiere este libro es transformarlas en imágenes únicas que son y no son a la
vez las plantas que representan. Libres, hermosas, vivas.”
Presentamos Flores en la frontera el próximo jueves
22 de noviembre a las 19.00 horas en la Librería Jaimes de Barcelona, calle
Valencia 318. Ese mismo día se inaugura la exposición de los dibujos originales
de Ramon que se pondrán ver durante un tiempo en la librería. Estoy muy
contenta de haber llegado hasta aquí. Siento que es un gran regalo.
DEFENSA
DE LACREACION
Este es un libro pequeño de
tamaña y grande de ideas. Es un ensayo sobre arte, sobre los que lo hacen y los
que lo gestionan. Está escrito por José Antonio de Ory. Es un texto que se lee
muy rápido, que ¡se entiende todo¡ Da gusto leer un ensayo sobre arte que se
entiende, se comprende, que no usa palabras huecas y no necesita un diccionario
al lado para seguirlo. Pero sobre todo, da gusto leer un texto en el que
reconoces ideas que son tuyas, palabras que has pensado mil veces. Afirmar que
no son los gestores culturales los que deben tener el protagonismo del mundo artístico; que los
edificios de arquitectos famosos si están vacíos de contenido no sirven para nada; sostener que la política de subvenciones solo crea una corte de los
milagros de sucursalistas abonados al régimen de turno; decir con todas sus
letras que han secuestrado el concepto Arte Contemporáneo para asignarlo solo a
una parte del todo, y no siempre la parte más interesante sino la más
interesada, la que se pone al servicio de las tendencias que los gestores y con
esto se cierra el círculo, imponen desde sus atalayas de poder. Todo esto son
verdades que nadie quiere decir y menos asumir. Pero lo mejor de todo es la
reivindicación que hace el libro de la figura del creador, el que pinta,
esculpe, escribe, hace música, dirige o escribe un guión. Y lo hace con sus
manos y su cabeza. Sin ellos, todos los demás sobran aunque
se empeñen en mostrar el vacío de sus edificios y de sus mentes como una gran
aportación. Cuantas veces los gestores culturales y los críticos se creen por
encima de los que han hecho las obras que gestionan. No se trata de que no haya
gestores, hacen falta, son necesarios. Pero deben estar al servicio de los
creadores, de los que hacen las cosas, nunca por encima. Una de las reflexiones
que me ha sugerido este libro es el hecho de que debe existir un equilibrio
entre unos y otros. La figura del artista aislado, trabajando en su taller sin
relacionarse no sirve, el
artista necesita un hilo que lo conecte con el mundo y ese hilo son los
gestores culturales, los críticos, los estudiosos. Pero lo que viene sucediendo
en el mundo de la cultura desde hace mucho tiempo es que los que deberían ser
ese hilo conductor se han erigido en hilo dominante, pequeños tiranuelos o
reyezuelos que deciden qué o quién tiene derecho a existir. Es contra esto que
nos alerta el libro de de Ory.
Prometo que la semana que
viene, volveré a levantar los ojos hacia las pantallas de cine y hablaré de
películas. Mientras tanto, vayan al cine que aun hay muchas cosas por
recuperar, lean libros, visiten exposiciones, escuchen música…
Si puc, aniré a la presentació del llibre de Ramon. Després del teu comentari m'han agafat ganes d'anar-hi
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