“Se conoce con el nombre de vanguardia al
conjunto de manifestaciones artísticas que se desarrollaron en las primeras
décadas del siglo XX y que se caracterizan por el énfasis puesto en la
innovación y en la confrontación con las normas estéticas canonizadas”.
Esta definición de vanguardias me sirve para
encabezar la entrada de esta semana.
Tres clases de vanguardias distintas. Una se enmarca plenamente en
la definición, las otras dos se adecuan mas a la frase “el énfasis puesto en la
innovación y en la confrontación con las normas estéticas canonizadas”.
Vanguardia
ortodoxa: la de la película Buñuel en el laberinto
de las tortugas
¿Existe realmente el realismo?
¿Es el surrealismo un cierto modo de realismo? No se si esta es la mejor manera
de acercarse a este curioso film de animación que recrea el momento en que Luis
Buñuel, sumido en una profunda crisis de creación tras el éxito/escándalo de La
edad de oro, se enfrentó al rodaje de un “documental” rodado en las profundas
tierras extremeñas de Las Hurdes. Basado en un cómic que no conozco de Fermín
Solis, el film de Salvador Simó se plantea contar el proceso de creación de
este documento singular rodado en 1932 gracias a la generosidad de Ramón Acín,
que invirtió en el proyecto el dinero ganado con un billete de lotería. La
película es bonita, interesante, entretenida. Pero a mi lo que me provoca es
una pregunta que siempre flota en el ambiente ante cualquier documental. ¿Se
filma la realidad o se pone en escena la realidad para filmarla? Buñuel y su
pequeño equipo se presentan en Las Hurdes con la intención de filmar lo que vean.
Pero a veces lo que ven no le gusta o no se corresponde a lo que le busca. En el
fondo sigue siendo un surrealista (Las
Hurdes, tierra sin pan es un “documental surrealista”) así que “reconstruye la
realidad”: que las cabras no se tiran por la montaña, pues las tiramos
nosotros; que las abejas no se comen el burro, pues hacemos que se lo coman;
que los enanos nos miran y juegan, pues los filmamos haciendo lo que queremos
que hagan. Es cierto que este viaje y este documental cambiaron a Buñuel. También
es cierto que este cambio coincidió con un momento político que le alejó de la
dirección. Es cierto que Las Hurdes fue prohibida por el Gobierno de la República
(sí, también prohibían cosas). Pero también es cierto que hizo mas por la
España profunda que muchas arengas políticas. Buñuel en el laberinto de las
tortugas es un film que vale la pena ver. Para recuperar a un Buñuel joven e
inconsciente, para revisar un film casi insoportable de ver y también para ser
conscientes que lo que se sigue llamando la España vaciada, la España olvidada,
la España al margen, de la que se ha hablado estas semanas, ha cambiado mucho,
muchísimo, pero sigue siendo un terreno desconocido donde se pueden tirar las
cabras y afirmar que son ellas las que se tiran.
(Complemento indispensable: El
libro Luis Buñuel o la mirada de la medusa editado por la Fundación Banco de
Santander. Se trata de reflexiones, conversaciones y cartas entre Luis Buñuel y
el escritor mexicano Carlos Fuentes. Muy interesante y muy diferente de los
enfoques tradicionales de la obra de Buñuel).
(Mike Naumenko y Natasha)
(Viktor Tsoï)
Vanguardia
musical: la de la película rusa Leto.
En nuestro mundo occidental
(entendido como Europa y Estados Unidos) lo sabemos todo de nosotros mismos,
pero sabemos muy poco de los demás. Por eso es de agradecer que existan
películas como esta del ruso Kirill
Serebrennikov que nos cuenta como en la gris, monolítica y represiva Rusia
Soviética, existían pequeñas islas de libertad de las que no sabemos nada de
nada. La historia pasa en Leningrado el verano de 1980. El rock vive un
momento semi clandestino de esplendor. Es en ese verano donde se sitúa la
historia de este triangulo amoroso entre tres jóvenes vinculados a la escena
musical rockera y alternativa de la ciudad de Leningrado, los músicos Mike
Naumenko y Viktor Tsoï , dos figuras legendarias del rock soviético, estrellas
durante el convulso y apasionante periodo de la perestroika y Natalya Naumenko,
casada con Mike y enamorada de Viktor. Tres figuras reales que tuvieron un final trágico: Viktor
murió a los 29 años y Mike a los 36.
Pero esto queda fuera de la película que lo que quiere es recrear un
momento de felicidad y de vitalidad en la rigurosa y opresiva Rusia Soviética. Leto
es una película musical, un retrato generacional de un tiempo pasado, pero
también es un film plenamente contemporáneo en una época en la que la represión
política y el recorte de libertades vuelven a ser importantes en la Rusia de
ahora mismo. Vale la pena verla por su frescura, su ligereza, su música, pero también para hacer justicia a su director liberado este mes de abril de un larguísimo arresto domiciliario, aunque con la limitación de no abandonar la ciudad de Moscú. Será que a Putin no le gusta el rock, ni la cultura
(occidental o no occidental).
(Complemento indispensable:
los videos de Mike Naumenko y Viktor Tsoï en youtube. Estos son dos ejemplos,
hay muchos más: https://www.youtube.com/watch?v=M8Dt9StZSqA
Vanguardia… a secas: la de la película
La portuguesa
Tres mujeres se unen en La
portuguesa: la directora, Rita Acevedo Gomes,
la guionista Agustina Bessa-Luís, y la actriz Clara Riedenstein. Por encima de ellas
sobrevuelan tres hombres: la sombra de Manoel de Oliveira que es alargada y
cubre el film, el relato de Robert Musil La portuguesa y la fotografía de Acacio de
Almeida. Todos juntos consiguen hacer uno de los films mas hermosos y menos
previsible de los que he visto en mucho tiempo. La historia es muy simple: el
señor Von Ketten, en guerra permanente con el obispo de Trento, vuelve a sus
tierras del norte de Italia con su nueva esposa, una hermosa mujer portuguesa.
Durante once años, el señor estará lejos sumido en sus batallas, con escasas
visitas a su esposa que vive aislada en un castillo, acompañada de unos pocos
sirvientes. La extranjera, la hereje, la bruja, no quiere volver a su casa en Portugal y permanece
allí como una amenaza de lo diferente: lo femenino, lo de fuera, lo que no se
entiende. Narrada como un cuento, transcurre suavemente ante nuestros ojos
asombrados de la belleza de los espacios, de la puesta en escena, de la
calidad pictórica de sus imágenes, pero también envueltos en la experiencia de
esa mujer pelirroja que construye un mundo propio al margen de un marido
perdido. La portuguesa no es un film para todo el mundo, pero si es una
película que todo el mundo podría ver y disfrutar.
(Complemento indispensable El
libro Tres mujeres de Robert Musil
donde está el cuento La portuguesa)
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