(Aina Clotet, en un retrato de
Ramon Herreros)
La filla d’algú
Hace ocho años (¡ya ocho años,
qué barbaridad!), la ESCAC sorprendió con una película realizada por los
alumnos de cuarto curso. Un film que iba más allá de una práctica de fin de
carrera para convertirse en un proyecto colectivo en el que participaba toda la
promoción numero XIII de la Escuela. La película se llamó Puzzled Love, y de ella escribí en una entrada en este blog el 29
de junio del 2011. Entre otras cosas decía “La historia es una: dos estudiantes
de Erasmus, ella americana, él mallorquín, coinciden en un piso compartido en
Barcelona. A lo largo de trece mese seguiremos el previsible proceso de
rechazo, enamoramiento, amor, pasión, dolor y separación. Pero si el proceso es
previsible, los resultados son absolutamente sorprendentes. Cada mes de ese año
que pasan juntos, de agosto a agosto, está escrito, dirigido, montado y
fotografiado por un equipo diferente. Pero todos juntos consiguen que el film
tenga armonía y coherencia, que te cuente una historia de amor sencilla y
fresca, que los episodios mensuales tengan, además de una línea narrativa que
viene del anterior y conduce al siguiente, una relación directa con el mes que
están representando.” Un año después, la promoción XIV hizo otro film parecido
pero enmarcado en el terror, Los
inocentes.
Desde entonces no habíamos
vuelto a saber de un proyecto común que saltara del ámbito puramente escolar.
Hasta ahora. La XX promoción de la escuela ha conseguido volver a salirse del
terreno acotado de lo académico con La
filla d’algú, un film colectivo a todos los niveles, pero con prácticamente
una única protagonista y una secuencia temporal acotada a un día. Un día en el
que Eli, es decir Aina Clotet a la que podemos definir como “la mujer sin
piernas”, abogada, casada, embarazada y de buena familia en la Barcelona de
ahora mismo, se ve arrastrada a un torbellino de emociones y descubrimientos
sobre su padre y la propia sociedad en la que vive. Si no se sabe que este film
está dirigido por once directores, escrito por otros tantos guionistas,
fotografiado, sonorizado y montado por varias manos, se podría creer, y ese su
principal atractivo, que es una obra personal. Y lo es sin duda, pero de un
colectivo que ha sabido dejar de lado sus diferencias para encontrar las
afinidades. Y lo que es más difícil, haciendo que cada secuencia funcione con
la anterior y la posterior, pero al mismo tiempo sea única. Felicidades a
todos, incluida Aina Clotet que está en pantalla los 70 minutos que dura la
película, siempre con la cámara casi rozándole las mejillas.
(la foto es de Joan Carles
Ribas, uno de los localizadores con los que trabajé en el libro Scouting in Catalonia)
La última lección
Aquí nos encontramos con otra
clase de alumnos. Unos alumnos que dan mucho miedo, aunque no estemos en una
película de terror. De entrada este film dirigido por Sebastièn Marnier, puede
parecer uno más de los muchos que el cine francés ha dedicado a contar las
conflictivas (y ricas) relaciones profesor/alumno desde distintos puntos de
vista. Pero no. Esta última lección pasa en un colegio, hay alumnos, hay un
profesor, pero hay algo mas, extraño, misterioso, malvado. La premisa es
inquietante y le da una vuelta de tuerca al típico cine enfrentamiento profesor
/alumnos. Ya desde su primera secuencia, la del suicidio del profesor, sabemos
que no estamos ante una convencional historia de “lucha de clase”, sino
ante una narración mucho más perturbadora. Poco a poco iremos descubriendo que
estos alumnos superdotados parecen tener una agenda oculta en la que el nuevo
profesor se verá inmerso entre la paranoia, la manipulación y el miedo. La
enorme falta de empatía de los alumnos, en especial los seis protagonistas y la
inseguridad del sustituto, son el centro de una historia que está muy cerca de
la amenazante El pueblo de los malditos,
la inquietante Take Shelter o la
malvada La cinta blanca.
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EL RINCÓN DE LAS SERIES
Algunos de los lectores de
este blog me han pedido que hable de series. Entiendo su petición. Todos estamos
un poco perdidos en el marasmo de la oferta que se nos brinda. Es imposible
abarcarlo todo y mucho menos saber que vale la pena y que no. Pero como comparto
este desconcierto, pienso que también puedo compartir los pequeños
descubrimientos que pueda hacer en la multitud de plataformas que tengo a mi
alcance.
Y empiezo con Delhi Crime, una imprescindible serie india producida por Netflix que se puede ver desde mediados de abril. Delhi Crime está basada en la investigación de un caso real de violación múltiple ocurrido en el sur de la ciudad de Delhi el 16 de diciembre del 2012. Delhi Crime es un proyecto personal de Richie Mehta. Mehta sabía del caso de la violación múltiple y asesinato, y tenía en la cabeza hacer un documental de investigación. En este proceso conoció a Neeraj Kumar, Comisario Jefe de la Policía de Delhi que le dio acceso a toda la documentación. Fue él el que le pidió que hiciera una película o una serie de ficción más que un documental, consciente de que así llegaría a mucha más gente. Leyendo todo el material que le facilitó Kumar, Mehta se dio cuenta de la cuidadosa investigación que se hizo, de la rapidez con que se resolvió el caso y de las consecuencias que tuvo en el cambio de legislación sobre los casos de violación en la India que a partir de ahí endurecieron las penas para los violadores. Mehta se entrevistó con los policías del caso, en especial con Chhaya Sharma, la auténtica comisaria en la que se basa el personaje de Vartika Chaturvedi, pero no puso en marcha el guión hasta conseguir la autorización de la familia de la auténtica mujer violada y asesinada. Los protagonistas son el grupo de policías que durante cinco días se dedica en cuerpo y alma a buscar a los seis violadores. Pero lo que hace de Delhi Crime algo especial es su carácter documental con personajes basados en los auténticos policías que investigaron el crimen, personas normales, de vida familiar sencilla, muy alejados del glamur, la heroicidad o la brutalidad habituales en este tipo de historias, gente que trabaja con pocos medios en una ciudad que tiene 17 millones de habitantes. Delhi Crime, , es sin duda una de las mejores series que se pueden ver en estos momentos en las plataformas on line.
Y empiezo con Delhi Crime, una imprescindible serie india producida por Netflix que se puede ver desde mediados de abril. Delhi Crime está basada en la investigación de un caso real de violación múltiple ocurrido en el sur de la ciudad de Delhi el 16 de diciembre del 2012. Delhi Crime es un proyecto personal de Richie Mehta. Mehta sabía del caso de la violación múltiple y asesinato, y tenía en la cabeza hacer un documental de investigación. En este proceso conoció a Neeraj Kumar, Comisario Jefe de la Policía de Delhi que le dio acceso a toda la documentación. Fue él el que le pidió que hiciera una película o una serie de ficción más que un documental, consciente de que así llegaría a mucha más gente. Leyendo todo el material que le facilitó Kumar, Mehta se dio cuenta de la cuidadosa investigación que se hizo, de la rapidez con que se resolvió el caso y de las consecuencias que tuvo en el cambio de legislación sobre los casos de violación en la India que a partir de ahí endurecieron las penas para los violadores. Mehta se entrevistó con los policías del caso, en especial con Chhaya Sharma, la auténtica comisaria en la que se basa el personaje de Vartika Chaturvedi, pero no puso en marcha el guión hasta conseguir la autorización de la familia de la auténtica mujer violada y asesinada. Los protagonistas son el grupo de policías que durante cinco días se dedica en cuerpo y alma a buscar a los seis violadores. Pero lo que hace de Delhi Crime algo especial es su carácter documental con personajes basados en los auténticos policías que investigaron el crimen, personas normales, de vida familiar sencilla, muy alejados del glamur, la heroicidad o la brutalidad habituales en este tipo de historias, gente que trabaja con pocos medios en una ciudad que tiene 17 millones de habitantes. Delhi Crime, , es sin duda una de las mejores series que se pueden ver en estos momentos en las plataformas on line.
La última lección estaba en mi lista de pendientes, con este comentario, ya no tengo duda de que me interesa, la pongo la primera.
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