Tres películas de esta semana
se pueden encuadrar en el marco del horror. Una es de horror cotidiano y familiar;
otra es de horror como género y la tercera es un horror encarnado en un
personaje odiado.
(los auténticos Ray y Liz fotografiados por su hijo en 1996)
Ray
& Liz
Ray
& Liz es la película más importante de esta semana. No la mas
alegre desde luego. Esta sórdida historia tiene dos alicientes, uno extra
cinematográfico: se trata del relato autobiográfico del director y fotógrafo
Richard Billingham que adapta sus propias memorias de infancia, cuando vivía en
las afueras de Birmingham con sus padres y su hermano pequeño Jason. Otro cinematográfica:
la manera que ha escogido el autor para mostrar este submundo de miseria moral
y económica en lo que se conocía como Black
Country, la zona industrial de los Midlands en la Inglaterra thatcheriana de
los años 80. Planos largos, casi
estáticos, ambientes y colores que podemos reconocer de sus fotografías,
diálogos concisos, imágenes que se quedan en la memoria por su sordidez pero también por su realismo
y, porque no, por una cierta ternura. El film se estructura en tres partes,
una, la que sirve de enlace del conjunto, es la historia del viejo Ray, el
padre alcohólico de Richard y Jason, encerrado en una habitación de la que
nunca sale. La otra, la de su tío Laurence, es la más patética, la más triste,
la que tiene mayor desesperanza, La tercera se centra en su hermano pequeño
Jason. En ese lóbrego piso lleno de animales absurdos, con una madre gorda
adicta al tabaco y a los puzles y un padre alcohólico al que nada le importan sus
hijos, sobreviven como pueden Richard y su hermano Jason que conseguirá salir
de allí cuando lo manden a vivir con una familia de acogida dejando solo a
Richard. Es terrible la imagen del adolescente Richard diciendo: “¿no me puedo
ir yo también a vivir a otra casa?”. Richard se quedó y consiguió superar ese
entorno gracias a la pintura y sobre todo a la fotografía. Heredera del cine de
Terence Davies, Ray & Liz nada
tiene que ver con Ken Loach o Mike Leigh. Probablemente porque Richard
Billingham sí conoció en primera persona el mundo que describe mientras que los
otros lo han mirado siempre desde fuera, desde ambientes muy alejados de los
barrios obreros y degradados que han retratado. Ray & Liz es un film que vale la pena ver con la mirada abierta
para no caer en los simplismos de buenos y malos, hay mucho mas en ella que
la denuncia de una sociedad injusta.
(no puedo negar que me gusta Stephen King)
It
Capitulo 2,
Adaptación de la segunda parte
del magnífico libro de Stephen King, esta no es, desde luego, una magnífica
película. Al contrario. Sus casi tres horas de duración se hacen interminables
después del tercer susto del payaso saliendo de la caja. Me parece mucho más
recomendable dedicar tres horas a leer It
que a perderlas viendo esta película que nada aporta a la obra de King ni al
cine de terror. Cuando se estrenó el primer It
en 2017 escribí en el blog:
“… It, al contrario
de La torre oscura, intenta ser fiel a la historia aunque lo haga
limitándola a la infancia de los protagonistas. Como cine de
terror funciona bastante bien, con su alternancia de sustos, gore,
secuencias de enlace pausadas, quizás las mejores gracias al grupo de niños
que, como los de Cuenta conmigo, seguro que tendrán futuro en la
pantalla. El problema para los que hayan leído la novela, es que deja de lado todo
el trasfondo histórico y político de la ciudad de Derry, epicentro del mundo de
King, con lo que se pierde buena parte de su interés. Pero en cambio consigue
que el payaso asesino, Pennywise, sea realmente terrorífico y que el uso de los
terrores particulares de cada niño funcionen como condensadores del miedo
colectivo. Payasos y miedo, son dos de los elementos que conectan It con
la realidad. Payasos malvados que utilizan el miedo de los ciudadanos para
pasar por encima de los derechos más elementales, dejando de lado cualquier
respeto por lo que piensan los demás y, lo que es peor, hacerlo en nombre de
todos. El Pennywise de King no sale de la nada. Tampoco los Pennywise de un
mundo que es caldo de cultivo de estos payasos malvados.(Cada uno que
busque sus personales Pennywise: hay para todos).”
Dos años después sigue habiendo
payasos malvados con pelambreras rubias y adictos a productos de la tierra,
pero la verdad es que en esta segunda parte se ha perdido incluso la capacidad
de asustar de Pennywise. No hay momentos de pausa, los sustos, gritos y escenas
de gore, se encadenan sin dejar espacio a la reflexión y desde luego, se ha
evaporado cualquier sentido crítico o evocación de los miedos que están en el
origen de la apaición de It/Eso. Eso que nos da miedo decir, pensar, hacer. Una
lástima desde luego y solo hablo de ella para recomendar que lean el libro de
Stephen King, que como ya saben los que me siguen, es uno de mis escritores de
cabecera.
Intocable
Se trata de un documental
sobre la figura de Harvey Weisntein. No lo he visto, así que me limito a
citarlo entre los horrores de la semana por lo que se sabe del personaje que
dio origen al movimiento MeeToo. Una historia de horror real.
EL RINCON DE LAS SERIES
Mindhunter
Es quizás la mejor serie
criminal de la televisión en este momento. Bueno, a lo mejor no, hay tantas que
es imposible saberlo. En todo caso es una de las mejores. Se puede ver en
Netflix y de momento hay dos temporadas. Si nos fijamos en sus directores
entendemos porque es tan interesante: David Fincher (Zodiac y Seven con las
que tiene mucho que ver), Carl Franklin (House
of cards o The Newsroom), Asif
Kapadia (los documentales sobre Senna o Amy Winehouse). Está ambientada en el
año 1977 y se basa en el libro Mind Hunter: Inside FBI's Elite Serial Crime
Unit de Mark Olshaker y John E. Douglas que
cuenta cómo y porque se creó esta división del FBI dedicada al estudio y
análisis de la mente de los más grandes asesinos en serie de Estados Unidos.
Los protagonistas son dos agentes especiales antagónicos, el práctico Bill
Tench, hombre sólido y con los pies en el suelo y el solitario y muy intuitivo Holden
Ford. Junto a ellos la psicóloga Wendy Carr completa el pequeño equipo
investigador. La primera temporada tiene 10 capítulos en los que los agentes se
entrevistan con algunos asesinos encarcelados con una especial atención al
temible Ed Kemper. La segunda temporada, de 9 capitulos, es ligeramente
distinta. Los agentes se centran más en un
único caso, el asesinato de una veintena de niños de color en la ciudad
de Atlanta que obsesiona a Holden hasta hacerle dejar todo lo demás. Mindhunter supera con creces el síndrome de la segunda temporada al
plantear mismos personajes, mismo punto de partida, pero un desarrollo
completamente distinto con mayor atención a la vida privada de Tech y Wendy y
menos a los asesinos, aunque se permite una curiosa aparición de Charles Mason,
quizás recordando que hace ahora 50 años de los asesinatos de Sharon Tate por
parte de la familia Mason. Mindhunter
es una de esas series muy recomendables para todos: los que les gusta el cine
negro, los que les gusta el cine retro y los que, simplemente, les gusta el
cine. Espero que pronto llegue una tercera temporada. (¿para cuando una Mindhunter en la mente de los políticos
locales y del mundo exterior?).
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ResponderEliminarMindhunter supera con creces el síndrome
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