La casualidad ha hecho que
esta semana haya varias noticias importantes relacionadas con el cine hecho por
mujeres. Son éstas.
Mujeres 1
La
lista de las 100 Mejores Películas Dirigidas por Mujeres
Esta es la cuarta vez que el
departamento de cultura de la BBC organiza una macro encuesta para descubrir Los 100 mejores films de… La primera en
el 2016 fue para escoger los mejores films del nuevo milenio; en el 2017, las
mejores comedias; el 2018 fue para las mejores películas de habla no inglesa. Este
año eran Las 100 mejores películas
dirigidas por mujeres. Tal como explica en El Periódico Beatriz Martínez, una de las tres críticas españolas
que han participado en esta encuesta junto con Desirée de Fez y yo misma, los
organizadores decidieron elegir este tema al darse cuenta de los pocos films
dirigidos por mujeres que había en las listas anteriores. Eso, y la corriente
mundial de valoración, reconocimiento e incluso descubrimiento de las mujeres
en el cine, les llevó a pensar en buscar las 100 mejores películas dirigidas
por mujeres en la historia del cine. 368 críticos de 84 países han participado
en esta encuesta que ha dado como ganadora absoluta El piano, de Jane Campion, del año 1993. Pero también podemos
considerar ganadoras a Agnès Varda que cuenta con seis
películas en la lista, una de ellas, Cléo
de 5 a 7, en el segundo lugar; o a Kathryn Bigelow, con cinco títulos; o
Chantal Akerman que sitúa su Jeanne
Dielman en el tercer puesto, además de tener otros dos. Faltan muchos
nombres, seguro. En su artículo, Beatriz se sorprende que no haya ninguna
cineasta española. Pero no es raro. Nuestro cine nunca ha sabido promocionarse
como es debido y el fenómeno del boom femenino es relativamente reciente. Seguro
que se pueden extraer muchas mas conclusiones de esta lista, por eso, quién
quiera saber mas sobre el tema, puede consultar estos links, o el artículo de
Beatriz Martínez:
Mujeres 2
Women Make Film: A new Road Movie Through Cinema
Casi como un complemento
indispensable a la lista de la BBC, se ha estrenado de forma un tanto extraña
esta magnífica serie de Mark Cousins que se pudo ver en el Festival de Sevilla.
Lo del estreno extraño merece una explicación: se trata de una serie de 14
horas dividida en cinco fragmentos que se verán, a razón de uno por semana, en Cineteca Matadero en Madrid y en los Cines Méliès de Barcelona. En el resto del país, habrá que esperar a que se suba a
una u otra plataforma digital (en este momento no sé en cual). Aclarado ésto,
hay que hablar de este imponente trabajo, uno de los mejores que se han hecho
nunca, no solo sobre el cine realizado por mujeres en la historia del cine,
sino simplemente de la historia del cine. Como continuación del magnífico documental que fue La historia del cine: Una odisea del 2011, Cousins ha construido un documento
mas que un documental donde propone una re lectura del cine desde otra mirada. Su enfoque no es ni cronológico, ni biográfico: es pura y simplemente cinematográfico. Las 14 horas divididas en cinco fragmentos están compuestas de cuarenta capítulos que responden a preguntas que se hace el director. Preguntas que
tienen que ver con el qué, el cómo, el porqué, de hacer cine. Preguntas que en
una historia normal se responderían con una mayoría de ejemplos de cine
realizado por hombres y que él busca contestar descubriendo en los 125 años de
vida del cine una multitud de ejemplos de films desconocidos, olvidados,
ocultos o ignorados. Cousins utiliza mas de mil fragmentos de películas rodadas
a lo largo de mas de cien años por mujeres de los seis continentes y los
organiza temáticamente, mezclando épocas, tiempos, estilos, lenguas y
objetivos. En este viaje, esta road movie, le acompañan varias narradoras que
dan voz y sentido a lo que estamos viendo. Women
Make a Film va mas allá de la reivindicación feminista o femenina, no se plantea como una competición, no reivindica ningún derecho mas que el de ser reconocidas. Es una
lección de cine, de historia, de vida, que debería verse en los colegios y las universidades para
recordar dos cosas muy importantes: el cine tiene un pasado que lo sustenta y sin el cual no podría existir; el cine no tiene género, solo creadores, grandes directores, sí, pero también grandes directoras.
Mujeres
3
Dios
existe, su nombre es Petrunya,
de Teona Strugar Mitevska
Esta semana se ha concedido en
Estrasburgo el Premio Lux del Parlamento Europeo. Hace doce años ya que existe
este curioso premio que otorgan los parlamentarios. Formé parte del panel de
selección del premio durante tres años, el 2008, 2009 y 2010. Hay una entrada en
este blog, de fecha 4 de junio 2010, donde explico qué es y cómo funciona el
Premio Lux. Desde hace varios años, creo que desde el 2011, la Filmoteca de
Catalunya ofrece la oportunidad de ver las tres películas seleccionadas en cada
edición y, con la colaboración de la Oficina del Parlamento en Barcelona,
invita a los directores a presentarlas. Los finalistas de este año eran,
Rodrigo Sorogoyen con El reino, Mads
Brügger con Cold Case Hammarskjold y
Teona Strugar con Dios existe, su nombre
es Petrunya que ha resultado la ganadora. La directora de Macedonia del
Norte (hay que especificarlo para que no se enfaden los griegos), estuvo en
Barcelona y un grupo de críticos tuvimos ocasión de hablar con ella sobre su
curiosa y extraña película. Petrunya vive en un pueblo, tiene treinta y dos
años, está en paro, es un poco obesa y no tiene grandes objetivos en la vida. Pero un día, sin tener una buena razón, se tira al río. Pero no para matarse,
no. Petrunya se tira al río para conseguir la cruz que garantiza un año de suerte
y prosperidad al que la consiga, en un ritual de la iglesia ortodoxa reservado
exclusivamente a los hombres. Petrunya se hace con la cruz y se desencadena una
tormenta de conflictos que se mueven entre la comedia surrealista, el drama rural,
la incompetencia policial, la intolerancia religiosa y el machismo más
primitivo. ¿Qué hacer con Petrunya? ¿Tiene o no tiene derecho a la cruz que ha
rescatado del agua helada? Todo sucede en un día y una noche, el día que
Petrunya sufre una nueva humillación en una entrevista de trabajo, se tira al río,
rescata la cruz y pasa la noche en un cuartelillo donde no sé si alcanza la
felicidad, pero si consigue recuperar la autoestima. Es una película inesperada
y su directora resultó ser una mujer inteligente, incómoda e inconformista. Me
alegra mucho haberla conocido y volveré sobre el film cuando se estrene en
febrero.
Mujeres 4
La hija de un ladrón, de Belén Funes
La hija de un ladrón, es en
realidad la hija de un actor. Pero si Sara no es ladrona como su padre, Greta
Fernández si es actriz como el suyo en esta película que los enfrenta como
padre e hija. Conocí, es un decir, a Belén Funes en el año 2015, cuando rodaba
su primer corto Sara a la fuga. De
hecho, me encontré con el rodaje del corto un domingo por la mañana en un autobús.
Reconocí lo que rodaban porque había leído el guión del corto. Y me di a
conocer a las chicas del equipo. Cuatro años mas tarde, Sara ha crecido, ahora
tiene 22 años, vive en un piso de acogida, tiene un bebé, multiplica sus
trabajos e intenta ser “normal”. Pero las Saras de este mundo no pueden ser
normales. Ni la sociedad, ni su padre se lo permiten. Sara lo intentará y creo
que al final, ya fuera de la película, lo conseguirá. Mientras tanto hemos
visto como se enfrentaba a su padre, como luchaba por su hermano, e intentaba
comprender porque el padre de su hijo no la quiere y porque ella no quiere a su
bebé. Todo ambientado en una Barcelona desconocida, la de Torre Baró, Vallbona,
fría e invernal, que recuerda los paisajes desolados de las ciudades belgas de
los Dardenne a quien Funes hace un homenaje nada oculto vistiendo a su Sara
como la Rosetta de uno de sus primeros films. La hija de un ladrón es una película dura como el asfalto, triste
como esas chicas que viven como pueden. Pero no es un film desesperanzado. O al
menos yo quiero creer que no lo es.
Mujeres 5
Ver a una mujer, de Mónica Rovira
Cuando estuve de jurado hace
unas semanas en el Festival Most de Vilafranca, conocí a una chica, actriz y
directora, de la que no sabía prácticamente nada. Se llama Mónica Rovira. Poco
después descubrí que en Filmin estaba disponible Ver a una mujer , la película que había dirigido Mónica en el 2017.
Y la vi. Y me encontré no con una, sino con dos mujeres en la pantalla viviendo
un momento de ruptura de una relación. Rodada en blanco y negro, la película
explora en sus 59 minutos el alma y el cuerpo de estas dos chicas en un
ejercicio lingüístico que recuerda los diarios de Jonás Mekas por su arriesgada
manera de filmar y el cine de Joaquín Jordá por su implicación personal en lo
que cuenta. Me ha gustado mucho saber de ella y espero que no tarde mucho en
hacer otra película. Mientras tanto, aquí va mi recomendación.
EL RINCÓN DE LAS SERIES
La serie que he escogido
también está dirigida por una mujer y trata un tema de mujeres (pero universal,
como todos los buenos temas). Se titula The
Accident, tiene cuatro episodios y se puede ver en Filmin. The Accident se enmarca en una corriente
de cine social y realista, dominante en el cine y la televisión británica. Pero Sandra Goldbacher, la directora, no intenta hacer cine a la manera de Ken
Loach o Mike Leigh. No solo es menos dogmática y aleccionadora, sobre todo es
muy incorrecta en el dibujo de sus personajes. La historia sucede en un pequeño
pueblo de Gales donde está a punto de abrirse una fábrica que dará trabajo a
todos sus habitantes. Durante la fiesta para celebrarlo, los adolescentes
rebeldes del pueblo entran en las instalaciones para divertirse y desencadenan
un accidente que acaba con la vida de 9 personas. A partir de esta tragedia, se
inicia una batalla para hacer justicia en la que el pueblo tiene pocas
posibilidades de ganar frente a la gran empresa constructora. Hasta aquí nada
nuevo. Lo nuevo surge en ver cómo se comportan y reaccionan los personajes.
Polly, que interpreta la estupenda Sarah Lancashire de Happy Valley, no solo permite que su marido la maltrate sin piedad,
sino que le perdona y comprende; Harriet Paulsen, con el rostro de Sidse Babett
Knudsen, la inolvidable presidenta de Borgen,
es una ejecutiva despiadada que no duda en abusar sexualmente de su secretario,
al que además intenta cargar con todas las culpas. En cuanto a las madres de
los chicos que han muerto, puedes sentir cualquier cosa menos simpatía por
ellas, son odiosas. Y a pesar de todo, The
Accident es una serie que no quieres dejar de ver hasta que acabe, y te das
cuenta de que prefieres mil veces que las mujeres que la protagonizan sean así,
imperfectas y con muchos problemas por resolver, porque están mas cerca de la
realidad que nos rodea cada día. No son heroínas, no son brujas malvadas, no son
justicieras, son, simplemente, personas.
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