Esta semana en la que parece
obligado tratar temas de mujeres, voy a hablar de dos películas hechas por,
pero no solo para, mujeres. Las dos son periféricas, es decir de
cinematografías no dominantes; las dos son retratos de mujeres que existen de
verdad, las dos son muy diferentes. Hay una frase de Tarkovski, lo siento es un
hombre pero un hombre inteligente y muy lúcido, que resume una idea muy
sencilla no siempre bien entendida: “En el cine hay dos tipos de directores.
Por un lado están los que imitan e intentan recrear el mundo en que viven. Por
otra parte están los que crean su propio mundo...” Aunque él sin duda está
entre los segundos, creo que es posible entenderla mas como una distinción descriptiva que valorativa y utilizarla para hablar de dos películas interesantes que se han estrenado esta semana.
La
candidata perfecta (la que imita y recrea el mundo)
Haifaa Al-Mansour es una
rareza. Es la única mujer directora, (al menos conocida) en un país tan poco dado
a respetar a las mujeres como es Arabia Saudí. La descubrimos hace unos años con
la emocionante La bicicleta verde.
Tras vivir un tiempo en Estados Unidos, Al-Mansour ha vuelto a Arabia Saudi para
hacer La candidata perfecta. Si digo
que pertenece a la categoría de los que imitan o recrean la vida, es porque la
directora, que es también guionista, tiene más urgencia en mostrar o denunciar
las injusticias de todo tipo que sufren las mujeres en su país, antes que
hacer una obra personal sobre esa realidad. Y es lógico. La candidata perfecta es cine de agitación, político, útil y
necesario. Y es, sobre todo, honesto. Sin cargar las tintas, sin querer
impartir lecciones de nada, nos cuenta la historia de una joven doctora
empeñada en conseguir que se asfalte la entrada a la clínica de urgencias donde
trabaja. Y el camino que encuentra, de una manera fortuita, casi como en un
cuento, es el de presentarse para ser alcaldesa de su ciudad. Esta es la lucha
de Maryam, la doctora, apoyada por su hermana Selma que entiende su batalla, aunque ella la plantea otra forma, e incomprendida por su
hermana Sara que tiene miedo a las consecuencias sociales de la actitud de su
hermana mayor. Pero hay mas cosas en este curioso y casi antropológico film que
nos enseña un país moderno y viejo a la vez, que mira adelante, pero está
anclado en una tradición muy reaccionaria. En paralelo al combate que establece
Maryam contra el sistema que la margina y la religión que la infravalora, está
el de su padre, músico de profesión que intenta conseguir que la música se
pueda tocar en público sin coacciones ni restricciones. Y es en esta historia
paralela donde la directora deja ver su propia reivindicación: conseguir que la
cultura sea libre tanto como conseguir que las mujeres sean respetadas. La candidata perfecta es una película
sencilla pero no simple, muy apropiada para que, desde occidente, valoremos lo
que hemos conseguido en igualdad y derechos frente a lo mucho que queda por
hacer en otras partes del mundo no tan lejanas.
La
camarista (la que crea su propio mundo)
La opera prima de Lila
Avilés, una actriz y directora de teatro muy conocida en México, es
la adaptación al cine de su propia obra de teatro, La camarera, que a su vez nace de un libro de fotos de Sophie Calle
titulado Hotel. La verdad es que me cuesta
un poco imaginar como esta película hecha de silencios y miradas, en la que la
camarista esta prácticamente sola en las habitaciones del hotel que limpia, podía
ser una obra de teatro. Pero, en cambio, no me cuesta nada imaginar la fuente
de inspiración de las fotos de Calle en esos planos frontales de las camas
deshechas, la ropa tirada, la basura acumulada. ¿Por qué si es el retrato
minucioso de una mujer de la limpieza, una de esas famosas y explotadas Kellys
que trabajan a destajo en los grandes hoteles de lujo, pienso que forma parte
de la segunda categoría y no de la primera? Por la mirada de la directora. Era
mucho más fácil hacer una película casi documental sobre Eve. De hecho, la
directora habló mucho con los trabajadores del Hotel Presidente de Ciudad de
México donde se rodó el film, incluso incorporó a algunos de ellos como actores
en sus propios papeles. Pero al plantearse como abordar a este personaje, escogió
una mirada personal, Eve existe solo en el hotel, nunca la vemos fuera de sus
espacios habituales de trabajo. Eve existe como espejo de la indiferencia, el
desprecio, incluso el abuso, (nunca sexual, pero si abuso) de ella por parte de
esos habitantes de una galaxia lejana que son los ricos huéspedes de la que
para ella es una cárcel de alto estanding. Pero si Eve es transparente para los
huéspedes, no lo es para Lila Avilés que la usa como un pincel para contar su
historia: la historia de una mujer que tiene sueños y esperanzas y lucha por
conseguirlos, aunque sea sacrificando a su hijo pequeño al que apenas ve. La
historia de Eve en manos de directores del primer grupo, habría sido la de una
mujer explotada y despreciada. Pero ella escoge otro camino. Minimalista en su puesta en escena, la película nunca cae en el miserabilismo o en la simple
denuncia social. No hay buenos ni malos en esta historia que refleja la
realidad de un México mucho más rico que el que podemos imaginar. La camarista ofrece una lección
colateral que nos incumbe a todos. Después
de ver la película, tendré mas cuidado en como dejo las habitaciones de hotel
que utilizo. Pensemos que siempre hay una Eve que tendrá que limpiarla y que a
través de todos los objetos, la basura, la ropa, los restos abandonados
de nuestra vida en la habitación, descubrirá
lo que en realidad somos.
AMERICANA
Este
año he ido por primera vez a la Americana, un pequeño pero potente festival que
se celebra en Barcelona desde hace unos años dedicado al cine
norteamericano, al principio entendido como de Estados Unidos, ahora ampliado a
México y Canadá. Tiene una programación muy cuidada que se reparte entre
ficciones, documentales, una retrospectiva y sesiones de cortos. Se proyectan
películas que se estrenarán, pero también films difíciles de ver en nuestro
país. Me ha gustado mucho comprobar que había mucha gente joven en el cine, que
las salas estaban llenas, que las películas se discutían con entusiasmo. Está
muy bien que exista este tipo de festivales oportunos, ambiciosos, pero sin
pretensiones. No he podido ver todo lo que quería, cuestión de horarios y de
trabajo, pero he aprovechado bien la oportunidad. De todo lo que he visto
destaco tres películas que espero se estrenen pronto.
Chicuarotes, segunda película de Gael García Bernal, una puesta
al día contemporánea de Los olvidados en un México muy lejano del de La
Camarista, pero igual de real, con un personaje femenino que
es bastante inesperado en un contexto como el que retrata el film.
Saint Frances, de Alex Thompson, cine indie clásico centrado en
una mujer en situaciones muy difíciles a las que se enfrenta con mucho humor, y
sobre todo con una total normalidad. Hay conflicto, si, pero no hay nunca
tragedia y tiene dos personajes estupendos: Bridget, la niñera y Franny, la
niña de cinco años que tiene que cuidar. Cine muy positivo.
Honey Boy, de Alma Har’el, aunque dirigida por una mujer
este es un proyecto personal del actor Shia LaBeouf con tintes autobiográficos
en el que el propio LaBeouf asume el papel de su padre en un intenso psicodrama
de cine en el cine hecho con un gran rigor y sin ninguna concesión.
Muy interesante La candidata perfecta, con el paralelismo entre la lucha de la doctora por dignificar su trabajo,y a la vez, su padre, por hacer de la música una profesión respetable y de reconocimiento.
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