sábado, 23 de enero de 2021

CENTENARIOS


Antes de entrar en el tema semanal de este blog quiero decir algo sobre las declaraciones del Vicepresidente Segundo del Gobierno de España en una entrevista en televisión el domingo 17 de enero. Como hija y nieta de exiliados republicanos, y como persona que vive en esta gris y triste Barcelona, me siento insultada, indignada y absolutamente despreciada por el Vicepresidente Segundo del Gobierno de España. Comparar a los exiliados republicanos con un señor que encabezó un golpe de estado contra la legitimidad y que traicionó a sus propias gentes convocándolas al trabajo en la Generalitat, cuando él se fugaba como un cobarde en el maletero de un coche, me parece algo inmoral. No encuentro otra palabra.

 


Dicho esto hablemos de tres centenarios: dos que conmemoran los nacimiento, y uno que recuerda una muerte. Federico Fellini y Patricia Highsmith cumplirían 100 años este 2021; Emilia Pardo Bazán murió hace 100 años este 2021.

 

(dibujo de Fellini)

Federico Fellini

El estreno esta semana de un mediocre documental sobre Fellini me ha hecho pensar en el director italiano más peculiar de todos. Fellini comenzó su carrera a la sombra del neorrealismo en los años 50. De esta época he de decir que prefiero Los inútiles a La Strada, Il Bidone a Las noches de Cabiria. Pero a partir de la fundacional Dolce Vita, Fellini se aleja del modelo neorrealista y empieza a construir un universo personal poblado de seres estrafalarios, mujeres exuberantes y memoria de su infancia plasmada en la que quizás es, para mí, su mejor película Amarcord. Excesivo y hasta cierto punto oscuro (el documental que se ha estrenado pretende sin conseguirlo desentrañar la espiritualidad personal de Fellini) su cine se fue haciendo cada vez mas críptico. En realidad nunca he sido una gran felliniana, los mejores recuerdos que tengo de él son por persona interpuesta. José Luís Guarner, uno de sus mejores amigos en España, consiguió hacerme entrañable el personaje aunque no apreciable su cine. Buscando en mi biblioteca información sobre Fellini, he encontrado un bonito catálogo que compré en el lejano año de 1984 cuando tuve la suerte de ver una exposición de dibujos de Fellini en la ciudad suiza de Ascona mientras asistía a mi primer festival de Locarno.

(en Filmin se pueden ver 14 de sus más importantes películas)

 

(Patricia Highsmith más o menos cuando la conocí)

Patricia Highsmith

Y esta exposición me permite hablar de Patricia Highsmith, porque fue en ese festival donde la conocí sin conocerla. Me acuerdo perfectamente del momento. En Locarno aquel año, yo estaba muy sola. Era mi primer festival y no tenía ningún amigo. Pero eso no me detenía a la hora de ponerme hablar con mis vecinos de cola o de asiento. La verdad es que así he conocido a algunos de mis mejores amigos de los festivales. Bueno, en ese primer Locarno, me encontré hablando con mi vecina de butaca en la Piazza Grande mientras esperábamos para ver París-Texas de Wim Weders. Era una mujer mayor, amable, aunque algo seca, que tuvo una enorme paciencia con mi inglés más bien deficitario. Tiempo después, ya en Barcelona, vi una foto suya en la contraportada de un libro, y me di cuenta que aquella señora que compartió conmigo la espera para ver la película, era nada más y nada menos que Patricia Highsmith, habitante del Ticino y habitual en las proyecciones del festival. Yo había leído A pleno sol y sabía que estaba detrás de Extraños en un tren, pero a partir de ser consciente que había hablado con ella, me convertí en una adicta a sus libros, y en especial una adicta a Tom Ripley al que siempre he imaginado con el rostro de Alain Delon. He releído sus novelas varias veces y he visto muchas de sus adaptaciones al cine y reconozco sin rubor que me siguen gustando mucho.

(en Filmin hay dos películas suyas, A pleno sol y El amigo americano)

 

(de todas las imágenes que he encontrado en Internet, ésta me gusta mucho)

Emilia Pardo Bazán

De una dama del crimen a una dama de la literatura, maltratada por la historiografía oficial durante mucho tiempo. Estoy hablando de Emilia Pardo Bazán, una de las mujeres  más interesantes del escaso  universo femenino cultural español. Injustamente arrinconada en el polvoriento rincón de los escritores españoles que el franquismo nos hizo detestar, Pardo Bazán es objeto de un reconocimiento tardío al cumplirse 100 años de su muerte. “Conservadora y feminista”, la definía un artículo reciente. Y lo era, conservadora en lo político, feminista y muy liberal en lo moral, escritora sin complejos, libre en su comportamiento y en su escritura. Emilia Pardo Bazán fue una mujer llena de contradicciones, con una vida sentimental agitada, por decirlo suavemente, que nos dejó una obra literaria importante y lamentablemente poco conocida. Creo que solo he leído un libro suyo, Los pazos de Ulloa, comprado en Santiago de Compostela en el año 1969. Qué mejor sitio para comprarlo y para leerlo. No lo he vuelto a leer, pero si tengo un recuerdo de la serie que en 1985 dirigió Gonzalo Suárez con Charo López, José Luís Gómez, Victoria Abril y Omero Antonutti. Para los que tengan curiosidad, la serie se puede ver entera en la web de TVE a la carta o en Flixolé.

 

EL RINCÓN DE LAS SERIES


(En el libro de Pardo Bazán me encontré dos dibujos míos hechos en Galicia ese año 1969. Uno de ellos, la vaca con su ternero, me sirve para ilustrar esta serie donde hay vacas, pero no terneros).

30 monedas

Por fin HBO ha colgado todos los capítulos de 30 monedas, la serie de Álex de la Iglesia. No quiero pensar lo que ha debido ser ver un capítulo cada semana y quedarse esperando saber qué pasaba en el siguiente. No lo soportaría. Por eso me he aguantado las ganas de verla hasta que han colgado el número 8. Y ha valido la pena. Excesiva, delirante, inesperada, adictiva. Mitos paganos, monstruos lovercraftianos, rituales católicos, brujas y milagros. Malos, muchos malos. Divertida y agobiante, lo tiene todo este extraordinario trabajo de Álex como director y de Jorge Guerricaecheverría y él mismo como guionistas. Desde el primer minuto del capítulo 1, hasta el último minuto del capítulo 8, la serie no decae ni un solo momento. No hay baches, no hay vacios, hay niebla, demonios, curas, posesiones, monstruos, cardenales, sacrificios. Un pueblo precioso en el ojo del huracán; una búsqueda mística y esotérica de las 30 monedas de Judas. Y un cura enorme en el cuerpo y el rostro barbudo de Eduard Fernández que domina con su presencia toda la aventura desquiciada de una joven veterinaria y un alcalde más bien inocente empeñados en combatir el mal en todas sus manifestaciones. No sé si es apta para todo el mundo, pero no hay duda que, como me comentó Ramon, ésta es de esas series que no se olvidan. Potente.

 El regalo de esta semana es un cuadro abstracto de Ramon que le habría gustado a Fellini y al mismo tiempo encierra muchos misterios.



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