Antes de entrar en el tema
semanal de este blog quiero decir algo sobre las declaraciones del
Vicepresidente Segundo del Gobierno de España en una entrevista en televisión
el domingo 17 de enero. Como hija y nieta de exiliados republicanos, y como
persona que vive en esta gris y triste Barcelona, me siento insultada,
indignada y absolutamente despreciada por el Vicepresidente Segundo del
Gobierno de España. Comparar a los exiliados republicanos con un señor que encabezó
un golpe de estado contra la legitimidad y que traicionó a sus propias gentes
convocándolas al trabajo en la Generalitat, cuando él se fugaba como un cobarde
en el maletero de un coche, me parece algo inmoral. No encuentro otra palabra.
Dicho esto hablemos de tres
centenarios: dos que conmemoran los nacimiento, y uno que recuerda una muerte.
Federico Fellini y Patricia Highsmith cumplirían 100 años este 2021; Emilia
Pardo Bazán murió hace 100 años este 2021.
(dibujo de Fellini)
Federico
Fellini
El estreno esta semana de un
mediocre documental sobre Fellini me ha hecho pensar en el director italiano
más peculiar de todos. Fellini comenzó su carrera a la sombra del neorrealismo
en los años 50. De esta época he de decir que prefiero Los inútiles a La Strada, Il
Bidone a Las noches de Cabiria.
Pero a partir de la fundacional Dolce
Vita, Fellini se aleja del modelo neorrealista y empieza a construir un
universo personal poblado de seres estrafalarios, mujeres exuberantes y memoria
de su infancia plasmada en la que quizás es, para mí, su mejor película Amarcord. Excesivo y hasta cierto punto
oscuro (el documental que se ha estrenado pretende sin conseguirlo desentrañar
la espiritualidad personal de Fellini) su cine se fue haciendo cada vez mas críptico.
En realidad nunca he sido una gran felliniana, los mejores recuerdos que tengo
de él son por persona interpuesta. José Luís Guarner, uno de sus mejores amigos
en España, consiguió hacerme entrañable el personaje aunque no apreciable su
cine. Buscando en mi biblioteca información sobre Fellini, he encontrado un
bonito catálogo que compré en el lejano año de 1984 cuando tuve la suerte de
ver una exposición de dibujos de Fellini en la ciudad suiza de Ascona mientras
asistía a mi primer festival de Locarno.
(en Filmin se pueden ver 14 de
sus más importantes películas)
(Patricia Highsmith más o
menos cuando la conocí)
Patricia
Highsmith
Y esta exposición me permite
hablar de Patricia Highsmith, porque fue en ese festival donde la conocí sin
conocerla. Me acuerdo perfectamente del momento. En Locarno aquel año, yo
estaba muy sola. Era mi primer festival y no tenía ningún amigo. Pero eso no me
detenía a la hora de ponerme hablar con mis vecinos de cola o de asiento. La
verdad es que así he conocido a algunos de mis mejores amigos de los
festivales. Bueno, en ese primer Locarno, me encontré hablando con mi vecina de
butaca en la Piazza Grande mientras esperábamos para ver París-Texas de Wim Weders. Era una mujer mayor, amable, aunque algo
seca, que tuvo una enorme paciencia con mi inglés más bien deficitario. Tiempo
después, ya en Barcelona, vi una foto suya en la contraportada de un libro, y me
di cuenta que aquella señora que compartió conmigo la espera para ver la
película, era nada más y nada menos que Patricia Highsmith, habitante del
Ticino y habitual en las proyecciones del festival. Yo había leído A pleno sol y sabía que estaba detrás de
Extraños en un tren, pero a partir de
ser consciente que había hablado con ella, me convertí en una adicta a sus
libros, y en especial una adicta a Tom Ripley al que siempre he imaginado con
el rostro de Alain Delon. He releído sus novelas varias veces y he visto muchas
de sus adaptaciones al cine y reconozco sin rubor que me siguen gustando mucho.
(en Filmin hay dos películas
suyas, A pleno sol y El amigo americano)
(de todas las imágenes que he
encontrado en Internet, ésta me gusta mucho)
Emilia
Pardo Bazán
De una dama del crimen a una
dama de la literatura, maltratada por la historiografía oficial durante mucho
tiempo. Estoy hablando de Emilia Pardo Bazán, una de las mujeres más interesantes del escaso universo femenino cultural español. Injustamente
arrinconada en el polvoriento rincón de los escritores españoles que el
franquismo nos hizo detestar, Pardo Bazán es objeto de un reconocimiento tardío
al cumplirse 100 años de su muerte. “Conservadora y feminista”, la definía un
artículo reciente. Y lo era, conservadora en lo político, feminista y muy
liberal en lo moral, escritora sin complejos, libre en su comportamiento y en
su escritura. Emilia Pardo Bazán fue una mujer llena de contradicciones, con
una vida sentimental agitada, por decirlo suavemente, que nos dejó una obra
literaria importante y lamentablemente poco conocida. Creo que solo he leído un
libro suyo, Los pazos de Ulloa, comprado
en Santiago de Compostela en el año 1969. Qué mejor sitio para comprarlo y para
leerlo. No lo he vuelto a leer, pero si tengo un recuerdo de la serie que en
1985 dirigió Gonzalo Suárez con Charo López, José Luís Gómez, Victoria Abril y
Omero Antonutti. Para los que tengan curiosidad, la serie se puede ver entera
en la web de TVE a la carta o en Flixolé.
EL RINCÓN DE LAS SERIES
30 monedas
Por fin HBO ha colgado todos
los capítulos de 30 monedas, la serie
de Álex de la Iglesia. No quiero pensar lo que ha debido ser ver un capítulo
cada semana y quedarse esperando saber qué pasaba en el siguiente. No lo
soportaría. Por eso me he aguantado las ganas de verla hasta que han colgado el
número 8. Y ha valido la pena. Excesiva, delirante, inesperada, adictiva. Mitos
paganos, monstruos lovercraftianos, rituales católicos, brujas y milagros.
Malos, muchos malos. Divertida y agobiante, lo tiene todo este extraordinario
trabajo de Álex como director y de Jorge Guerricaecheverría y él mismo como
guionistas. Desde el primer minuto del capítulo 1, hasta el último minuto del
capítulo 8, la serie no decae ni un solo momento. No hay baches, no hay vacios,
hay niebla, demonios, curas, posesiones, monstruos, cardenales, sacrificios. Un
pueblo precioso en el ojo del huracán; una búsqueda mística y esotérica de las
30 monedas de Judas. Y un cura enorme en el cuerpo y el rostro barbudo de Eduard
Fernández que domina con su presencia toda la aventura desquiciada de una joven
veterinaria y un alcalde más bien inocente empeñados en combatir el mal en
todas sus manifestaciones. No sé si es apta para todo el mundo, pero no hay duda
que, como me comentó Ramon, ésta es de esas series que no se olvidan. Potente.
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