Llevamos ya ocho días metidos
en el 2021 y todo sigue igual, o peor, o no lo sé. Desconcierto es la palabra
clave de esta semana: desconcierto ante la enfermedad que galopa a toda
velocidad extendiendo su nube tóxica; desconcierto ante la vacunación (no la
vacuna, yo soy de las optimistas, yo creo en la vacuna); desconcierto ante lo
que se puede o no se puede hacer, ante lo que se debe o no se debe hacer;
desconcierto por el asedio a la cultura, esa cosa intangible pero indispensable
para la vida que nos ayuda a soportar la realidad; desconcierto ante el futuro
más inmediato. El lejano, el de diez años vista, no me preocupa. La humanidad
ha superado pruebas más grandes a lo largo de la historia y superará ésta,
aunque sea a costa de un reset colectivo y global, absoluto, de todo lo que ha
sido importante hasta ahora. Pero el inmediato, el de esta semana, este mes,
este año, ese si me quita el sueño. Porque cada vez siento que tenemos (tengo)
menos fuerzas y menos ganas y menos energía para enfrentarlo con la valentía y
la entereza que hace falta.
En fin, en vista de este
desconcierto me refugio en los libros y en las adaptaciones de esos libros,
estupendos abrigos para la inclemencia del frío glacial que nos atenaza. Estos
son tres buenos ejemplos.
Leo en la Wikipedia (una
herramienta muy útil si se sabe usar): “Muchos elementos de la novela hacen
referencia a la propia vida de Dickens, siendo probablemente la más autobiográfica de
todas sus obras. El mismo Dickens señaló en un prólogo de la novela "de
todos mis libros, éste es el que más me gusta"”. Leí David Copperfield cuando era pequeña en una edición de la Editorial
Juventud. En México Al contrario que otras novelas de Dickens, no la he vuelto
a leer. Mi recuerdo es muy vago, pero cuando vi la preciosa película de Armando
Iannucci, me vinieron a la memoria retazos de las aventuras de este peculiar
personaje. La película que se puede ver en Filmin y en Movistar se titula La increíble historia de David Copperfield.
Es una libre adaptación narrada en primera persona por el propio Copperfield
ante el público de un teatro. A partid de ahí, asistimos a todos los momentos
cruciales de su vida, empezando por su nacimiento, teniéndole a él como
conductor de una narración laberíntica, surreal, cómica, y al mismo tiempo
profundamente crítica de la Inglaterra victoriana. Es Dickens puro en sus
ambientes miserables, explotación de los desvalidos, vidas perdidas. Pero es
Iannucci o quizás, porque no, también otra forma de ser Dickens, en su abigarrada
algarabía, en esos ambientes inesperados, –el barco de la señora Pegotty–, o en
esos personajes que te arrastran, –la primera aparición de Tilda Swinton como
la tía Betsy es inolvidable y el personaje de Mr. Dick que hace Hugh Laurie, es
adorable–. Pero si todo funciona tan bien es gracias a Dev Patel, el actor
angloindio al que no cuesta nada creer en el papel de David Copperfield, un
hombre de vida increíble con una sensatez a prueba de los mayores retos.
Colores, luces, música, todo se conjuga y converge en el camarote de los
hermanos Marx en que se convierte la pequeña habitación de David, refugio para
todos los que le han acompañado en su camino a la escritura y al teatro donde
le conocemos. Me han entrado muchas ganas de volver a leer el libro de Dickens,
pero tengo un poco de miedo. El escritor inglés seguro que no es tan divertido
e inesperado como ésta feliz y encantadora película.
El
beso de Singapur Filmin
En este caso, lo siento, no
conozco la novela de la que parte esta miniserie inglesa que se puede ver en
Filmin. Leo en Internet que ésta fue la última novela publicada por J.G.
Farrell, escritor británico que prácticamente dedicó toda su corta obra a
explorar la decadencia del Imperio Británico. Como no he leído el libro, solo
puedo hablar de la estupenda serie dirigida por Tom Vaughan, al que le debo
algunos momentos memorables (algún episodio de Poirot, la excelente serie Press). El beso de Singapur, traducción un tanto libre del inquietante Singapore Grip, misteriosa práctica
sexual que se utiliza en la colonia, sucede en el año 1941 y 1942, en el
momento de la invasión japonesa y el definitivo desmoronamiento del imperio
británico. Con un humor cruel y ácido, la serie nos pinta a los ingleses como
auténticos estúpidos dignos de Woodhouse. Pero no todos: Matthew, el
protagonista, es un hombre digno, un idealista, un pececillo indefenso en esa
piscina de tiburones depredadores en forma de empresarios, hijas de
empresarios, y espías de todos los colores. La serie te engancha desde el
principio con su ambientación y sus diálogos, no puedes dejar de seguirla en
sus seis episodios hasta el final, que en realidad es el principio de todo. Yo
la recomiendo, pero a lo mejor hay gente a la que no le gusta tanta broma con
las clases dirigentes y los espías chinos. A mi sí.
Un
buen partido Netflix
En un tiempo en que se
publicaban libros muy gordos y leíamos libros muy gordos (¿teníamos más tiempo
o más concentración?) Anagrama tradujo en 1995 una novela de Vikram Seth, un
autor indio completamente desconocido para la mayoría de los lectores de
entonces. No sé qué es lo que nos hizo fijarnos en él, pero el caso es que lo
compramos casi enseguida y leímos de un tirón sus 1.350 páginas. La historia es
un melodrama ambientado en 1951 en una India independiente que aún no ha
asimilado el trauma de la partición que dio origen a Pakistán y al profundo
enfrentamiento entre hindúes y musulmanes. En ese contexto, la joven Lata,
estudiante de literatura inglesa, se debate entre tres buenos partidos que
aspiran a casarse con ella. En realidad es la historia de cuatro familias: los
Mehra, a la que pertenece Lata, los Kapoor, influyentes políticos hindúes, los
Chatterji, nuevos ricos anglófilos y snobs y los poderosos terratenientes
musulmanes de la familia Khan. Junto a ellos tiene un papel muy importante la
cortesana Saeeda Bal y desde luego los tres pretendientes de Lata, el joven y
apuesto Kabir; el pedante intelectual Amit y el sensato Haresh. La novela me
gustó mucho, Pero también me ha gustado mucho esta serie de seis capítulos
dirigida por Mira Nair, la más prestigiosa realizadora de la India, seguramente
la que mejor podía dar vida a este fresco histórico lleno de saris de colores, flores
y canciones, amores y rituales, que empieza con una boda y acaba con otra boda,
ceremonia que Mira Nair controla muy bien como demostró en la inolvidable Boda del monzón. Un buen partido forma
parte de una de las líneas editoriales de Netflix: dar voz a culturas y países
muy variados y recuperar novelas de la literatura mundial. Se ve como una
película larga y se disfruta como un clásico de Hollywood pasado por Bollywood.
(esta es, quizás, la imagen más icónica de las turbas trumpistas “apretando” a la democracia en el Capitolio)
No puedo acabar esta entrada
sin hacer alguna referencia al mayor desconcierto de todos los de esta semana:
el asalto al Capitolio por parte de una turbamulta arengada por Trump para que “apretaran”
todo lo que les diera la gana en apoyo de sus delirios, sus mentiras, su
realidad inventada a su gusto, deslegitimizando unas elecciones limpias que le mandaron
al basurero, (eso de deslegitimizar lo vemos en España casi todos los días: por
un lado Vox y su vocación malsana de un trumpismo nacional; por otro algunos
nacionalismos periféricos y excluyentes, tan trumpistas como el que más aunque
ellos no lo sepan). Una imagen lamentable y dolorosa que viene a confirmar un
hecho; el mudo tal y como lo conocemos está en peligro de desaparecer bajo la
bota del populismo trumpista extendido por todas partes. Lo que está pasando allí
es un aviso para contener a nacionalistas de corte fascista en toda Europa,
España incluida. Rusos, chinos, húngaros, y toda la corte de autócratas del
mundo, se frotan las manos ante lo que se avecina. Existe una amenaza real. Y
no estamos preparados para enfrentarla.
Pero no quiero ser dramática o
no más de lo necesario en estas circunstancias. Seguro que se supera (¿no se
superó a Hitler y a Stalin? O quizás no se han superado del todo a la vista de
los lamentables sucesos de Washington).
Así que, mientras tanto, éste
es mi regalo de esta semana.
Siempre estas acertada en tus apreciaciones Nuria,es un gusto poder leerte cada semana,por cierto,cada vez que sigo tus consejos,y lo hago a menudo, descubro una pelicula que me sorprende y que de otro modo me habria perdido.
ResponderEliminarMuchas gracias por este blog y la voluntad de actualizarlo cada semana.