(me gusta mucho esta
fotografía de mujeres, y algún hombre, trabajadoras)
Estamos cerca del 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer. La historia dice que en el mes de marzo de 1857 se
produjo la primera gran protesta de las mujeres, al salir a la calle las trabajadoras
del textil de Nueva York en protesta por sus condiciones laborales. Pero no fue
hasta 1910 cuando se decidió establecer El Día Internacional de la Mujer que se
celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911, pocos días antes de que el 25
de ese mes tuviera lugar una tragedia en el incendio de una fábrica de Nueva
York donde murieron 140 trabajadores, 123 de ellos, mujeres. En 1975 la ONU
celebró El Año Internacional de la Mujer, y decidió instaurar el 8 de marzo como
el Día Internacional de la Mujer. Me parece bien que haya un día para celebrar a
la mujer, aunque sinceramente creo que todos los días del año deberían ser días
de la mujer o de los hombres, o mejor aun de los seres humanos. Pensar en este Día
me ha llevado a preguntarme si había un Día del Hombre. Y me he encontrado ¡que
sí hay un Día del Hombre! Es el 19 de noviembre y está instaurado, aunque no
reconocido oficialmente en muchos países, desde 1992 y apoyado, ¡sorpresa! por
algunas asociaciones de mujeres que reivindican esa fecha como un “día para promover
los modelos masculinos positivos”. En fin tanto uno como otro deberían servir
para demostrar que mujeres, hombres y lo que pueda haber entre medio, no son
iguales pero SI TIENEN LOS MISMOS DERECHOS. Esa es la principal reivindicación
de todos los humanos en todas partes. A igual trabajo, igual salario; a igual
responsabilidad igual remuneración; a iguales deberes, iguales derechos. Es
cierto que estamos muy lejos de esa igualdad de derechos en muchos terrenos y
que las diferencias de conquistas de la mujer es muy desigual según dónde vivas
y la religión que domine. Pero estamos en un camino que es imparable. El mundo
cambia a marchas forzadas entre otras cosas por culpa de la pandemia que dejará
huellas importantes en la sociedad, tanto a unos como a otras y hay que asumirlo
y utilizarlo para avanzar juntos.
Por eso me gusta ver las cosas
en positivo y celebro que un 30% de los cargos directivos del cine español sean
mujeres en lugar de lamentar que sean “solo” un 30% porque el año pasado o hace
cinco o diez años, ese tanto por ciento era mucho menor y dentro de un año o
cinco, será mucho mayor. Y por eso estoy contenta que este año en los Premios
Goya que se celebran el sábado (escribo esto el jueves 4 de marzo) haya más de
cincuenta mujeres nominadas en distintas categorías, no solo en las
tradicionales femeninas, vestuario, maquillaje o montaje, también en categorías
que se han considerado tabúes durante mucho tiempo. De los cinco títulos
nominados a Mejor Película, cuatro están producidos por mujeres; los cinco
documentales nominados están producidos por mujeres; de las ocho candidatas a
mejor dirección (normal o novel), cuatro son mujeres; de las ocho candidatas a
mejor guión (original o adaptado ) dos son mujeres aunque hay mujeres
coguionistas en otras dos; hay una directora de fotografía; hay dos sonidistas;
hay tres directoras de producción… No está mal, nada mal. Sobre todo este año
tan raro y con una producción tan extraña.
La celebración de los Goya y
el Día de la Mujer me ha recordado una lista de directoras que comentamos en La
Finestra Indiscreta, el programa de radio de Alex Gorina. Con motivo del 125
aniversario del cine, Gorina hizo una lista de los 125 mejores directores
(desde su personal punto de vista) de la historia. Solo había una mujer. Eso le
hizo reflexionar y decidió hacer una lista de las 125 mejores directoras de la
historia del cine. Le salieron, pero fue más complicado. Entre otras cosas, porque
más que “escoger” (directores masculinos hay miles) tuvo que “poner”
(directoras femeninas hay muchas menos). Es cierto que se quedaron nombres fuera,
era su lista y era personal, yo añadí unos cuantos y el número llegó hasta 134.
Pero lo que fue más interesante fue analizar la lista y darnos cuenta que de
alguna manera reflejaba un estado de la cuestión a lo largo de estos 125 años.
Primer análisis: histórico. En
la etapa del cine mudo, cuando el cine aún no era una industria consolidada que
movía millones, encontramos 9 directoras, las mismas que aparecían entre 1930 y
1960, los años de la guerra en Europa y del esplendor de los estudios en
Hollywood donde las chicas no tenían muchas oportunidades. Entre 1960 y el año
2000, la lista llegaba hasta la notable cifra de 80. Estaba claro que lo que se
conoce como Modernidad coincidía con las reivindicaciones del Movimiento de
Liberación de la Mujer y eso se notaba en el auge de directoras. En los 20 años
del Siglo XXI la lista sumaba 36 nombres. No son muchos, pero no está mal
teniendo en cuenta que cada día hay incorporaciones nuevas.
Segundo análisis: geográfico. Es
también muy interesante. De las 134, solo 27 eran americanas, primera sorpresa;
28 eran españolas, barríamos un poco para casa; 59 eran europeas y 19 de otros
países. ¿Qué nos demostraba esta relación? Si sumamos españolas y europeas
llegábamos a 88, ¡casi un 70% del total! Es evidente que la política de los
autores ha favorecido en Europa a las mujeres frente a la idea de industria del
cine americano. También está claro que los presupuestos mucho más pequeños del
cine europeo en general y las medidas proteccionistas de los gobiernos, han
permitido a muchas más mujeres acceder a la dirección, frente a los grandes
presupuestos y la economía de mercado de Estados Unidos. En fin, todo son
elucubraciones que pueden dar que pensar este día 8 si se tiene un rato para
perder. De todo esto me quedo con una idea. Lo que de verdad cuenta no es tanto
quién lo hace ni dónde lo hace; lo que es importante es que lo que haga sea
bueno.
(no pongo la lista, prefiero
que cada uno se confeccione la suya en un ejercicio de memoria y de rastreo de
cuántas mujeres directoras conoce)
EL RINCÓN DE LAS SERIES
Aprovecho que estoy en clave
Mujer para hablar de una serie inglesa que me gusta mucho. Se titula The Split, tiene dos temporadas de seis
episodios y se puede ver en Filmin. Antes que nada tengo que aclarar que me
encantan las series de abogados y de abogadas. Soy fan de Suits y de The Goodfight.
Y a esa lista sumo ahora The Split, palabra que significa división, grieta, ruptura, divorcio en definitiva. Las protagonistas son cuatro mujeres: la madre, Ruth, y tres hermanas, Hannah,
Nina y Rose. Dos son abogadas como la madre, la pequeña aún busca su camino.
Pero la que lleva el peso de la historia es Hannah, interpretada por la
estupenda actriz Nicola Walker. Hannah es la hermana mayor, abogada en el
bufete familiar del que se marcha al empezar la primera temporada por
desavenencias con su madre y su hermana Nina. Hannah está especializada en
casos de divorcio y derecho de familia, temas y conflictos de los que ella no
es ciertamente ajena en su vida privada un tanto convulsa en esta segunda temporada. Lo interesante y más adictivo de esta
serie londinense más que británica, creada por Abi Morgan es la de combinar la trama personal y familiar de las tres hermanas con casos
específicos de divorcios complicados y mediáticos que sirven para mostrar
conflictos de la franja de la sociedad más privilegiada. En principio The Split iba a ser una miniserie, pero
el éxito de Hannah y sus hermanas hizo que se pensara en una segunda temporada
que comienza con la incorporación de su madre y su hermana Nina al importante y
prestigioso bufete donde trabaja Hannah. Vale la pena
dedicarle un tiempo a The Split. Que
se ocupe de gente rica y guapa no quiere decir que no sea interesante para
hacer una radiografía de la sociedad y sus problemas de relación en la Inglaterra de ahora mismo. Aunque en realidad sea
la de hace un tiempo, la serie es del 2018-2019, la era pre Brexit y sobre todo
pre-pandemia. Sería interesante ver una tercera
temporada de The Split ambientada en
este atípico año 2020, con mascarillas, confinamientos y dramas familiares por resolver en un país que está viviendo un particular split traumático. A Gran Bretaña le hace falta una Hannah y a Hannah le hace falta un poco de tranquilidad..
El regalo de esta semana no puede ser otro que Una Mujer. Hay muchas en la obra de Ramon, pero me he decidido por este retrato, uno de los que más me gustan.
Només una directora entre 150.... Valga'm déu senyor!
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