sábado, 15 de enero de 2022

UN CLÁSICO, UN AMIGO, UNA SORPRESA

 


Un clásico: Macbeth de Joel Coen

Semana un poco tonta de estrenos. En realidad, lo más importante es el Macbeth de Joel Coen que se estrena en algunos cines, muy pocos, y el día 14 en la plataforma AppleTV. No deja de ser curioso y muy interesante, comprobar que una película tan radical, tan abstracta, tan clásica como esta nueva y rigurosa adaptación de Macbeth tenga su máxima difusión en una plataforma. Los cines convencionales, donde brillaría en su espectacular blanco y negro, no están para experimentos. O si, a lo mejor los experimentos es lo que mejor funciona en estos tiempos de desconcierto. Este Macbeth coeniano tiene varias cosas que lo distinguen. Es la primera vez que los hermanos más famosos del cine, con perdón de otras parejas fraternales, no trabajan juntos. Ethan prefiere dedicarse a la literatura y Joel quiere seguir haciendo cine, pero no el mismo cine que hacía con Ethan. Macbeth es una declaración de intenciones: “yo solo, voy a hacer otra cosa”. Aunque en realidad Joel no está solo. Este Macbeth más que adulto, le debe mucho a Frances MacDormand, una lady Macbeth implacable y una lady Coen muy inteligente. Juntos han construido un film que es vanguardia y es poesía, que es teatro y es cine, el de Welles, el de Kurosawa. Pero sobre todo, el matrimonio Coen, con la impagable aportación de un cansado y envejecido Denzel Washington, empujado por las brujas en su ambición  de poder, han hecho un film poderoso, de una belleza abstracta y minimalista en la que se mantiene con toda su crudeza la corrupción de los políticos, (no solo en el siglo XVII) con su reguero de asesinatos, culpa, remordimientos, expiación y finalmente destrucción. Un espectáculo impresionante en el cine, que gracias a AppleTV se podrá ver en muchos más lugares.

 


(Chema Prado hizo esta foto “histórica” del comité de dirección del Festival de San Sebastián en el año 2000. Tres de los que salimos en esta foto ya no están: Diego Galán, José María Riba y ahora Notario.)

Un amigo: El “Notario”

Hay personas que son como los árboles. Están ahí, en tu paisaje. A veces los ves, otras no te das cuenta que siguen en el horizonte. Hay personas que son arboles de hoja perenne, siempre acogedores y dispuestos a darte cobijo de sombra, protegerte de la lluvia o acompañarte una tarde de primavera. Hay otras que son árboles que cambian. Hay temporadas que tienen las ramas desnudas, secas y no invitan a acercarse mucho, pero cuando empiezan a brotar son una alegría para todos y en pleno verano y otoño unas fiesta de colores. José Ángel Herrero Velarde, “El Notario” era de este tipo de árboles. Conocí a Notario en 1985, la primera vez que fui al Festival de San Sebastián. Era un señor muy serio que hacia unas presentaciones en Zabaltegi llenas de un extraño humor. A diferencia de Diego Galán o José María Riba, nunca fui amiga del Notario. Hasta que empecé a trabajar en el festival. Entonces sí, entonces descubrí que detrás de sus ramas más bien secas había un árbol frondoso. No creo que a Notario le gustara mucho esta comparación. Es conocido su desprecio hacia lo verde, “forraje” lo llamaba cuando nos veía comer ensaladas o verduras. Notario era una institución en el festival, no se puede entender Zabaltegi sin él, (ni sin Riba). Durante los diez años que estuve en el comité de dirección de San Sebastián compartimos de todo. Comidas y cenas, festivales y reuniones, un viaje muy especial a Nueva York, discusiones sobre cine, enfrentamientos y aceptaciones. Respeto mutuo y cariño. Desde que dejé el festival le veía poco, pero cada vez que volvía a San Sebastián tomábamos un vino juntos y hablábamos de cine, casi siempre acompañados de su mujer, Carmen. La última vez que le vi fue en el 2019, Carmen había muerto y él estaba muy apagado. Ya no le vi más. El 2020, año borrado, no fui al festival y este 2021, él ya estaba mal y no salía de casa. Gracias a eso mi recuerdo puede ser el del árbol verde o sin hojas, pero un árbol que siempre estaba ahí.

 


Una sorpresa: Los tres caballeros

Empiezo a estar un poco cansada de las series, por lo que he decidió dejar de verlas durante unos días, hay que poner un poco de distancia para que vuelvan a tener sentido e interés. Pero en las plataformas hay muchas cosas por descubrir. Ramon es especialista en encontrar rarezas escondidas. Y fue él el que dio en Disney con Los tres caballeros. Calificar de rareza a una película de Disney puede parecer un contrasentido. Mejor decir que fue una sorpresa. Estos pájaros caballeros son realmente un prodigio de imaginación, vanguardia, surrealismo y canto hacia América Latina. Tres pájaros humanos: el yanqui Pato Donald, José Carioca el loro brasileño y el mexicano gallito Panchito, recorren América Latina y hacen un auténtico spot publicitario de lo mejor de cada país. Todo empieza con un regalo de cumpleaños para Donald. El primer regalo es un proyector de cine con una película en la que Donald ve la historia del Pingüino Pinguie, que sueña con vivir en los trópicos. Después disfruta de la aventura del gauchito argentino y su burrito volador y descubre la enorme variedad de pájaros que hay en la selva amazónica. El segundo regalo es un libro sobre Brasil en el que, de la mano de José Carioca y su eterno puro encendido, Donald viaja a la ciudad de Bahía. Allí convive con Aurora Miranda en un prodigio de combinación de animación y seres humanos. El tercer regalo es una piñata de la que sale todo el color, la alegría y la belleza de un México que recorren siempre guiados por Panchito y acompañados por una gran bailarina. Esto es a groso modo el resumen argumental, pero la capacidad de sorprender de estos caballeros nace de la imaginación, la exuberancia, el atreverse a todo sin límites, en una animación vanguardista y fantástica que recuerda a los títulos de crédito de Mullholland Drive de Lynch (¿o será al revés, que los créditos de Lynch recuerdan a los tres caballeros?). Realizada en 1945, en plena guerra mundial, Los tres caballeros no disimula su objetivo propagandístico, conseguir que los públicos de América Latina se sintieran representados en el cine al mismo tiempo que hacer que el público norteamericano mirara con menos prejuicios a sus vecinos de sur. En este sentido, Los tres caballeros es ahora mismo casi transgresora. No creo que a los trumpistas irredentos les gustara mucho ver como en Latinoamérica se disfruta de la vida. Si tienen Disney, les recomiendo verla, si no tienen Disney, les recomiendo imaginarla a partir del tráiler.

https://www.youtube.com/watch?v=BD0AX97HNx8

 El regalo de esta semana es un árbol para Notario



 

1 comentario:

  1. Totalmente d recuerdo sobre la peli d E Coen... Y lo explicas con gran belleza

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