Esta semana de reyes, alargada e interminable, el cine me ha regalado dos estrenos que me gustan. Pero antes de seguir, aprovecho para contestar a lo que algunos amigos me han comentado: “después de leer tus textos no estoy seguro de si tengo que ver la película o no”. Supongo que es lógico tener dudas, yo no hago proselitismo. Lo único que puedo decir es que cuando escojo hablar de algo en el blog es porque encuentro que tiene algo, que lo distingue, al menos para mí. A veces es su historia, otras veces su director, o lo que me evoca, o los ecos que me sugiere. Pero siempre tiene algo que la hace especial. Por eso suelen ser textos amables. Pero no doctrinales. Nada me horroriza más que la doctrina de esto sí, esto no. Mi elección pasa por hablar de esa película, esa serie, ese libro. Luego, la decisión de verla o leerlo es del lector. .Bien, aclarado esto voy a los cuentos de esta semana, porque son dos cuentos aunque de tono muy distinto
¿Qué vemos cuando miramos al
cielo? de
Alexandre Koberidze.
Este es un cuento de hadas
para adultos, o para niños, o para perros a los que les gusta el futbol. En
todo caso es una película para dejarse llevar en el río de un relato contado
como el de “erase una vez…” Erase una vez un chico y una chica que se cruzan en
la calle y se enamoran. Deciden reunirse al día siguiente en un café al lado de
un puente, pero caen bajo un hechizo maligno que hace que a la mañana siguiente
amanezcan transformados en otra persona. Incapaces de reconocerse, sin saber su
nombre, ambos se buscan y se esperan mientras transcurre un verano de futbol,
terrazas, y vida tranquila. Todo esto sucede en una pequeña ciudad georgiana,
con un parque, un río y pequeños cafés donde los perros deciden ver el mundial
de futbol. En realidad no pasa nada mas en los 150 minutos que dura la
narración de una voz en off que nos va contando lo que sucede con Lisa y Giorgi
transformados en una nueva Lisa y un nuevo Giorgi. La ciudad se convierte en el
tercer protagonista con sus gentes y sus costumbres y su folklore. Ligera,
divertida, alegre, feliz y al mismo tiempo profundamente melancólica, este
cuento de hadas maravilloso se disfruta mucho si eres capaz de entrar en las
convenciones narrativas del joven director georgiano en las que casi nunca mira
al cielo del título, ya que la mayor parte del tiempo los personajes, a medio
camino de Keaton y Tati, de Ioselliani y Rohmer, están mirando el suelo. A mí
me enganchó desde el momento en el que la pantalla se llena con una imagen del
suelo convertido en un fragmento de cielo en su abstracción, cruzado por los
pies de un chico y una chica que tropiezan. El segundo encuentro de Lisa y
Giorgi se produce en un cruce donde los vemos de lejos y desde arriba en una
imagen nocturna en la que ambos parecen estrellas fugaces, otra vez el suelo
como cielo. Y poco después, cuando los amigos de Lisa, el arbusto, la cámara y
la cañería, le advierten del peligro que corre, una luz amarilla de semáforo vuelve
a ser una imagen de la luna en el cielo nocturno. Ya no cuento mas, porque lo
que viene después es un dejar pasar el tiempo, mientras Lisa y Giorgi se buscan
y los habitantes de esa hermosa y tranquila ciudad viven su vida, los perros miran
el futbol y los niños, esos que abren y cierran la película nos recuerdan que
estamos ante un cuento mágico.
(el delicioso pastelito
Delicioso)
Delicioso, de Eric Besnard
Este es un cuento de hadas del
bosque con cocinero. En realidad este delicioso film lo que cuenta es el
nacimiento del primer restaurante en Francia, lo que quiere decir en el mundo,
pocos meses antes del estallido de la revolución el 14 de julio de 1789. Hasta
entonces, los cocineros estaban la servicio de las grandes casas y de los
nobles, el pueblo se limitaba a ir a las tabernas y a comer lo que podían.
Pero, y ahí empieza el Erase una vez… en el castillo de Chamfort había un
cocinero famoso que un día decidió inventarse un nuevo plato, los pastelitos
Deliciosos de patata y trufa. La novedad no fue del agrado de su noble amo y Manceron,
el chef, acabó abandonando el castillo. Como en tantos cuentos, el protagonista
acompañado de su hijo, encuentra refugio en una cabaña en el bosque hasta la
que llega un hada en forma de supuesta aprendiza de cocina y ahí empieza todo.
Así nace el primer restaurante para todo el mundo, la buena cocina al alcance
del pueblo llano, la revolución antes de la revolución. Delicioso es un film delicioso de ver, casi de oler, con sus
hermoso y elaborados platos, tan bonitos como apetitosos, hermosos bodegones
llenos de frutas, flores y plumas. Pero sobre todo es una película que nos
recuerda lo agradable que es ir a un restaurante, comer acompañado, apreciar
los manjares y las bebidas sin mascarillas, sin miedos, sin mamparas, sin
restricciones. En estos momentos, Delicioso
es un avanzado revolucionario: volvamos a los restaurantes, volvamos a esos
lugares privilegiados donde se puede disfrutar compartiendo una buena comida.
El cuento acabará bien si conseguimos quitarnos el miedo y nos atrevemos a
hacer la pequeña revolución de ir a un restaurante, sentarnos a una mesa bien
puesta, pedir la carta y disfrutar del ambiente, la compañía y la comida, sea
un chuletón, una merluza o unas alcachofas. ¡Un propósito que es un deseo!
(las estrellas de un cielo de Giotto,
que me ha mandado un buen amigo, me sirven para ilustrar las listas de este año
en que todas las películas se han merecido esas estrellas)
LISTAS
Como cada enero, revistas y
programas nos piden a los críticos la lista de los diez mejores films del año.
Yo he hecho los deberes. No sé si son las mejores, en todo caso éstas son las
que me han dejado huella este año que afortunadamente ya ha terminado y que en
realidad no deja tan mala cosecha cinematográfica. Las listas están en orden
alfabético para evitar prioridades.
Mis
extranjeras
El contador de cartas, Paul
Schrader
Dune,
Denis Villeneuve
First
Cow, Kelly Reichardt
Madres verdaderas, Naomi
Kawase
La mujer que escapó, Hong
Sang-soo
Nomadland,
Chloe Zhao
Otra
ronda, Thomas Vinterberg
Petite Maman, Celine Sciamma
El poder del perro, Jane Campion
Quo vadis Aida, Jasmila Zbanic
La ruleta de la fortuna,
Ryûsuke Hamaguchi
El teléfono del viento,
Nobuhiro Suwa
El último duelo, Ridley Scott
Un segundo, Zhang Yimou
West Side Story, Steven Spielberg
Destello bravío, Ainhoa
Rodríguez
España, la primera
globalización, José Luis López Linares
Espíritu sagrado, Chema García
Ibarra
Josefina Javier Marco
Maixabel, Icíar Bollaín
Quién lo impide, Jonás Trueba
Sis
dies corrents, Neus Ballús
Tres,
Juanjo Giménez
La vida era eso, David Martín
de los Santos
El vientre del mar, Agustí
Villaronga
The
Assistant, Kitty Green
Collective, Alexander Nanau
La excavación, Simon Stone
Fragmentos de una mujer,
Kornél Mundruczó
Lo que el pulpo me enseñó, Pippa
Ehrlic y James Reed
Shiva Baby, Emma Seligman
Velvet Underground, Todd
Haynes
Mis series
Ana Tramel, El juego, Roberto
Santiago
La asistenta, Molly Smith Merzier
Los Bridgerton Chris Van Dusen
Los Durrell, Simon Nye
La Fortuna, Alejandro Amenábar
Hierro, Jorge Coira
It’s
a sin, Russell T. Davis
The Loomig Tower, Dan
Futterman
Mare os Easttown, Brad
Ingelsby
Supongamos que Nueva York es
una ciudad, Martin Scorsese
The White Lotus, Mike White
No hay comentarios:
Publicar un comentario