Noticias de esta semana
-Giorgia Meloni gana en
Italia, una mujer que no es precisamente ejemplar.
-Cinco años después del 1 de
octubre, Esquerra y Junts se están matando por el poder y el dinero en
Catalunya.
-El huracán Ian arrasa la
pobre Cuba y la rica Florida.
-Las inundaciones ahogan una
parte de España, mientras otra se muere de sed.
-Putin se anexiona a la brava
cuatro regiones ucranianas.
-Los rusos salen en desbandada
de su país para no ir a la guerra.
-El Báltico se llena de gas
por un sabotaje (ruso) en los gaseoductos del norte.
-La guerra de los impuestos se
lleva por delante cualquier síntoma de cordura.
¿Alguien da más en una semana?
La verdad es que el mundo produce
mucho asco desde lo pequeño (Barcelona y sus ratas y huelgas de autobuses y
decisiones arbitrarias) hasta lo más grande (el gas en el Báltico, el huracán
en el Atlántico). Por eso he decidido mirar al cielo y quedarme con una noticia
que sí me parece de verdad importante: la nave Dart ha conseguido chocar con el
asteroide Dimorphos y lo ha desviado de su trayectoria. Es la primera vez que
se consigue este tipo de intervención y aunque en este caso el Dimorphos no era
una verdadera amenaza para la Tierra, ha servido para demostrar que se puede
hacer y estar mejor preparados para cuando llegue el más que probable momento
cinematográfico de Armageddon o No mires arriba. Con un poco de suerte,
el asteroide será desviado y no acabará con nosotros, como probablemente hizo con los
dinosaurios. Aunque, la verdad, visto lo que ha pasado esta semana, y lo que
lleva años pasando en este pobre planeta, casi sería mejor que se terminara
todo, hacer un reset y empezar de nuevo.
En fin hablemos del cine que
se estrena esta semana.
Tres películas muy distintas
me parecen interesantes.
Moonage
Daydream, el espectacular documento musical sobre David Bowie, un
personaje que podría responder a una de las definiciones de asteroide leídas esta
semana. “Ahora mismo, hay dos posibilidades sobre cómo están formados este tipo
de objetos, pueden ser muy compactos, como una roca, o pueden haberse
formado a través de la asociación de objetos mucho más pequeños que se
han ido uniendo, con lo cual serían más porosos”.
La convencional y muy poco
innovadora formalmente Argentina 1985,
en cambio, podría asociarse a esta otra definición: “En teoría, un objeto de un
kilómetro de tamaño causará muchos más daños que otro de 100 metros, pero si el
primero es poroso y el otro es una especie de bala de cañón compuesta por
hierro y níquel, podría ser al revés”.
La preciosa Consagración de la primavera en cambio
puede asociarse a una diferente: “Se sabe que más de 150 asteroides tienen una
pequeña luna compañera (algunos tienen dos). También hay asteroides binarios
(dobles), en los que dos cuerpos rocosos de tamaño similar se orbitan entre sí,
así como sistemas de asteroides triples”.
Intentaré explicarlo
MOONAGE DAYDREAM, de Brett Morgen
Bowie era un asteroide
compacto como una roca, pero resultado de la unión de muchos pequeños detalles.
Bowie fue un ser excepcional. También un músico excepcional. Pero sobre todo,
fue un asteroide en el firmamento del pop capaz de escribir un himno al futuro
en su Space Oddity centrada en la
odisea del Major Tom que contempla la tierra desde el cielo y la ve azul y “no
hay nada que pueda hacer por ella”. Bowie si hizo mucho por varias generaciones
de jóvenes (y no tan jóvenes) que se sintieron identificados primero con su
aspecto andrógino, con sus colores y sus maquillajes y poco a poco crecieron
con él haciéndose cada vez más conscientes de donde estaban. El espectacular y
abrumador documental de Morgen recoge imágenes inéditas, conciertos,
entrevistas, viajes, gentes, amigos. Es una autentica odisea entorno al
asteroide Bowie en la que revivimos su impacto sobre la cultura. Tuve la
inmensa suerte de ver este documento en un cine Imax. El efecto de su música,
de su presencia se multiplicó por mil en una enorme pantalla y un sonido
envolvente. Pero tengo que reconocer que escuchar esta mañana en mi ordenador
portátil Space Oddity me ha conmovido
tanto o más que el documental. Creo que esa es la prueba de que Bowie, el
hombre que cayó a la tierra, ha dejado un impacto profundo. Al menos en mí.
ARGENTINA 1985 de Santiago Mitre
He descrito esta película como
convencional y muy poco innovadora formalmente, es cierto. Mitre no necesita
arriesgar en la forma para contar lo que quiere contar. Argentina 1985 no es un objeto de un kilometro, es mas bien un
asteroide de apenas 100 metros. Pero son 100 metros contundentes, compactos, hechos
de hierro, la voluntad del fiscal Julio Straseera, y níquel, el apoyo del
segundo fiscal Luis Moreno Ocampo. Juntos y con la ayuda de un joven equipo
jurídico, estos dos hombres consiguieron condenar a los militares que
integraron las poderosas, crueles e injustas, juntas militares que sumieron a
Argentina en el terror entre 1976 y 1983. Mitre se pone al servicio de la
historia sin querer utilizarla; deja a sus actores Ricardo Darín y Peter
Lanzani, el trabajo de conducir el relato. Se ha comparado Argentina 1985 con el cine de Frank Capra. Y algo de eso hay en ese
caballero sin espada argentino. Aunque con una diferencia notable: esta es una
ficción sobre la realidad, terrible e inhumana realidad, vivida en un país que
sigue aun traumatizado por ese pasado cercano. Argentina 1985 ganó el Premio del Público en el festival de San
Sebastián. Era lógico. No es un gran film, pero sí es un gran documento. Y un
pequeño asteroide que nos recuerda que las cosas se tuercen muy fácilmente,
pero pueden reconducirse si existe la voluntad de hacerlo.
LA CONSAGRACIÓN DE LA
PRIMAVERA, de
Fernando Franco
Decía unas líneas más arriba
que este film era como los “asteroides binarios (dobles), en los que dos
cuerpos rocosos de tamaño similar se orbitan entre sí como sistemas de
asteroides triples”. Los dos cuerpos que orbitan entre sí en este precioso film
son Laura y David. El tercero que los vigila atento, pero sin intervenir es
Isabel, la madre de David. Al empezar la película están todos muy alejados
entre sí, pero cuando Laura, la joven de provincias recién llegada a Madrid
para estudiar, tímida, solitaria y reprimida por una educación cerrada, conoce
a David, un hombre con parálisis cerebral con una intensa vida emocional y a su
madre Isabel, una mujer de una solidez humana incuestionable, los tres empiezan
a orbitar entre sí y acaban construyendo el relato de una película llena de
luz, de armonía, de música( no en balde se llama La consagración de la primavera como la composición de Igor
Stravinsky). Junto a su sólida carrera como montador, Fernando Franco ha ido
tejiendo una filmografía como director marcada por el dolor. El dolor de La herida de 2013, el dolor de Morir en 2017. Por eso, al leer la
sinopsis argumental de La consagración de
la primavera, sentí un cierto reparo: un enfermo de parálisis cerebral,
¡uf! Quizás por eso la sorpresa fue mayor al encontrarme con una película me
atrevo a decir alegre, en la que la liberación sexual y moral de Laura corre en
paralelo a la intensa relación sexual y afectiva de David. Franco jugaba con
ventaja al contar con Telmo Irureta como David. Telmo Irureta padece parálisis
cerebral, pero eso no le ha impedido estudiar magisterio y psicología y ser
actor en cortos, monólogos y obras de teatro. La verdad que desprende Telmo va
más allá de David: es la verdad de un brillante asteroide en medio de una
supuesta y mediocre sociedad. Junto a él, Emma Suárez se crece en su papel de
madre tolerante y amiga y la debutante Valeria Sorolla va adquiriendo
luminosidad a medida que ambos se acercan uno al otro. En la entrada de la
semana pasada decía de la película: “Roza el abismo sin caer nunca en lo fácil.
Pone en imágenes un tema difícil con gran delicadeza Es muy valiente en la
manera de mostrar unas situaciones complicadas. Está llena de luz y de
esperanza”. Nada que añadir.
El regalo de esta semana es un
asteroide en un cielo con naves.
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