sábado, 9 de diciembre de 2023

SIMILITUDES

 

Siempre he sabido que un mismo tema puede dar origen a muy distintas historias, muy distintos productos. Esta semana tenemos un buen ejemplo. Se ha estrenado, por fin, Anatomía de una caída, de Justin Triet, estupenda y merecida Palma de Oro del último Festival de Cannes. Casi al mismo tiempo que veía la película francesa, vi entera en dos tandas, la serie de Aina Clotet, Això no és Suècia. Quizás si hubiera visto la película hace semanas o meses y no hubiera visto la serie casi al mismo tiempo, no habría sido tan consciente de sus similitudes. No pequeñas, por cierto. Las dos hablan de un matrimonio con hijos pequeños. En ambas están los roles cambiados, Sandra en el film, Mariana en la serie, tienen, o intentan tener, una vida profesional, mientras que sus maridos, por cierto, y es otra coincidencia, los dos se llaman Samuel, han renunciado a su carrera para cuidar de los hijos y de la casa. Curioso. Pero aun es más curioso que sea un suicidio por caída desde una gran altura el desencadenante de la crisis emocional, moral, sentimental que atraviesa a estas dos mujeres. Hasta aquí lo que las relaciona, a partir de aquí tenemos que hablar de dos productos muy diferentes.

 


Anatomía de una caída, de Justine Triet

El film de Justine Triet se puede definir como un thriller judicial, no en vano el juicio de Sandra ocupa prácticamente dos terceras partes del film. Pero Anatomía de una caída es mucho más que una gran película de juicios (también Anatomía de un asesinato de Preminger era más que una gran película de juicios). Hay muchas capas en esta historia de reproches mutuos entre Sandra y Samuel. Ella, escritora de éxito que no duda en depredar su entorno para alimentar sus ficciones; él, escritor fracasado que no duda en culpabilizar a su mujer de su incapacidad para escribir una gran novela. Ambos arrastran un resquemor oscuro que viene del momento en que su hijo Daniel tuvo un accidente y se quedó parcialmente ciego. La película es fría, seca, distante, hermética como su protagonista. Justine Triet dibuja a una Sandra ambigua en sus sentimientos y a un Samuel manipulador y sin escrúpulos. Desde la primera secuencia sabemos que estamos ante una historia incómoda, provocadora, como la música que Samuel pone a todo volumen para impedir que Sandra realice una entrevista. A partir de ahí, el espectador debe decidir por sí mismo: la directora no se posiciona, expone, observa, acompaña y deja que sea Daniel el que al final encuentre una ¿posible? explicación a la tragedia. Pero ¿es verdad o no es verdad lo que Daniel cuenta? Excelente en todos los sentidos el film lo es aún más por el trabajo de Sandra Hüller, una actriz realmente excepcional.

 


Això no és Suècia/Esto no es Suecia de Aina Clotet, TV3 y RTVEPlay

La serie de Aina Clotet se puede definir como una comedia negra. Comedia sin duda, porque las absurdas situaciones en las que se encuentra la pareja Mariana/Sam y sus dos hijos Lia y Maxito, hacen reír o sonreír. Negra porque en realidad, si nos alejamos un poco, esas situaciones son absolutamente trágicas en su ridiculez. Ridículas sí, menos la auténtica tragedia que desencadena todos los miedos e inseguridades de Mariana: un suicidio inesperado. A través de ocho capítulos que empiezan siempre en el mismo escenario, una terapia de grupo de padres en la que exponen sus temores, sus dudas, sus errores, la serie sigue a Mariana en sus miedos; miedo a parecerse a su madre; miedo a no saber reaccionar ante sus hijos; miedo a no entender el porqué de ese suicidio. Miedos que transitan su vida desastibilizándola por más que ella intente ser perfecta y hacerlo todo bien. La serie empieza cuando Mariana y Samuel deciden irse a vivir a Vallvidrera, lejos de la ciudad, en un barrio de bosques y jabalíes que conviven con los humanos con naturalidad. Els porquets, les llama Mariana. Es esta naturalidad la que hace que se alternen los idiomas con la misma fluidez y cotidianidad que cualquiera que viva en Barcelona conoce. Partiendo de una idea de Sergi Cameron y Aina Clotet, dirigida a cuatro manos por la propia Aina y Mar Coll, y protagonizado por Marcel Borras, su pareja en la vida real y ella misma como Mariana, Esto no es Suecia es casi un documental de cómo se enfrenta una determinada generación de treintañeros de clase media a los retos de la maternidad, la paternidad, la profesión, la educación, la solidaridad, la comprensión y la tolerancia. Un fresco urbanita en el que mucha gente se podrá reconocer.

 

EL RINCÓN DE LA RAREZA


Robot Dreams, de Pablo Berger

Me acordé del libro Yo, Robot de Isaac Asimov mientras veía Robot Dreams de Pablo Berger. Cuando llegué a casa, busqué el libro y en su primera página me encontré con

Las tres Leyes Robóticas

-Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.

-Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la Primera Ley.

-Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la Primera o Segunda Leyes.

Manual de Robótica 56.ª edición, año 2058

Me pregunté si el delicioso film de Berger, tan lleno de ideas visuales y de sentimientos, basado en una novela gráfica para niños escrita por la norteamericana Sara Baron, cumplía estas tres leyes. Y sí las cumple. Robot Dreams cuenta la historia de una amistad nacida de la soledad. Dog/Perro, vive solo y siente que le falta algo. Cuando descubre que puede tener un compañero Robot no duda en comprarlo, construirlo y convertirlo en su mejor amigo. Robot corresponde a esta amistad, protege y cuida a Perro y le acompaña en sus juegos hasta una playa donde su destino se verá truncado. Las dos primeras leyes se han cumplido. En esa playa donde Robot se queda varado, paralizado, sin energía, entra en juego la tercera ley de Asimov. Mientras Perro intenta (inútilmente) encontrar nuevos amigos, los osos hormigueros, Muñeco de Nieve, Pato, Robot, desde su posición quieta y desvalida, sueña imposibles reencuentros con Perro, ve cómo pasan las estaciones, llega la nieve, vuelve la primavera, y sufre las consecuencias de su obligada inmovilidad. Pero el destino, por muy cruel que parezca, encuentra un camino para que los amigos vuelvan a sentir que están ahí, a través de la música, una canción ochentera pegadiza y bailable que Perro y su nuevo amigo Robot, al que esta vez cuidará con más atención, escuchan en la calle, música que Robot ha puesto para que Perro sepa que sigue vivo. Pablo Berger se adentra en el territorio desconocido de la animación en 2D con la misma intrepidez que hizo con el cine mudo y en blanco y negro en Blancanieves. Pero Robot Dreams no es exactamente cine mudo, es más bien un musical de canciones y música, (Berger vuelve a contar con Alfonso de Vilallonga) en la Nueva York de los años ochenta, con la silueta de las Torres Gemelas en el horizonte, convertida en el tercer protagonista de la aventura de Perro y Robot. Sin dejar de ser fiel a la historia de Sara Baron, Berger, con la colaboración imprescindible de José Luis Ágreda como Director de Arte y Benôit Feroumont como Director de Animación, dibuja una ciudad llena de animales humanizados, calles y tiendas, parques y rascacielos, donde la historia de amistad y nostalgia de Perro y Robot encuentra su mejor escenario. Y aprovecha de paso para hacer una serie de homenajes al cine de todos los tiempos: Chaplin sin duda, pero también las niñas de El resplandor, o Freddy Krueger, Busby Berkeley o El Gran Lebowski de los Coen (y seguramente muchas más que no he reconocido). Robot Dreams se promociona como una de esas raras películas que están hechas para un público que va de 9 a 99 años. Es decir, todos.

(El mismo día que escribía este texto, leí en La Vanguardia un artículo titulado “En verano me casaré con mi novio holograma”, en el que se cuenta la historia de la artista catalana Alicia Framis que ha creado un holograma a la medida al que define como “Una herramienta contra la soledad”. Quizás sin saberlo, o quizás intuyéndolo, Sara Baron se adelantó con su historia a lo que ya es una realidad: la convivencia emocional entre humanos y seres artificiales.) 


FILMTOPIA ALCANZA SU OBJETIVO



Hemos alcanzado el primer objetivo con la campaña de Verkami, estamos muy contentas, pero aun quedan quince días para conseguir un poco mas que nos ayude a hacer una web mejor y mas completa. !!!Gracias a todos por vuestro apoyo¡¡¡ 

 Este es el enlace a la web: https://glad-pictogram-226020.framer.app/

Este es el enlace a la campaña https://vkm.is/filmtopia

El regalo de esta semana es uno de los retratos que Ramon hizo con Aina Clotet cuando preparaban el cartel de Elisa K de Jordi Cadena y Judith Colell



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