sábado, 9 de marzo de 2024

OSCAR Y AMORES


Un  estreno que no debe pasar desapercibido y tres películas en plataformas (dos de ellas candidatas al Oscar que se otorga este domingo) centran esta entrada tranquila, de emoción y de aventura. Porque aunque no lo parezca, hay aventura en las cuatro películas.

 


Los pequeños amores, de Celia Rico

Para vivir una aventura no hace falta irse a la otra parte del mundo, para sentir una emoción no hace falta que pase algo extraordinario. Celia Rico lo sabe muy bien, ya lo demostró en su primear película, la exquisita Viaje al cuarto de una madre donde se planteaba la relación callada y sutil entre una madre y una hija. De esta película escribí en su momento: “Celia Rico nos regala este cuento tierno y callado de una madre y una hija que son una sola figura y que poco a poco se van separando para ser dos, pero igualmente unidas, igualmente respetuosas. Lola Dueñas y Anna Castillo son la madre y la hija. Lola no sale nunca de casa y es en ese piso minúsculo donde vive todo su viaje a su propio cuarto que acabará por devolverla al mundo del que se había sentido excluida al perder a su marido. Anna es la hija que sabe que tiene que salir del piso sin dejar de viajar al cuarto de su madre y buscar fuera el aire que les permitirá respirar. Las dos hablan, se quieren, están unidas por hilos: el de la costura, tan importante, el del teléfono tan definitivo. Y las dos  sin ningún tipo de melodrama, sin perder la sonrisa, sin miedos ni revueltas, nos invitan a viajar a ese cuarto de su mano y de paso, a recordar cómo fueron nuestros propios viajes a los cuartos de nuestras madres.” En su segundo trabajo, Celia Rico vuelve a las figuras de la madre y la hija. Pero el espacio se ha ampliado, ya no es un cuarto, es una casa en el campo donde vive Ani, la madre, una Adriana Ozores magnífica en su enfado permanente, indómita, independiente, libre. Una casa a la que vuelve su hija Teresa, una mujer de 42 años, frágil, aparentemente delicada que debe hacerse cargo de su madre cuando ésta sufre un tonto accidente. Si en la primera película contaba el proceso de separación de un cuerpo para ser dos, en esta, en cambio, vemos como esos dos cuerpos tan distintos, casi antagónicos, se van acercando poco a poco hasta volver a ser uno.  En medio un verano caluroso y sofocante, la agobiante presencia del dinero y un pintor que literalmente pone patas arriba la casa para renovarla por fuera y por dentro, como Celia pone patas arriba a sus protagonistas para renovarlas por fuera y por dentro. Todo contado con tranquilidad, sin prisas, con pequeños detalles, pequeños amores, pequeños momentos que van pintando, (como las paredes) un nuevo paisaje emocional entre Ani y Teresa. Una película  de las que se te quedan en la piel y en la memoria.

 


Sauna, Anna Hints Filmin

La aventura en este film es de dos direcciones. Una hacia dentro del alma, otra hacia fuera del cuerpo, de los cuerpos mejor dicho. Porque este cálido film rodado en un bosque y un lago nevados del sur de Estonia, es un viaje de descubrimiento de los sentimientos más escondidos, esos que no se suelen dejar ver, al que se prestan cinco mujeres acurrucadas en una sauna donde sus cuerpos desnudos, van sudando liberándose de las toxinas físicas y de las toxinas emocionales. No era fácil hacer este documental de observación y de respeto. Las mujeres son ellas mismas, lo que cuentan son sus historias, la relación que establecen entre ellas y con el bosque, el lago helado, el calor de la sauna, es la que fueron viviendo día a día mientras se filmaba en ese espacio pequeño y brumoso en el que el vapor a veces las convierte en fantasmas, a veces las difumina en un dibujo al pastel y otras les da una corporeidad y una humedad muy física. Casi sin planteárselo, van repasando los grandes temas de la vida: la infancia, la relación con los padres, las parejas, el amor, el sexo, los hijos, la regla, la menopausia, la muerte y la violencia. Pero sin enfatizar, sin alzar la voz, si victimismo, con risas y humor, sintiendo el placer del calor, el contraste del frío, la alegría de un rayo de sol, la caricia de una mano amiga. Sauna es, además, un film sobre la belleza de los cuerpos no normativos, con sus arrugas, sus volúmenes fragmentados como figuras abstractas, o mirados como cuadros barrocos. Sauna es una aventura sin duda.

 


American fiction, de Cord Jefferson, Amazon Prime Video

La película tapada de los Oscar, la que nadie ha visto (o todo el mundo ha visto) la que no se ha estrenado en los cines. La apuesta de las plataformas en los Oscar. American fiction es todo esto, pero sobre todo es una crítica feroz y mordaz, cargada de ironía y mala leche sobre la tan traída y llevada cultura Woke que Estados Unidos ha exportado a todo el mundo. American fiction habla del racismo y de los negros, pero la historia podría ser muy parecida con el tema del feminismo, o las minorías, o con cualquier otra tendencia de las que levantan irritaciones en las pieles sensibles de los twiteros (o xseros) convertidos en inquisidores implacables. La historia es muy sencilla. Un profesor de literatura de color planta cara a sus alumnos blancos porque le reprochan que utilice la palabra prohibida, nigger negro. La Universidad decide “darle unas vacaciones y Monk decide volver a su casa en Boston, casa de clase media acomodada, mientras intenta que alguien publique una novela sobre un tema universal que evidentemente no le interesa a ningún editor. En un arranque de rabia, Monk escribe una novela basura sobre un negro marginal, llena de todos los tópicos que los editores y los críticos y los lectores blancos quieren en una novela escrita por un negro. Y no cuento más, porque en este punto empieza la aventura de Monk en “wokenlandia”. La película podría ser más feroz, más incisiva, mas critica, seguramente. A lo mejor le sobra un poco de contexto familiar, quizás. A mí no me molesta la madre, ni la novia, ni el hermano. Son accidentes en el camino de Monk hacia el descubrimiento de la solemne estupidez humana. No sé qué pasará en los Oscar que se entregan esta tarde en Los Ángeles, pero es probable que la ceremonia  sea la consagración de lo que precisamente pretende denunciar la película. La solución, mañana.


 

Nimona, Nick BrunoTroy Quane, Netflix

Esta si es una aventura en toda regla. Sin subterfugios, sin coartadas. Netflix juega fuerte en los Oscar en el apartado de animación con esta aventura medievalfuturista de caballeros andantes traicionados, reinas malvadas, príncipes menos azules de lo esperado y un geniecillo adolescente y travieso, la Nimona del título, capaz de transformarse en cualquier cosa y sembrar el caos a su alrededor. Está basado en un atrevido y poco convencional cómic de ND Stevenson protagonizado por una pareja inesperada, la que hacen la traviesa y amoral Nimona y el elegante y digno excaballero Ballister. Pero la verdad es que la historia con todo y ser entretenida y divertida y con una clara reivindicación de la marginalidad y la diferencia y lo distinto, no es lo mas importante. Lo mejor de Nimona es la imaginación desbordante de la animación de un mundo que mezcla la edad media de los cuentos de hadas, con el manga japonés; el mundo del futuro con los monstruos de las pinturas románicas. Hay que dejarse llevar por su ritmo sin preguntarse demasiadas cosas y disfrutar con la  ira y la risa de Nimona, una heroína que Disney no se atrevió a mezclar con sus más melifluos personajes.

El regalo de esta semana es uno de los primeros cuadros de Ramon, lo pintó antes de cumplir 20 años, que me evoca el ambiente tranquilo y de complicidad de la Sauna de Anna Hints.

 


 

 

 

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