(una limusina blanca en el Barrio de El Carmelo de Barcelona)
Una limusina es un coche de lujo. Grande, casi monstruoso en
su dificultad para moverse en una ciudad europea (en Estados Unidos es
diferente, las calles son mucho mas anchas).
Una limusina es un coche feo que se cree bonito. Es una
muestra de riqueza y de ostentación superflua. Es una manera de decir al mundo:
soy la mejor.
Una limusina es blanca o negra. Las negras se usan en actos
oficiales y en momentos de solemnidad; las blancas se usan en actos mundanos y
en momentos donde se quiere pregonar la
riqueza de nuevo rico.
Una limusina es un coche inútil, banal, sin contenido, que
da el pego, pero no deja nada detrás. Mucho adorno y poca sustancia. No corre
(se trata de que la vean), es incómoda para los demás y cómoda (no lo sé) para
los que van dentro. Es un coche que aísla en lugar de socializar.
Una limusina necesita un decodificador que la decodifique:
¿quién va dentro? ¿será un mendigo, será un mafioso, será un padre de familia,
será un hombre de negocios? ¿O simplemente será un tiburón de las finanzas
buscando una barbería que, como magdalena de Proust, le permita recuperar algo de
lo que fue?
Una limusina es un espacio cerrado, vacío, casi una nave
espacial en medio del universo cotidiano. Una nave conducida siempre por un
chófer que guía y protege al que va dentro.
Una limusina es un lugar de muerte.
Muy bonita la limusina, de verdad.
ResponderEliminarSaludos desde www.luxegalicia.com
Limusinas en Galicia.