(aún hay niños felices)
Asistir a un pase de prensa tiene
algunas ventajas. Una de ellas, si sabes escuchar, es ver cosas que no habías
descubierto por ti mismo. Eso me pasó con Infancia clandestina. De entrada tengo
que decir que no me gusta esta película, no me gusta esa música de piano
insistente y omnipresente en los momentos mas inoportunos. Pero eso no quiere
decir que no sea una buena película. No me canso de explicar a mis alumnos que
una cosa es el “me gusta o no me gusta” y otra es el “está bien o está mal”. Y
esta Infancia clandestina está bien.
Lo está por algo que me hizo ver una charla postcine: porque nunca pierde el
punto de vista. Y esto, no solo es muy difícil de mantener, también es muy
difícil de justificar. En ningún momento perdemos la mirada de Ernesto/Juan, un
niño de once años obligado a vivir una vida ficticia, dejando de lado sus
anhelos y deseos de niño, su primer amor, sus ganas de vivir normalmente. Los
niños fueron los grandes perdedores de la violencia setentera del cono sur. O
bien se quedaron sin sus padres, muertos y desaparecidos; o bien fueron
abandonados por sus padres, mas ocupados en hacer la revolución que en cuidarse
de ellos. Unos y otros, todos perdieron. Infancia clandestina cuenta ésto muy bien
y por eso, a pesar del horrible piano, pienso que es una película que hay que
ver.
(una acotación)
Me pregunto si alguien hiciera una película
dentro de 25 años sobre un niño barcelonés de ahora mismo como sería. ¿Sería el
director capaz de mantener el punto de vista de un chaval de once años
alucinado entre el desahucio de sus vecinos; su abuela enferma que no puede
operarse porque no hay quirófanos; su hermana pequeña sin comida en la
guardería; su padre en el paro y su madre cobrando cada vez menos porque es
funcionaria? Mientras los que se suponen mandan, unos se dedican a buscar
fechas para algo remoto, inútil e incomprensible, en lugar de arreglar las
cosas mas inmediatas y necesarias; y
otros se empeñan en algo tan absurdo como impedir que le enseñen en su lengua
en el colegio en lugar de hacer que la enseñanza, simplemente, sea mejor? Creo
que ese hipotético niño, salvando todas las distancias, estaría tan
traumatizado como el pobre Juan.
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