Elysium
Saben lo mas terrible de una película como Elysium. Lo más terrible no es pensar
que hay dos mundos separados incluso por el espacio. Lo mas terrible es saber
que ese mundo de detritus, podredumbre, miseria, enfermedades y desgracia, es real.
Existe, no es un decorado construido para una película. Es un vertedero de la
ciudad de México donde vive gente todos los días.
Saben lo que también es terrible en esta película. Pensar
que el personaje de Jodie Foster no es una invención de guionista. En realidad, tanto por la forma de hablar en francés, de vestirse y de peinarse, la Secretaria Rhodes
recuerda y mucho a Christine Lagarde, la Directora del Fondo Monetario
Internacional que hace muy poco se permitió recomendar/mandar a los españoles
que se bajaran el suelo un 10% para poder seguir manteniendo el altísimo nivel
de vida de esa minoría que habita un Elysium no geográfico pero si ideológico y
sobre todo económico.
Y saben que es aun mas terrible. Que no hay nadie en este
momento que asuma el rol de Max de Costa, el personaje que encarna Matt Damon.
Nadie con la necesidad, no la voluntad, de destruir ese mundo de diferencias,
nadie tan radical para acabar con el abismo que separa cada vez más a pobres y
ricos. Pobres universales y cada vez más numerosos; ricos universales y cada
vez más aislados en su guetos de bienestar.
Neil Blomkamp, director de la muy interesante Distrito 9, tiene la gracia de hacer que
un blockbuster de ciencia ficción y de acción, destinado al gran público, se pueda ver como una película
política de una rabiosa actualidad.
El mismo dia que se estrena Elysium aparece en las pantallas la primera entrega de la Trilogía Feroz del
austriaco Ulrich Seidl. Paraíso: Amor,
un film agobiante, morboso, sucio, con esa mirada turbia que caracteriza el
cine de este director desde sus inicios y que, cada vez, se hace mas
insoportable y más cruel en su complacencia en mostrar lo mas feo que hay en el
mundo. Lo más gracioso es que, sin saberlo y por pura coincidencia, Paraíso: Amor es casi una versión cutre
de Elysium. Esos hoteles de lujo en Kenia donde Teresa, la gorda austriaca de
mediana edad busca sexo y placer, son una versión low cost del Elysium de Blomkamp, gueto de bienestar
rodeado de miseria física y moral representada por esos Beach Boys dedicados a
satisfacer a las mujeres de mediana edad con sexo fácil a fin de
sacarles todo el dinero posible. La imagen de los negros parados en la playa ofreciéndose a los clientes del hotel de los que les
separa una barrera invisible (o visible si pensamos en los policías que vigilan
ese campo de concentración para ricos que es el hotel), es una de las mas
hirientes que recuerdo haber visto en el cine, mas, incluso, que la humillante
secuencia de sexo colectivo de cuatro mujeres maduras con un joven negro
dispuesto a todo.
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