Esta semana se han estrenado tres películas que merecen ser
destacadas y no quedar perdidas bajo el peso de La gran belleza. Son tres films muy diferentes entre si que, de
repente, han adquirido una notoriedad peculiar al leer los periódicos del
sábado 7 de diciembre.
1
Empecemos por el mas festivo. 3 bodas
de más, la divertida y escatológica, absurda y al mismo tiempo clásica
comedia que ha hecho Javier Ruiz Caldera con una Inmensa Inma Cuesta en el papel
de un Cary Grant con faldas, (la idea no es original mia, la han dicho muchos
críticos). Inma despliega todo su encanto sin miedo ni al ridículo, ni a la
broma pesada, moviéndose entre las tres bodas de sus ex novios con un vestuario
precioso. Y es ahí donde este film que recomiendo simplemente para divertirse,
lo cual ya es mucho, enlaza con la realidad de la Barcelona fastuosa que estos
días ha llenado la zona de la
Plaza España de lujo y esplendor en una fantástica boda
india. Me parece muy bien que la ciudad se beneficie de miles de invitados
dispuestos a dejarse sus dineros en el Paseo de Gracia; que las autoridades
locales se disfracen con saris de colorines para asistir a sus fastos; que se
utilice el MNAC para celebrar en la Sala Oval la ceremonia y se cierren las Fuentes
de Montjuic para unos fuegos artificiales. Estupendo, de verdad. En medio de
este jolgorio, la
deprimida Ruth con su vestido rosa y sus flores en la cabeza
se habría sentido como pez en el agua. Lo único que me pregunto es si la ciudad
(el ayuntamiento) está dispuesto a dejar sus espacios urbanos y culturales para
un acto como una boda india, ¿por qué no se permitió que se rodara una serie de
televisión como Isabel que también
traería a la ciudad gente, dinero y prestigio?
Está claro que una boda india, de esa India donde el
president Mas casi se comparó con Gandhi, es mas importante que una serie de
televisión como Isabel donde Fernando
el Católico, rey de Aragón y Catalunya, demuestra tener mas sentido de estado
que muchos contemporáneos. En fin, volvamos a las 3 bodas, si tienen ganas de reírse sin prejuicios, vayan a verla.
2
La segunda película de la que quiero hablar es Le Week-end, de Roger Michell. Es una
comedia agridulce, o mas bien amarga, que se ha definido como la cuarta entrega
de la serie Antes del… de Richard Linklater. La verdad es
que el fin de semana que esta pareja de jubilados ingleses pasan en París, intentando
recuperar algo de lo que hace años les unió, es mas bien triste. Pero menos (o
mas según como se mire) que lo que nos contaba Gregorio Morán en su Sabatinas
Intempestivas del sábado 7 de diciembre. Morán relata con un lenguaje lleno de
ternura, el suicidio de una pareja de ancianos en el Hotel Lutetia de París.
Dos personas adultas, en plena posesión de sus facultades, que deciden quitarse
la vida juntas, como juntas han estado toda esa vida que ahora dejan atrás. Su
suicidio es un acto de lucidez, de sabiduría, de amor. Al leer esta crónica no
he podido menos que pensar en la película de Michell y en su pareja, que viajan
a París para intentar renacer de alguna manera. Y lo consiguen.
3
El tercer estreno de la semana no tiene una noticia
relacionada. No la tiene hoy, pero la tiene cada dos por tres. Se trata de La jaula de oro, de Diego Quemada-Diaz.
Una película que cuenta el viaje de tres adolescentes, casi niños, a través de
un México enorme cruzado por trenes que llevan en sus techos miles de
esperanzas de alcanzar la jaula de oro del otro lado de la frontera. No es nada
nuevo, hemos visto historias de este tipo muchas veces en el cine, pero lo que
hace de este film algo especial es el tono sin dramatismos con que cuenta las cosas
terribles que les pasan y el acento en la amistad y la relación de amor y cariño
que se establece entre Sara, Juan y Chauk, que juegan a quererse y luchan por
defenderse mientras cruzan los paisajes de ese México desolado. La jaula de oro no es una película
original, pero si tiene una manera limpia de mirar una realidad que por pura
casualidad no aparece en el diario del sábado 7 de diciembre, pero está
presente continuamente en las noticias que nos llegan de pateras, vallas con navajas asesinas, o trenes abarrotados de ilusiones por alcanzar el paraíso
de la nieve y el frío que es en definitiva una jaula distinta, una especie de
bola de cristal de esas que al darle la vuelta cae la nieve sobre las
figuritas. La última imagen de este film caluroso y blanco es precisamente una
imagen blanca y fría donde Juan mira al cielo y se deja mecer por los copos de
esa bola de cristal en la que está de nuevo encerrado.
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