jueves, 5 de diciembre de 2013

LA GRAN BELLEZA


(pinos romanos vistos por Ramon)
La realidad supera a la ficción. Aunque la ficción sea un desmadre total, una orgía barroca y deslumbrante. La realidad siempre nos da un poquito más. Por ejemplo esta semana en que se estrena un film apabullante en muchos sentidos, La gran belleza de Paolo Sorrentino, un artículo en La Vanguardia nos cuenta como la  “periodista especializada en cultura y creatividad e impulsora y dinamizadora del sector” Bibiana Ballbé que ha asumido las labores de “comisaria del nuevo centro de creatividad Arts Santa Mónica”, convocaba a 100 personalidades de la creación a participar en “un gran evento inaugural del centro” , una fiesta non stop de las 10 de la mañana a las 10 de la noche que reuniría a los mejores creadores “en la cresta de la ola”. Me encanta pensar que Jep Gambardella, el dandi escritor decadente protagonista de la fiesta berlusconiana de Sorrentino, se sentiría muy a gusto en este gran evento. No se si Arts Santa Mónica llegaría a los extremos de horterada y maldad, de delirio y desmesura de la gran fiesta inaugural de este film, pero seguro que se acercaba bastante.
Al margen de esta coincidencia festiva, me gustaría llamar la atención sobre esta película italiana que revisa a Fellini sin ningún rubor, mostrando las debilidades de su cine al ponerlo bajo los focos de las luces no de Cinecitta sino de Canale 5. Toni Servillo encarna un personaje heredero del Mastroianni de La dolce vita, cínico, observador, un paseante en esa Roma nocturna plagada de una belleza añorada. La impresionante fiesta de cumpleaños de Jep Gambardella no debe hacernos olvidar la primera secuencia de la película cuando un hombre se separa de un grupo de turistas japoneses, se acerca a la colina del Gianícolo, contempla la ciudad y cae muerto al instante bajo lo que se conoce  como el Síndrome de Stendhal. Roma, la ciudad mas hermosa del mundo, la Roma de colores dorados, ruinas y pinos, Roma, una ciudad capaz de sobrevivir a Nerón y su fuego y al nuevo Nerón-Berlusconi que les cayó encima como un chunda chunda de basura moral y política. Jep/Servillo se pasa toda la película buscando esa belleza que destila la ciudad y que la mugre del “aparato humano” no consigue contaminar.

Una gran película, excesiva, que provoca adhesiones o rechazos. Tanto unas como otras, sentimientos vivos.

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