La exposición es la de Ramón Herreros
en la Llibrería
Jaimes de Barcelona. Acuarelas y óleos de árboles en un
entorno de libros que no son más que árboles transformados en palabras. Diálogo
entre los dibujos que parecen mecerse al viento y los textos que flotan sobre
las portadas de tantos y tantos libros que nunca fallan. Y que ahora,
precisamente ahora, cuando las pantallas se llenan de películas olvidables y el
televisor nos expulsa con el fútbol (sobre todo si la Roja nos va dando
disgustos) se convierten en la mejor compañía. Sentarse bajo un árbol de Ramon
a leer una buena novela es una de las mejores cosas que se pueden hacer.
Eso es lo que hacía la escritora Violette
Leduc que acabó sus días en la Provenza, bajo la sombra de un
árbol protector que habría podido dibujar Ramon. Violette es una biografía, no un biopic, no confundir una cosa con
otra. Violette es una película de
Martin Provost que retrata los años de creación de Violette Leduc, una
escritora francesa prácticamente desconocida a pesar de haber sido protegida por Simone de Beauvoir
(¿o quizás precisamente por eso?) Yo no he leído nada de esta mujer que tuvo
una vida atormentada, adelantada a su tiempo en la reivindicación de temas como
la sexualidad femenina, el aborto o las relaciones lésbicas. Una mujer que en
la pantalla tiene los rasgos de Emmanuelle Devos, una actriz cada vez mas
completa y atractiva. La película se mantiene en un plano de respeto hacia su figura, fragmenta la historia en función de los personajes dominantes en su
vida y conduce al espectador de la mano de esta mujer especial que odiaba y
adoraba a su madre y que odiaba y adoraba a Simone de Beauvoir.
Los años sesenta en los que acaba la historia de Violette son los mismos en que sucede la
aventura de otra de las películas de la semana, Las dos caras de enero, de Hossein Amini, basada en una de las
novelas menos famosas de Patricia Highsmith. Hay algo en esta autora que la
identifica inmediatamente. La atmósfera de una amoralidad sin complejos en una
Europa decadente es el caldo de cultivo ideal para que esta nueva versión de
Ripley que es Rydal Keener se enfrente a Chester MacFarland, un hombre
fascinante en el que puede reconocer su futuro, con la figura de Colette como
vértice entre los dos. Los paisajes de una Creta atávica son el marco para que
este triángulo de estafadores y mentirosos vivan y mueran. Parte del encanto
del film lo aportan los tres actores, Viggo Mortensen ha nacido para ser
personaje de Highsmith, Oscar Isaac, tiene el toque ambiguo, extraño y amoral que
necesita Rydal y Kisrsten Dunst parece salida directamente de una película de
1962.
El tercer titulo a destacar esta semana no es ni una
adaptación, ni una biografía, ni en principio tiene nada que ver con la literatura. Se
trata de Solo los amantes sobreviven,
de Jim Jarmusch. Una historia de vampiros romántica, nocturna, rockera y
literaria en la
que Christophe Marlowe , el poeta maldito relegado por
Shakespeare al mundo de la oscuridad, ejerce de maestro de ceremonias. Al
margen de que pueda sugerir toda clase de lecturas vampíricas , recomiendo
recuperar Carmilla de Sheridan Le
Fanu, esta historia a caballo de Tánger y Detroit me ha hecho pensar en los
protagonistas de El placer de los extraños, de Ian McEwan, o en
cualquier novela de Paul Bowles. Tilda Swinton se convierte en un alter ego de
Jarmusch que, como bien dice Salvador Llopart y puede confirmar cualquiera que conozca al director, tiene mas de vampiro
blanco y melancólico que de hombre contemporáneo.
Cine, literatura, arte, perfectas alternativas al calor y al
fútbol.
L’Arbre màgic,
exposición de acuarelas de Ramon Herreros. Llibrería Jaimes, Valencia 318
Barcelona. Hasta el 21 de junio.
Precisamente en la Librería Jaimes ,
especializada en libro francés, se pueden pedir algunos de los libros de
Violette Leduc, especialmente La bâtarde.
En cuanto a Las dos
caras de enero, de Patricia Highsmith, se acaba de publicar en Anagrama.
querida Nuria, ayer vi Violette y la verdad que se me hizo plomiza, quizá es correcta, demasiado.
ResponderEliminarHola, que diferencia hay entre biopic y bioggrafia?
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