sábado, 14 de junio de 2014

LITERATURA



Una exposición y tres películas me permiten hablar hoy de libros, de dibujos y de árboles.
La exposición es la de Ramón Herreros en la Llibrería Jaimes de Barcelona. Acuarelas y óleos de árboles en un entorno de libros que no son más que árboles transformados en palabras. Diálogo entre los dibujos que parecen mecerse al viento y los textos que flotan sobre las portadas de tantos y tantos libros que nunca fallan. Y que ahora, precisamente ahora, cuando las pantallas se llenan de películas olvidables y el televisor nos expulsa con el fútbol (sobre todo si la Roja nos va dando disgustos) se convierten en la mejor compañía. Sentarse bajo un árbol de Ramon a leer una buena novela es una de las mejores cosas que se pueden hacer.


Eso es lo que hacía la escritora Violette Leduc que acabó sus días en la Provenza, bajo la sombra de un árbol protector que habría podido dibujar Ramon. Violette es una biografía, no un biopic, no confundir una cosa con otra. Violette es una película de Martin Provost que retrata los años de creación de Violette Leduc, una escritora francesa prácticamente desconocida a pesar de  haber sido protegida por Simone de Beauvoir (¿o quizás precisamente por eso?) Yo no he leído nada de esta mujer que tuvo una vida atormentada, adelantada a su tiempo en la reivindicación de temas como la sexualidad femenina, el aborto o las relaciones lésbicas. Una mujer que en la pantalla tiene los rasgos de Emmanuelle Devos, una actriz cada vez mas completa y atractiva. La película se mantiene en un plano de respeto hacia su figura, fragmenta la historia en función de los personajes  dominantes en su vida y conduce al espectador de la mano de esta mujer especial que odiaba y adoraba a su madre y que odiaba y adoraba a Simone de Beauvoir.


Los años sesenta en los que acaba la historia de Violette son los mismos en que sucede la aventura de otra de las películas de la semana, Las dos caras de enero, de Hossein Amini, basada en una de las novelas menos famosas de Patricia Highsmith. Hay algo en esta autora que la identifica inmediatamente. La atmósfera de una amoralidad sin complejos en una Europa decadente es el caldo de cultivo ideal para que esta nueva versión de Ripley que es Rydal Keener se enfrente a Chester MacFarland, un hombre fascinante en el que puede reconocer su futuro, con la figura de Colette como vértice entre los dos. Los paisajes de una Creta atávica son el marco para que este triángulo de estafadores y mentirosos vivan y mueran. Parte del encanto del film lo aportan los tres actores, Viggo Mortensen ha nacido para ser personaje de Highsmith, Oscar Isaac, tiene el toque ambiguo, extraño y amoral que necesita Rydal y Kisrsten Dunst parece salida directamente de una película de 1962.



 (el laberinto de Ramon sirve igual para una película y para otra. Knosos y el Minotauro en un caso, las callejuelas de Tánger en el otro)
El tercer titulo a destacar esta semana no es ni una adaptación, ni una biografía, ni en principio tiene nada que ver con la literatura. Se trata de Solo los amantes sobreviven, de Jim Jarmusch. Una historia de vampiros romántica, nocturna, rockera y literaria en la que Christophe Marlowe, el poeta maldito relegado por Shakespeare al mundo de la oscuridad, ejerce de maestro de ceremonias. Al margen de que pueda sugerir toda clase de lecturas vampíricas , recomiendo recuperar Carmilla de Sheridan Le Fanu, esta historia a caballo de Tánger y Detroit me ha hecho pensar en los protagonistas de El  placer de los extraños, de Ian McEwan, o en cualquier novela de Paul Bowles. Tilda Swinton se convierte en un alter ego de Jarmusch que, como bien dice Salvador Llopart y puede confirmar cualquiera que  conozca al director, tiene mas de vampiro blanco y melancólico que de hombre contemporáneo.

Cine, literatura, arte, perfectas alternativas al calor y al fútbol.

L’Arbre màgic, exposición de acuarelas de Ramon Herreros. Llibrería Jaimes, Valencia 318 Barcelona. Hasta el 21 de junio.
Precisamente en la Librería Jaimes, especializada en libro francés, se pueden pedir algunos de los libros de Violette Leduc, especialmente La bâtarde.
En cuanto a Las dos caras de enero, de Patricia Highsmith, se acaba de publicar en Anagrama.


2 comentarios:

  1. querida Nuria, ayer vi Violette y la verdad que se me hizo plomiza, quizá es correcta, demasiado.

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  2. Hola, que diferencia hay entre biopic y bioggrafia?

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